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EL DEBATE DE 1993

Siete días para destilar el mejor Felipe

El veterano presidente se encerró en La Moncloa a prepararse tras perder ante un eficaz Aznar

Naiara Galarraga Gortázar
González, Campo Vidal y Aznar, en el primer debate, en Antena 3.
González, Campo Vidal y Aznar, en el primer debate, en Antena 3. MIGUEL GENER

Horas antes del primer debate electoral televisado alguien sugirió a Felipe González, a la hora del café, en el palacio de La Moncloa, que pasara lo que pasara en el plató al terminar saludara a su adversario, José María Aznar. Y, sí, le estrechó la mano aunque durante buena parte de los 125 minutos del cara a cara en Antena 3 ni siquiera le mirara. Fue uno de los pocos consejos, quizá el único, que atendió.

Aquel lunes 24 de mayo de 1993 pasó a la historia porque, por fin, en España dos presidenciables debatían en televisión. Y se recuerda sobre todo porque el aspirante Aznar, con una eficaz estrategia centrada en su letanía de “corrupción, paro y despilfarro”, se merendó al carismático González, que gobernaba desde hacía una década con mayorías absolutas, ante la vista de 9.650.000 telespectadores (el 61,8% de la audiencia). “Aznar asedia a González con la crisis pero no da alternativas para superarla”, tituló de este diario.

El candidato del PP llevaba años preparándose, ensayando, para ese momento; en el PSOE, nadie, tampoco el candidato, había prestado demasiada atención al asunto. “Decir que Felipe había preparado el (primer) debate era una broma”, recuerda el exministro José María Maravall, que dirigía la campaña de González. Era tan frenética que el fin de semana había dado cuatro mítines en otras tantas ciudades y, para colmo, la víspera, de regreso de Canarias por la noche, la avioneta en la que viajaba el candidato perdió presión, lo que le causó un buen susto, un gran retraso e insomnio.

Por primera vez en su vida, el presidente González se observó a sí mismo en televisión

Para el segundo cara a cara los presidenciables intercambiaron sus papeles. González lo preparó a conciencia; Aznar se confió. El lunes siguiente, el líder del PSOE ganaba al del PP con holgura en el segundo asalto, en Telecinco. González venció las elecciones, aunque perdió la mayoría absoluta.

Día 1 tras el cara a cara. Martes 25. De mañana, suena el teléfono en casa de Maravall. Llama el presidente: “Bueno, ciudadano, ¿qué te pareció el debate”, le pregunta González, que escucha su opinión y le dice: “De ahora en adelante, voy a hacer caso”, recuerda el exministro. “Seremos tú y yo solos, con estas dos personas (dos expertos en imagen) en un sitio que no te sea familiar, aislados del mundo y vas a aceptar todas las condiciones. Te vamos a grabar (en vídeo). Y vas a tener enfrente a un Aznar y a un moderador”, cuenta Maravall que le dijo al número uno del PSOE, que aceptó. “Era como un velocista con enormes cualidades que no se cultiva”, explican fuentes del equipo electoral del candidato.

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“Felipe, machote, arráncale el bigote”, le gritaban en el primer mitin tras el duelo

El 50% de los encuestados por Demoscopia dio el triunfo a Aznar, el 21% a González. Los populares estaban eufóricos. Esa tarde, Aznar, de mitin en Canarias, se mostró más convencido que nunca de sus posibilidades de ganar las elecciones del 6 de junio, relataba la crónica de EL PAÍS. De viaje a Cádiz para un mitin, Maravall aprovecha para empezar a explicarle a González las reglas de los debates televisivos, ese formato tan distinto de los debates parlamentarios que dominaba. “Intervenciones de minuto y medio, tú estableces el ritmo, le tienes que dejar varias pelotas de ping pong a tu adversario para confundirle y que no sepa por dónde empezar a responderte, prepararemos unas fichas sobre los temas…”, le detalló.

La misión era convertir “el Felipe barroco en el Felipe destilado”, según su entonces jefe de campaña. La clave era, decidió Maravall, “anular en los tres primeros minutos el debate anterior”. En Cádiz, simpatizantes del PSOE gritaban “Felipe, machote, arráncale el bigote”. Tras la derrota cundió la decepción con “la falta de agresividad” de su líder. Guerra, entonces número dos socialista, jefe de la campaña del partido (Maravall dirigía solo la campaña del líder) llegó a decir que habían perdido un millón de votos por el debate, rememora Maravall. TVE no informó del cara a cara en los telediarios pero sí dio una entrevista en la que Miguel Bosé pedía el voto para los socialistas, lo que enfureció a los populares.

La clave era anular en los tres primeros minutos el debate anterior” José María Maravall, jefe de campaña de González

Día 2. Miércoles 26. González dio un mitin en Burgos. Recuerda su entonces jefe de campaña que en el trayecto se enteraron de que el PSOE anunciaba que Guerra, que acababa de decir públicamente que no volvería al gabinete, se encargaría de la campaña. “Felipe me pidió que llamara para que lo refutaran. No lo hicieron”, asegura Maravall. Cien intelectuales, incluidos Antonio Banderas o Eduardo Arroyo, anuncian su apoyo a Felipe. Aquella noche, Aznar interrumpió tres veces su discurso en Zaragoza para escuchar el clamor de “presidente, presidente”.

