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El día de la memoria

El 'lehendakari' recalca que "el que muere queriendo matar no es una víctima"

Los partidos vascos conmemoran sin acuerdo la segunda edición del Día de la Memoria El máximo cargo de Bildu participa en un homenaje a las víctimas

Garitano, el máximo representante institucional de Bildu, (con traje, sin corbata), en el homenaje a las víctimas.
Garitano, el máximo representante institucional de Bildu, (con traje, sin corbata), en el homenaje a las víctimas.JESÚS URIARTE

El Día de la Memoria, que los partidos de Euskadi conmemoran hoy sin acuerdo, ha incluido una declaración institucional del lehendakari, Patxi López, en la que ha recalcado que “el que muere queriendo matar no es una víctima” y la necesidad de construir un relato común sin caer en "equiparaciones" entre víctimas, la presencia de un alto cargo de Bildu en un homenaje a las víctimas y una doble ofrenda floral ante el parlamento vasco por las discrepancias entre el PP y los nacionalistas.

El lehendakari López ha pedido a la sociedad vasca que escuche las “experiencias diferentes personales e irrepetibles” que han sufrido las víctimas de la violencia de ETA, los GAL y los abusos policiales para construir una “verdad compartida” que sirva de “muro de contención frente a posibles tentaciones totalitarias en el futuro”. En el primer Día de la Memoria tras el anuncio de ETA del cese definitivo del terrorismo, el lehendakari ha recalcado que Euskadi está cerrando para siempre un “largo ciclo de violencia” y ha defendido la necesidad de construir un relato común de lo ocurrido sin caer en “equiparaciones”, marcando una línea clara entre víctimas y verdugos y exigiendo a la izquierda abertzale que salde su “deuda” con Euskadi reconociendo el daño causado por ETA.

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“El que muere queriendo matar no es una víctima, es un asesino frustrado”, ha resaltado López, aludiendo así al intento de la izquierda abertzale de incluir en su listado de víctimas a etarras que murieron manipulando explosivos, entre otros.

López publica en Twitter la foto del roble que ha plantado en Ajuria Enea.
López publica en Twitter la foto del roble que ha plantado en Ajuria Enea.

El diputado general de Gipuzkoa, Martin Garitano, el máximo cargo institucional de la coalición abertzale Bildu, ha asistido a la ofrenda floral organizada por las Juntas Generales de esta provincia en un hecho sin precedentes por parte de los independentistas pero que no supone ningún compromiso por su parte, puesto que los partidos no han logrado acordar un manifiesto ni un acto unitario. En este caso era una concentración silenciosa sin lema alguno.

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Garitano ha aprovechado la ocasión para manifestar que “hoy no es el día de todas las víctimas”, porque no se rinde un recuerdo a “los miles y miles de ciudadanos que han sufrido la violencia de los Estados”. Ha recordado que un día como hoy “la Guardia Civil mataba en Etxarri Aranaz (Navarra) al concejal de Lakuntza Mikel Arregi: “Su memoria no ha estado presente”. Era una referencia al hecho de que se escogió el 10 de noviembre para homenajear a las víctimas porque es el único día del calendario en que no hay muertos ni heridos en atentado.

Entrevista a ETA

El diario Gara ha anunciado en su cuenta de Twitter que mañana, viernes, publicará una entrevista "con ETA", la primera de la banda desde que el pasado20 de octuybre anunció que renuncia a la violencia.

El responsable de la Diputación de Gipuzkoa ha asegurado que Bildu es partidario de convocar actos de recuerdo “a todos los afectados por todas las violencias que ha padecido este país”. Ha confiado que en el futuro se pueda consensuar un homenaje de esas características. Le han acompañado dos miembros de su gabinete, los diputados forales Ikerne Badiola (EA) y Ander Rodríguez (Alternatiba). A diferencia de los representantes de los otros grupos políticos, los soberanistas no han depositado una flor siempreviva junto al monolito en memoria a “las víctimas del terrorismo y la violencia” erigido en la entrada a la sede del Parlamento guipuzcoano.

Urkijo confía en que no haya diferencias insalvables para un acuerdo en el futuro

En el acto celebrado ante el Parlamento vasco, en Vitoria, ha habido dos ofrendas: la de la presidenta de la Cámara, Arantza Quiroga (PP), que ha colocado una corona de flores con la leyenda, en euskera y castellano, "en memoria de todas las víctimas del terrorismo", lo que ha molestado a los nacionalistas, que han llevado otras flores en recuerdo de todas las víctimas, incluidas las de los abusos policiales. La primera, tenía el apoyo de socialistas y de UpyD; la segunda, el de PNV, EA, Aralar y Ezker Batua.

Acompañado por los consejeros de su Gobierno, López ha plantado un árbol junto a la estatua que recuerda a las víctimas en el jardín del Palacio de Ajuria Enea (su residencia), en Vitoria, “para que su sombra abrace y dé cobijo” a la memoria de los castigados por las distintas violencias sufridas en Euskadi.

