_
_
_
_
_

El 15-M deja vacío Sol en el día de las elecciones

Solo unas 150 personas participan a la asamblea celebrada esta tarde en Madrid

Una joven muestra una pancarta durante la concentración de esta tarde en la Puerta del Sol.
Una joven muestra una pancarta durante la concentración de esta tarde en la Puerta del Sol.Denis Doyle (GETTY)

A las cinco y media, con el suelo de la Puerta del Sol todavía empapado por la lluvia del día, unas treinta personas organizan el equipo de sonido para la asamblea del 15-M. "¿Alguien quiere una bolsa para sentarse?", pregunta una mujer con acento italiano que agita una bolsa azul de Ikea. Poco después vienen cartones y rollos de bolsas de basura para que los asistentes no se mojen. Es inútil el esfuerzo, la asamblea apenas llega a reunir a 150 personas: sobran comodidades para tan pocos asistentes. Hoy, seis meses y cinco días después de la manifestación que dio origen al movimiento; hoy, cuando las urnas esperan el voto de los ciudadanos, Sol parece vivir sin elecciones.

"Compañeros, vamos a empezar la asamblea", dice un joven del grupo de Dinamización. "Como sabéis hoy es el día de las elecciones, pero aquí no vamos a pedir el voto para ningún partido, ni tampoco vamos a decirle a la gente que vote o que no vote". En el orden del día solo hay una mención a las urnas, el grupo de trabajo 20-N, que abre el turno de palabra: "Hemos decidido seguir con el grupo de trabajo, porque el desconocimiento de los ciudadanos de la ley electoral y las consecuencias de su voto es necesario solucionarlo".

El movimiento parece haber abandonado las plazas por acciones para "liberar" pisos. En Barcelona hoy han ocupado el sexto bloque de viviendas, en la capital sigue el hotel Madrid, de la calle Carretas y hace tres días tomaron el 33 de la Corredera Baja de San Pablo, en el distrito Centro. Estas iniciativas en las que se han reciclado los esfuerzos por evitar desahucios son los resultados más visibles de la Spanish Revolution, pero la red bulle con iniciativas más silenciosas.

Una de ellas la que comenzó la asamblea de Usera (Madrid): las Urnas indignadas. "Se trata de un ensayo que comenzamos hace una semana para proponer un sistema alternativo de participación ciudadana", explica uno de sus promotores. La idea es que se genere una agenda política alternativa, marcada por los ciudadanos desde la participación telemática. Las propuestas más populares han sido referentes a una mayor participación directa en la política, mediante referendos y uso de las nuevas tecnologías, reforma de la ley electoral y control de la corrupción.

Antes de que la lluvia rompiera los carteles, en el árbol de navidad a medio construir podía leerse: "Nuestros sueños no caben en sus urnas". La desilusión con el sistema democrático lleva al debate de si la lucha debe o no hacerse con las armas de la democracia, una discusión que ha ocupado las plazas españolas durante estos días de reflexión. "Desde que nos engañaron en el referéndum de la OTAN no he vuelto a votar, pero esta vez es diferente. ¡Esta vez tenemos que votar! Aunque sea a un partido pequeño, a un partido de nadie", dice con emoción una señora de mirada joven que ya ha pasado los cincuenta. El debate que se escucha entre los grupos de indignados es el mismo: ¿votar o no votar? "Botarles", dicen muchos.

Tal vez por eso la plaza que se convirtió en símbolo del 15-M estaba hoy casi vacía. "No parece que hoy sea día de elecciones", dice una indignada decepcionada ante la falta de asistentes a la plaza. Claro que otros asistentes no se rinden, el plato fuerte aún no ha llegado: "La concentración está convocada para las 20.00. Esperemos que venga más gente… Esperemos".

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Pero llegaron las ocho, y las nueve, y la afluencia de personas no superó las 250 personas en los momentos de mayor concentración. “Nuestra victoria, no está en las urnas”, coreaban en la plaza. Al llegar los primeros sondeos a pie de urna muchos buscan en sus móviles los primeros resultados. “¿Cómo han quedado los partidos minoritarios? ¿A conseguido entrar Equo?”, se oye preguntar entre los gritos de la muchedumbre.

Un portavoz de la comisión de Política a corto plazo dice que la escasa afluencia se debe a que "el 15-M se ha reciclado en acciones concretas, como las asambleas de barrio y la liberación de espacios". Insiste en que esta no había sido una concentración suficientemente promocionada pero que el 15-M no pierde fuerza: “¡Eso lo llevan diciendo desde el 16 de mayo! Esto es como la mantequilla cuando la untas: al expandirse pierde grosor”. La idea general en la plaza es que los resultados están condicionados por una ley electoral que beneficia a los grandes: “No reconozco este sistema, por eso no reconozco estos resultados”, dice un joven que horas antes ha participado en la asamblea.

Pese a la escasa afluencia de gente en la plaza, los gritos y el entusiasmo no decayeron entre los asistentes: “¡Quién quiere elecciones, si tenemos asambleas!”, “¡Violencia es no llegar a fin de mes!”. Y a las diez, con el 75% de los escaños escrutados, un grito: “¡Ha ganado la abstención!” En ese momento los indignados de la plaza condenaban a la horca y a la hoguera a los cabeza de listas de los principales partidos. Con el cuerpo de tubos de cartón y un globo con una foto pegada por cabeza, las representaciones de Rajoy y Rubalcaba colgaban bajo el árbol de luces de navidad a medio construir. Unos metros más allá, el fuego de la hoguera devoraba el fuego el cartón de los otros muñecos.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_