Día 3. Jueves 27. Los cuatro hombres se encerraron en el palacio de La Moncloa, en una sala de paredes desnudas con una cámara de vídeo. “Lo primero es mostrarle por qué ha perdido el debate, que no ha sido un mal momento, sino que no tenía ninguna estrategia”, relatan las fuentes mencionadas. Por primera vez en su vida, el presidente González se observó a sí mismo en televisión, confirma Maravall. Después de comer, le pidieron que se pusiera frente a la cámara y leyera las fichas. Le grabaron habano en mano. “Le salía espectacular, ¡era Felipe en estado puro!”, rememora el extitular de Educación, que para contrastar su convencimiento de que aquello era natural, que no estaban cayendo en “la política enlatada” que tanto aborrecía González, pidió por separado y en secreto a dos personas que vieran las imágenes en vídeo: Joaquín Almunia y Alfredo Pérez Rubalcaba. Ambos le dieron la razón.

Tras el primer asalto, los candidatos intercambiaron sus papeles. Esta vez, Aznar se confió 

Ese día, Aznar visitó tres islas baleares y dio un mitin en Palma de Mallorca.

Día 4. Viernes 28. Tres bombas del GRAPO que causaron daños diversos y el infarto que sufrió Julio Anguita, líder de IU, sacudieron la campaña. Aznar, de mitin en Vigo, culpa al Ejecutivo de los ataques especulativos contra la peseta y amenaza con no acudir al debate del lunes si, dice, TVE no mantiene “una neutralidad que hoy no existe”.

González proclama en un mitin en Cuenca que “Aznar llevará a la seguridad social a la ruina y beneficiará solo a los ricos si gana”. El CIS pronostica un empate con el 33,8%. “Veremos quién ríe el último”, advertía el socialista José María Benegas, que negociaba con el popular Javier Arenas la infinidad de detalles de los debates. Desde el PSOE se abonaba la idea de que el presidente no estaba haciendo ninguna preparación específica. Pero en alguno de sus contados actos electorales (solo mantuvo la agenda imprescindible) los simpatizantes le decían. “Gánale, gánale el debate’. Y él les respondía: Queréis decir que gane las elecciones. Y le respondían, no, no, que le ganes el debate”, rememoran fuentes del equipo electoral del candidato.

Día 5. Sábado 30. “El Banco de España intenta enfriar el acoso a la peseta” y El Gobierno aprueba un crédito de 7.100 millones de pesetas para indemnizar a hemofílicos con sida”, contaba EL PAÍS. González promete a la UGT en un mitin en Pamplona “rectificar los errores” de su Ejecutivo. Juan Guerra, hermano del vicesecretario general del PSOE, estaba pendiente de su segundo juicio, Amedo y Domínguez habían solicitado el indulto,…

González y tres hombres más se encerraron en La Moncloa a diseñar y ensayar la estrategia

Esa noche, Aznar compareció en un mitin musical donde canta Greta y Los garbo y sus seguidores le aclaman al grito de “ahora, ahora, ahora a La Moncloa”.

Paralelamente el equipo, al que el candidato socialista iba marcando el rumbo, estudiaba los puntos vulnerables del contrincante: sacaron buen provecho de que el programa del PP no incluyera ni una palabra sobre el subsidio de desempleo.

Día 6. Domingo 30. “Felipe era soberbio”, recuerda Maravall. El encierro, que no rompían ni para comer, continuaba. Aznar dio un mitin en la plaza de toros de Guadalajara y viajó a Barcelona a visitar a Anguita en el hospital.

Día 7. Lunes 31. Horas antes del debate Guerra llamó al presidente. “Le dijo ‘¿cómo vas? Mucha suerte y muchas gracias”, asegura Maravall. Ya en Telecinco, en directo, González acorraló en los primeros instantes (duró 133 minutos) a un sorprendido Aznar, que no logró recuperar la iniciativa y fue derrotado por el veterano presidente, que se adaptó veloz a las reglas de la televisión. “El espectador está viendo un programa de televisión en el que hay un personaje que debe ser comprensible, que debe estar alimentado de razones, cifras, metáforas…”, precisan fuentes del equipo electoral del candidato. González insistió ante 10.526.000 televidentes (el 75,3% de la audiencia) en cómo se había modernizado España bajo su presidencia y presentó proyectos para proseguir la senda. Y todo sin mencionar socialista o socialismo.

González ganaba seis días después sus cuartas, y últimas, elecciones generales. Aznar le sucedió en la presidencia.

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Sobre la firma

Naiara Galarraga Gortázar
Es corresponsal de EL PAÍS en Brasil. Antes fue subjefa de la sección de Internacional, corresponsal de Migraciones, y enviada especial. Trabajó en las redacciones de Madrid, Bilbao y México. En un intervalo de su carrera en el diario, fue corresponsal en Jerusalén para Cuatro/CNN+. Es licenciada y máster en Periodismo (EL PAÍS/UAM).

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