Eduardo Madina, diputado socialista y víctima de ETA (perdió parte de una pierna en un atentado), ha lamentado la división y ha insistido en que la "paz estable en una sociedad libre" sólo vendrá de la mano de "amplios consensos políticos, ausencia de nervios, tranquilidad, no mirar esto desde una perspectiva electoral y estar juntos fabricando un futuro de convivencia en paz, libertad y serenidad política".

Las víctimas del terrorismo han recibido entre el desánimo y la crítica política la falta de acuerdo de los partidos que ha terminado diluyendo la celebración hoy del Día de la Memoria. Grupos de afectados y otros a título individual ven lamentable que no haya habido voluntad política para organizar un acto “en condiciones” que recordase única y precisamente a las víctimas de ETA y de otras bandas como los GAL.

Transcurridos apenas 20 días desde que ETA declarase el cese del terrorismo, los partidos han exhibido cuatro veces su incapacidad para celebrar unidos el fin de la banda o recordar a las víctimas de la violencia. El más serio desencuentro quedó sancionado cuando los tres partidos mayoritarios asumieron, entre reproches, su incapacidad para conmemorar con un mínimo consenso el Día de la Memoria este 10 de noviembre, el único día del calendario sin muertos o heridos en atentado.

“Las víctimas somos las que hemos perdido y las que nos vamos a quedar sin día para conmemorar a nuestros familiares asesinados”, recalca Christian Matías, portavoz de Covite, el colectivo de víctimas vascas, que reúne a más de 400 personas. Covite no asistirá hoy como tal entidad a ninguno de los actos convocados por algunas instituciones para celebrar el Día de la Memoria y que están abiertos a los ciudadanos.

Media docena de víctimas consultadas por EL PAÍS coinciden en un punto básico que apunta a la discrepancia que ha impedido el consenso: en ningún caso van a sumarse a actos o declaraciones institucionales que quieran “mezclar” a los afectados por ETA con las víctimas de excesos policiales, lo que entienden como una equidistancia o equiparación que termina diluyendo su memoria.

Algunas asociaciones y fundaciones de afectados ya hablaron antes del verano, después de que el Parlamento constituyese la ponencia sobre las “otras víctimas”, y coincidieron en que no iban a “estar donde se pretendiera reescribir la historia mezclando a unas víctimas con otras”, según una persona que participó en esos contactos. “Y lo mantendremos los próximos años”, apostilla.

Los consultados recalcan que el Día de la Memoria nace a raíz de la ley vasca de Víctimas de 2008, que reconoce como tales a quienes hayan sufrido “la acción terrorista” o la de los miembros de “bandas o grupos armados” que actuaran para “alterar gravemente la paz y seguridad ciudadana”. Así, ello incluye a ETA o el GAL, pero no a los afectados por abusos policiales. “En todos aquellos actos que se salgan de lo que recoge la ley no vamos a estar”, recalca Mari Mar Blanco, hermana del concejal popular Miguel Ángel Blanco, asesinado en 1997.

Las víctimas no niegan que haya afectados por otras vulneraciones de derechos ni que se les reconozca “siempre que una sentencia firme lo acredite, porque a ese carro se ha sumado mucha gente que no era verdad”, indica Caty Romero, viuda del sargento de la policía donostiarra Alfonso Morcillo, asesinado en 1994. Pero el de la Memoria no es su día, defienden, ni quieren verse mezcladas con ella. “Queremos un día específico para conmemorar exclusivamente a las víctimas del terrorismo reconocidas como tal. El listado [más de 800 de ETA] está bien definido y para el futuro solo hay que tirar de el”, enfatiza Matías.

Los consultados elogian el consenso del año pasado y no entienden esta división. “El día ya estaba hecho así y no me explico por qué los políticos han llegado a esto”, dice Romero. “Nosotros no somos responsables de los errores de los partidos, pero sufrimos las consecuencias”, añade.

Pese al panorama de desunión, Txema Urkijo, asesor de la Dirección de Atención a las Víctimas, confía en que “no haya diferencias de fondo insalvables para llegar a un acuerdo en el futuro”. Urkijo se muestra consciente, en declaraciones a este diario, de que lo ocurrido es “el reflejo de lo posible en un momento electoral como este”. Tras ver importante que los partidos hagan un esfuerzo por “una convivencia con memoria”, apunta que no hay unanimidad entre las víctimas de ETA al afrontar lo ocurrido con las policiales, con algunas instaladas en un rechazo frontal y otras más proclives a la comprensión.

El Gobierno, el PSE y los nacionalistas coinciden en que reconocer la existencia de víctimas de la policía no supone poner en pie de igualdad dos violencias, sino “asumir que hubo una realidad diferente a las de los afectados por el terrorismo, pero que tiene elementos comunes”. “La memoria es de todos y un día de recuerdo no es un día de homenaje”, concuerdan un parlamentario del PNV y otro del PSE. Casi todos los dirigentes y cargos públicos sondeados creen que la cercanía del 20-N ha sido decisiva. “Cuando dijeron la fecha electoral, lo primero que pensé fue: ‘A ver como sale lo del Día de la Memoria”, reconoce un responsable de Interior.

Póngase el acento en uno u otro lado, el de hoy va a ser un Día para las víctimas sin víctimas. "Es una pena, donde estamos, otra vez utilizando y manoseando esta cuestión”, concluye Romero.

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