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Rubalcaba sí responde

Propone en una entrevista en Twitter prohibir pagar más de 3.000 euros en efectivo

Natalia Junquera
Rubalcaba y la alcaldesa de Avilés, Pilar Varela, ayer en el centro cultural Oscar Niemeyer.
Rubalcaba y la alcaldesa de Avilés, Pilar Varela, ayer en el centro cultural Oscar Niemeyer.ELOY ALONSO (REUTERS)

Sufrió, le costó, protestó: “Estoy agotado, ¿cuánto queda?”, preguntó cuando habían pasado apenas diez minutos. Rubalcaba se vio incapaz ayer de hablar en 140 caracteres, o lo que es lo mismo, en nueve segundos, como le exigía el formato de la tuiterentrevista que ofreció en la sede de Ferraz. El moderador, Antonio González-Rubí, consultor político, fue implacable: “Alfredo, respuestas rápidas. Tiene que ser 45 minutos de titulares, aunque no te gusten”. Dejó bastantes.

Por ejemplo, una propuesta que no había anunciado aún: aumentar de cinco a diez años el plazo de prescripción de los delitos fiscales y prohibir que se paguen en efectivo facturas superiores a los 3.000 euros para luchar contra el fraude fiscal y la economía sumergida. “No queremos que se escape ningún defraudador”, añadió más tarde. O la promesa de que no dimitirá, como hizo Joaquín Almunia en el año 2000, si obtiene unos malos resultados el 20-N. “Esa noche no me iré”, dijo serio Rubalcaba. ¿Y después? No quiso ponerse aún en ese momento. “Ahora estoy en la recta final y recortando terreno”. A la pertinente repregunta de cómo lo sabía, dijo: “Ah”, insinuando que tenía en su poder encuestas algo más favorables que las conocidas.

¿A QUIÉN QUIERES MÁS?

  • Rubalcaba: "No puedo decir quién me gusta más, Zapatero o Felipe, es como lo de a quién quieres más, a mamá o a papá".
  • Sobre los recortes: "Gobernar, a veces es muy duro".
  • "El Estado de bienestar es la seguridad frente al infortunio y la falta de recursos. El PP es un peligro para el Estado de bienestar y la seguridad de los españoles y vamos a defenderlo con uñas y dientes".

A algunas preguntas no respondió porque le parecieron un dilema imposible: “¿Quién cree que fue mejor presidente, Felipe González o José Luis Rodríguez Zapatero?”, le pinchó un tuitero. “Eso es como lo de a quién quieres más, a papá o a mamá. No puedo, no puedo…”.

Es verdad que en determinadas cuestiones era más difícil que en otras explicarse en nueve segundos —de ahí el agotamiento: el esfuerzo por sintetizar—, como una sobre la relación de Cataluña con España y el modelo de financiación. Para otras, en cambio, no necesitó ni los 140 caracteres: ¿Le preocupan las acusaciones que pesan sobre José Blanco? “No”.

Algunas eran pregunta y reproche a la vez, como la del tuitero que quiso saber por qué tenía que creer ahora sus propuestas cuando no las había hecho cuando estuvo en el Gobierno; el que dijo sentirse traicionado, o el que cuestionó que si ganaba no fuera a someterse también a lo que impongan los mercados. Rubalcaba aseguró que su programa era de cuatro años y estaba diseñado para cumplirse de la primera a la última línea. Admitió, sobre los recortes que aplicó estando en el Ejecutivo, que “gobernar, a veces es muy duro”, y explicó que si no hicieron antes lo que ahora propone es porque la crisis “tiene mil caras y necesita medidas nuevas continuamente”.

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Confesó un remordimiento —“no haber pinchado antes la burbuja inmobiliaria”— y lanzó varios compromisos: convocar a partidos, empresarios y sindicatos para hacer un gran pacto por el empleo como primera medida si gana, y una ley de transparencia. Al final, 45 minutos después, había contestado a 69 preguntas. Al terminar la jornada le habían llegado otras 2.400 que prometió responder estos días. El candidato del PP, Mariano Rajoy, no ha hecho nada parecido.

De Ferraz se fue a Gijón, donde Rubalcaba fue recibido al grito de “¡bienvenido a esta tierra que nos han quitado!” —el exvicepresidente de Aznar Francisco Álvarez-Cascos arrebató a los socialistas el gobierno asturiano en mayo—. La mejor forma de darle “las gracias por haber acabado con el terrorismo” es darle cuatro diputados por Asturias, dijo el cabeza de lista por esta comunidad. Fue uno de los mítines más multitudinarios y con la gente más animada. Había más de 4.000 personas. El candidato repasó las leyes sociales (aborto, matrimonio homosexual…) y aseguró, una vez más: “PP y PSOE no somos lo mismo. Y no vamos a dar un paso atrás. Estemos donde estemos”.

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Sobre la firma

Natalia Junquera
Reportera de la sección de España desde 2006. Además de reportajes, realiza entrevistas y comenta las redes sociales en Anatomía de Twitter. Especialista en memoria histórica, ha escrito los libros 'Valientes' y 'Vidas Robadas', y la novela 'Recuérdame por qué te quiero'. También es coautora del libro 'Chapapote' sobre el hundimiento del Prestige.

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