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Registran los domicilios de los detenidos por atentar contra la casa de Fraga

En el momento de su captura portaban dos bombas preparadas para explosionar

Jorge A. Rodríguez
Imagen de los desperfectos causados por el atentado en casa de Fraga
Imagen de los desperfectos causados por el atentado en casa de FragaXOSÉ MARRAS

La policía concluyó la pasada noche los registros en los domicilios de los cuatro detenidos ayer en Vigo por su relación con Resistencia Gallega, un grupo terrorista poco numeroso. Además de sus domicilios también se registraron locales de centros sociales de la esfera independentista en Santiago de Compostela y en Vigo.

La Comisaría General de Información de la Policía detuvo ayer por la mañana en Vigo a Roberto Fialhega y Eduardo Vigo, por su pertenencia a Resistencia Galega. Se les atribuye el atentado en septiembre contra la casa de Manuel Fraga en Villalba -el pueblo lucense donde nació el político-. El ataque se produjo de madrugada con un artefacto explosivo que no causó víctimas, solo daños materiales. En el momento de su captura, ambos portaban sendas bombas listas para hacer explosión a falta de un temporizador, según la información policial. Posteriormente fueron detenidas dos mujeres, que según las fuentes son las parejas de los dos hombres arrestados con los artefactos.

Material incautado a los detenidos.
Material incautado a los detenidos.

Las mismas fuentes sostienen que son los autores de otros atentados recientes con explosivos que se han perpetrado contra bancos y otras instituciones en Galicia. En el momento de su detención, afirman, pretendían actuar contra intereses de la Xunta.

El grupo al que se vincula a los dos detenidos, Resistencia Galega, es un conjunto de independentistas radicales que actúan bajo ese nombre desde el verano de 2005.  Durante los últimos meses habían suscitado más atención de la policía porque sus atentados habían crecido en peligrosidad. El verano pasado -13 de junio- colocaron una bomba potente en la sede del PP de Ordes, un pueblo de la provincia de A Coruña. Tampoco hubo víctimas ni heridos. Hicieron estallar el artefacto de madrugada, en torno a los cinco, y no había nadie en el local, pero la detonación fue considerable, tanto que reventó los cristales de los edificios del entorno.

En estos cinco años de actividad, el grupo no ha causado ninguna muerte, aunque fuentes judiciales le atribuyen un grave atentado con carta bomba en A Coruña contra un exmiembro de una organización independentista juvenil, AMI, a la que se considera vivero de Resistencia Galega. El joven atacado sufrió daños en las manos, en los tímpanos, en las manos y también quemaduras. Aparte de este atentado -cuya autoría nunca se llegó a confirmar-, las acciones del grupo terrorista se han centrado en sedes locales de PP y PSOE, en oficinas bancarias y en maquinaria de obras públicas, por ejemplo, relacionadas con el proyecto del AVE que unirá Galicia con Madrid.

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Otro atentado notorio del grupo fue la bomba que pusieron en la sede del banco Caixa Galicia en julio de 2005. La explosión se produjo durante el día en la entrada de la oficina y causó daños materiales importantes. Los dos autores fueron detenidos inmeditamente, a poca distancia del lugar del atentado. Ambos fueron juzgados por la Audiencia Nacional y encarcelados.

El fenómeno de Resistencia Galega -que ha tomado el testigo de la actividad violenta del Exército Guerrillero do Povo Galego Ceive en los años 80-, continúa evolucionando con un goteo de atentados de intensidad mediana y sin intención aparente de causar daños personales. La última decisión relevante tomada para combatirlos fue la asignación -este año- de un fiscal de la Audiencia Nacional al seguimiento específico de sus acciones.

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Sobre la firma

Jorge A. Rodríguez
Redactor jefe digital en España y profesor de la Escuela de Periodismo UAM-EL PAÍS. Debutó en el Diario Sur de Málaga, siguió en RNE, pasó a la agencia OTR Press (Grupo Z) y llegó a EL PAÍS. Ha cubierto íntegros casos como el 11-M, el final de ETA, Arny, el naufragio del 'Prestige', los disturbios del Ejido... y muchos crímenes (jorgear@elpais.es)

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