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ESPAÑA Y EL FUTURO DE LA UE

Zapatero se da por satisfecho con el acuerdo pese a no conseguir poder de veto

España no logra elevar del 85 al 90% el porcentaje de voto necesario en el futuro fondo de rescate

MIGUEL GONZÁLEZ (Enviado especial)
Zapatero con el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy.
Zapatero con el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy.Horst Wagner (EFE)

Más vale un mal acuerdo que un buen pleito. O, en palabras del secretario de Estado en funciones para la UE, Diego López Garrido, “mejor un acuerdo a 23 que nada”. La delegación española que participa en la cumbre de la UE en Bruselas se muestra satisfecha con el pacto sobre disciplina fiscal alcanzado la pasado madrugada, con la autoexclusión de Reino Unido y de otros tres países (Hungría, Chequia y Suecia). Y no porque el acuerdo le entusiasme, sino porque ahuyenta su peor pesadilla: que la cumbre se saldara con un fracaso.

Como dijo el presidente en funciones, José Luis Rodríguez Zapatero, en la recepción del pasado Día de la Constitución, su objetivo principal era conseguir un acuerdo “contundente”, o que al menos lo pareciera, para convencer a los mercados de la solvencia de los socios del euro y aliviar la presión sobre la deuda española. Está por ver si se ha conseguido: esta mañana la prima de riesgo de España estaba en 383 puntos, cuatro más que ayer.

Mientras participa en su último Consejo Europeo, Zapatero mantiene una línea abierta con su sucesor, Mariano Rajoy. Anoche le telefoneó nada más aterrizar en Bruselas y esta mañana tenía previsto volver a hablar con él. Algunas de las noticias que tiene que darle no son buenas. Zapatero no ha conseguido –como le reclamaba Rajoy—elevar del 85 al 90% el porcentaje de voto necesario para utilizar el futuro Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), lo que daría a España poder de veto, igual que Francia, Alemania e Italia. Fuentes de Moncloa argumentan que lo que se pretende con la eliminación de la unanimidad es evitar la parálisis del fondo y eso es contradictorio con ampliar el poder de veto.

España espera que su compromiso presupuestario haga que el BCE intervenga con compras de la deuda

Tampoco es una buena noticia que el MEDE no tenga ficha bancaria, lo que le permitiría acceder a los créditos del Banco Central Europeo (BCE), o que no amplíe su capital más allá de los 500.000 millones, debido al rechazo de Merkel. En cambio, a España le favorece el adelantamiento del MEDE a 2012 y que conviva por un tiempo con el fondo provisional de rescate (FEEF); así como la aportación de 200.000 millones al Fondo Monetario Internacional (FMI) para que pueda auxiliar a países europeos con problemas.

Estos fondos pueden servir de cortafuegos a medio plazo, pero lo que espera España de inmediato es que a cambio del compromiso de disciplina presupuestaria Merkel abra la mano y permita al presidente del BCE, Mario Draghi, intervenir con compras masivas en el mercado de la deuda. Eso, y la promesa de que no se repetirá la situación de Grecia –donde se ha obligado a los inversores privados a aceptar una quita del 50%-- debería ser suficiente para calmar a los mercados.

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Aunque no es lo que prefería –España apostaba por un acuerdo a 27 dentro del marco comunitario y no al margen—Zapatero se despide de Europa moderadamente satisfecho. Esta mañana se ha reunido con el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, y esta tarde impondrá la Gran Cruz de Carlos III al presidente de la Comisión, José Manuel Durao Barroso. Probablemente Zapatero no pasará a la historia de la UE como uno de sus grandes inspiradores, pero al menos no ha tenido que firmar su certificado de defunción.

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Sobre la firma

MIGUEL GONZÁLEZ (Enviado especial)
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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