_
_
_
_
_

IU echa la red en el océano de la crisis

Cayo Lara ha cortejado a dos bandas a los socialistas ‘huérfanos’ y al 15-M

Cayo Lara en el cierre de campaña de IU.
Cayo Lara en el cierre de campaña de IU.EUROPA PRESS

Después de 15 años de caída electoral en picado; de sentirse ninguneada y despreciada —sobre todo por el PSOE— como tercera fuerza política nacional (lo es en votos, pero no en escaños porque la Ley Electoral se los quita); de asistir a su progresiva pérdida de influencia en el Congreso —solo dos diputados en la última legislatura—; y de desangrarse en guerras internas mientras se le fugaban los votantes, IU podría convertirse hoy, inesperadamente, en una de las grandes triunfadoras de estas elecciones. Las de la crisis.

Todas las encuestas vaticinan una fuerte subida en votos y escaños para la formación capitaneada por Cayo Lara. Le dan entre 7 y 11 escaños, lo que supondría, al menos, cuadruplicar su presencia en la Cámara: probablemente la mayor subida de todos los partidos, si esos pronósticos se cumplen. En IU sostienen que eso no sería más que un acto de justicia, que la federación recoge ahora los frutos de una siembra de tres años: la batalla entre familias de IU se ha calmado y la organización se ha volcado en "defender a los trabajadores" cuando el PSOE se abrazaba "al árbol liberal".

Pero no solo hay trabajo propio, hay un contexto sin precedentes. El del desplome del partido hegemónico en el ámbito que se denomina de izquierdas, el PSOE, que podría perder en estos comicios a buena parte de su base social. Y es ahí, en esa posible debacle socialdemócrata, en la que ha centrado su estrategia de campaña el equipo de Lara. Sin disimularlo ni un minuto —"a pecho descubierto", dijo el candidato—, IU ha echado las redes al turbulento mar del socialismo en crisis y espera pescar miles de votos de tantos y tantos electores huérfanos. Incluso a la UGT, el histórico sindicato hermano del PSOE, ha acabado pidiendo el voto, solemnemente y sin despeinarse, Cayo Lara. Y el PCE ha apoyado ese giro.

Es, en cierto modo, la historia al revés: durante años, el PSOE le robó votantes a IU apelando al voto útil; el mensaje era: si usted es de izquierdas y no quiere que venga "la derecha", vote al PSOE, porque hacer otra cosa es tirar el voto (gracias a la Ley Electoral, entre otras cosas). IU sufrió las consecuencias de esa táctica elección tras elección; esta vez es IU la que apela al voto útil en dirección inversa. "Hoy, el voto útil de la izquierda es a IU: el PSOE no puede enfrentarse a la derecha porque su política es de derechas", repite Lara en cada mitin.

Ese es un caladero: socialistas desencantados. Hay otro: indignados del 15-M (y alrededores). El movimiento popular que tomó las plazas en mayo reclamando "democracia real" provoca una mezcla de fascinación y preocupación en IU. A la federación le resulta muy fácil apoyarlo, porque la mayoría de sus reivindicaciones coincide con el programa de IU; pero hay otra parte del 15-M que no solo está indignada con los partidos mayoritarios, sino con todos, con la clase política, con una forma de entender la democracia que deja a los ciudadanos fuera. Y esa parte puede inclinarse por el voto en blanco, nulo o la abstención (o por partidos aún más minoritarios que IU).

Para tratar de ganarse a ese potente y vidrioso granero de votos, el equipo de campaña de Lara ha hecho dos cosas. Una, poner en el cartel electoral a jóvenes activos en el 15-M. El ejemplo más claro es el candidato por Málaga, Alberto Garzón (que no ha sido exactamente fichado, porque llevaba años militando en IU). Y dos: Lara se ha desgañitado avisando: "¡A Botín no le tiemblan las piernas por el voto en blanco!". Le tiemblan más a IU que al banquero Emilio Botín, aparentemente.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Cayo Lara ha vivido la campaña más eufórica y más confiada que se recuerda en IU en más de tres lustros. Pero nada es seguro hasta que se consigue. En el recuerdo aún está la infausta noche electoral de 2008, cuando IU obtuvo los peores resultados de su historia después de una campaña en la que el entonces candidato, Gaspar Llamazares, también confiado, había llegado a reclamar al PSOE que le hiciera hueco en el Gobierno con un ministerio.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_