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El tren irrumpe en la campaña balear

El PSOE y los nacionalistas batallan contra los conservadores por paralizar un trazado ferroviario

El presidente de Baleares, José Ramón Bauzá
El presidente de Baleares, José Ramón BauzáTOLO RAMÓN

La izquierda y los nacionalistas batallan contra el PP por un tren. Para que continúen las obras de una nueva línea de ferrocarril en Mallorca, que fueron paralizadas el pasado verano en el estreno del nuevo Gobierno de Baleares, de José Ramón Bauzá. El tijeretazo ocurrió cuando se había completado un 70 por ciento del proyecto de 130 millones de euros. Falta tender los raíles sobre el ramal de 30 kilómetros, entre Manacor y Artà. El Ejecutivo asegura que no hay partidas estatales para completar la infraestructura.

La herida está abierta. La oposición al PP del Gobierno está al frente de los Ayuntamientos de todos los pueblos -menos de Manacor- por donde discurre la línea frustrada, Capdepera, Artà y Sant Llorenç, Son Servera, la llamada comarca del Llevant. Se trata de una de las pocas áreas de Baleares ajenas al predominio político conservador. Los alcaldes de la zona han acudido al ministerio de Fomento en busca de apoyo a su causa lo que ha soliviantado al Gabinete balear que se considera víctima de un desplante de los responsables ministeriales.

El núcleo de los damnificados está en los casi 800 expropiados de terrenos para las vías, estaciones y almacenes; y en el paisaje queda mellado por una ruta sin railes. Miles de usuarios potenciales de la comarca se consideran perjudicados. En estas circunstancias el acto ‘electoral’ más concurrido de los celebrados hasta ahora en Mallorca fue una marcha de más de 1.500 personas.

Bajo la lluvia, por la carretera y entre los charcos, más de 1.500 personas participaron en domingo en la movilización contra la paralización de las obras de la nueva vía del tren Manacor-Artà. La manifestación, por su argumento político y la cercanía de las elecciones, se convirtió en un mitin electoral y de oposición al PP, con la presencia de candidatos y dirigentes del PSOE, PSM-IV-E-Q e Izquierda Unida.

Las plataformas y colectivos locales llevan años vindicando esta línea férrea, que recupera un trazado anulado hace décadas durante la dictadura. Sus actos y movilizaciones toman un sentido electoralista. Los políticos de la izquierda y nacionalista llevan la bandera, sus partidos al ocupar el Ejecutivo balear en la pasada legislatura (2007-2011) decidieron realizar la obra y adjudicaron la nueva infraestructura, gracias a un convenio con el Estado.

La infraestructura quedará inconclusa, con los pasillos de las vías sin trenes, caminos cortados con estaciones y hangares terminados. El Gobierno de José Ramón Bauzá afirma que el Estado ha dejado de pagar los trabajos y que la izquierda adjudicó ejecuciones millonarias sin contar con dotación.

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El candidato al Senado por Mallorca por el PSOE, Antoni Manchado, apoyó la convocatoria de la Plataforma del Tren de Llevant porque cree que este tren es de interés vecinal y facilitaría una comunicación "rápida, sostenible y económica", que acercará la comarca a Palma y sus infraestructuras.

Miquel Ensenyat, de los nacionalistas del PSM-IV-E-Equo, destacó que "siempre nos quejamos de que Baleares es la última comunidad en inversiones y cuando por fin se consigue un convenio así [para el tren], vienen estos [el PP] y se lo cargan”. Alejandro Aparicio, cabeza de lista de IU, vindicó la "universalidad" del transporte público.

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