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El aparato del PSOE y los barones asumen que habrá varios candidatos

Zarrías, Iglesias, Barreda y Belloch defienden un congreso muy abierto a las bases

Anabel Díez

No habrá aclamación de un candidato a la secretaría general del PSOE a propuesta de la ejecutiva federal o de la mayor parte de los barones territoriales o secretarios generales. Esta previsión la sostienen tanto en el aparato federal del PSOE como en las organizaciones territoriales socialistas. Tanto el aparato como los barones son conscientes de que los militantes de base abominan del supuesto de un 38º congreso federal en el que se limiten a avalar al candidato que haya decidido la cúpula del PSOE. “No lo consentirían”, señala un barón tras intercambiar opiniones con otros secretarios generales.

Nadie quiere arriesgarse a ser desautorizado por sus bases ni enfrentarse con ellas. Todos ellos escucharán a sus militantes en las asambleas que comenzarán en breve para elegir a los delegados al congreso federal de febrero.

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Pero antes de que empiecen los “congresillos”, como se denomina a las reuniones para elegir delegados, se celebrará el comité federal de mañana, sábado, en el que todos los secretarios generales y personas relevantes del PSOE tomarán la palabra. Antes habrán escuchado al secretario general, José Luis Rodríguez Zapatero, y al cabeza de cartel del 20-N, Alfredo Pérez Rubalcaba, quien rendirá cuentas ante el órgano que le eligió como candidato electoral.

No hay duda de que los secretarios generales alabarán a Rubalcaba con absoluta sinceridad el esfuerzo por la campaña realizada. Incluso le reconocerán públicamente no solo el derecho sino “la legitimidad” de aspirar a la secretaría general del PSOE, pero no darán un paso más. La mayoría de los barones consultados aseguran que no es el momento de apoyar a nadie porque no hay candidatos, y además, antes tienen que consultar a los militantes.

La posición que anticipa a este periódico el secretario general de los socialistas extremeños, Guillermo Fernández Vara, es muy significativa: “Defiendo la legitimidad de Alfredo Pérez Rubalcaba para presentarse porque su derrota es la de todos, es la suma de derrotas parciales. Si él quiere se puede presentar, pero sería bueno que hubiera más de un candidato y que se produjera debate en las agrupaciones con mucha participación”. Y recalcó: “Yo no puedo decir que la federación extremeña apoya a Rubalcaba o a otro candidato porque mi federación no ha debatido sobre candidatos, eso se producirá cuando haya candidatos en firme. Mi lealtad primero es al partido”.

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Ante un desastre electoral tan apabullante “solo cabe la máxima democracia, la máxima participación y facilitar a los militantes que tengan la oportunidad de opinar y decidir. Es deseable que haya oportunidad y capacidad de elección”, señala a EL PAÍS el secretario general de los socialistas de Castilla-La Mancha, José María Barreda. Y agrega: “La respuesta no puede ser la de salvar la fortaleza, con todos nosotros dentro, sino recuperar todo el territorio, y eso requiere que el PSOE no reaccione de manera endogámica, cerrada, tiene que demostrar que está vivo y que quiere volver a ser relevante para los españoles como ha sido siempre”. Aunque a Barreda se le ha atribuido cercanía a la ministra Carme Chacón y, por tanto, proclive a su candidatura, de momento no quiere hablar de nombres propios: “Aún no hay candidatos”.

En este mismo sentido se han pronunciado otros barones consultados, aunque prefieren no hacer declaraciones públicas. Cuatro días después de las elecciones generales y cuando empieza a trascender la consternación y abatimiento que reina en todas las federaciones socialistas, ya nadie pretende la elección de un candidato por aclamación, como sí hubo la tentación la primavera pasada cuando Rubalcaba aún tenía algunas dudas.

Uno de los primeros que lanzó el discurso del derecho de los 220.000 militantes a decidir quién será el líder del partido fue el madrileño Tomás Gómez, secretario general del PSM. “Voy a hacer todo lo que esté en mi mano para que los militantes decidan y que haya más de un candidato”, avisó el lunes.

Con toda naturalidad, el alcalde de Zaragoza, Juan Alberto Belloch, miembro del comité federal, elogió muy enfáticamente la figura de Rubalcaba, a quien acompañó en un mitin en la capital aragonesa junto a Felipe González y Marcelino Iglesias, pero también consideró del todo imposible que se niegue a los militantes el derecho a elegir al próximo secretario general. “No puede ser elegido alguien que decidan la gente importante del partido” o “lo impongan los excaciques territoriales”, dijo Belloch a la SER sin especificar a quién se refería.

Y eso no va a ocurrir, según aseguran en la cúpula socialista. Si alguna vez tuvieron la tentación de propiciar la candidatura de Rubalcaba, esa idea ya está enterrada. El responsable de Política Institucional y Autonómica del PSOE, Gaspar Zarrías, la esencia del aparato del partido, aseguró ayer que la ejecutiva federal cumplirá con su obligación de facilitar que se presenten todos los candidatos que lo deseen e incluso se mostró favorable a que haya “varios”.

Se ha acusado así el golpe del sector que, quizá de manera preventiva o por oposición a Rubalcaba, ha abierto un movimiento contrario, hasta en las redes sociales, a que desde “la vieja guardia” se amañe el congreso. Desde el aparato se rechaza la denominación de “vieja guardia” al recordar que en el equipo de Rubalcaba hay dirigentes del PSOE de todas las generaciones, entre los 30 y los 60 años de Rubalcaba.

Además de Elena Valenciano, la coordinadora de la campaña, a la que han elogiado en todas las federaciones, se cita al resto del equipo, la mayoría muy jóvenes, como Pilar Alegría, Juan Moscoso, Óscar López, María González, César Luena, Carlos Mulas, Ángeles Álvarez, Antonio Hernando y Laura Seara. Todos ellos saben que los delegados al congreso no pueden ser manipulados en absoluto porque “un colectivo que vota individualmente en urna y en secreto es incontrolable”.

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Sobre la firma

Anabel Díez
Es informadora política y parlamentaria en EL PAÍS desde hace tres décadas, con un paso previo en Radio El País. Es premio Carandell y Josefina Carabias a la cronista parlamentaria que otorgan el Senado y el Congreso, respectivamente. Es presidenta de Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP).

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