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Sin preguntas, sin debate, en puente

El programa se ha aprobado así por unanimidad sin ningún tipo de debate

Carlos E. Cué

En la política enlatada que tanto gusta a los dos grandes partidos españoles, y en especial a Mariano Rajoy, lo único importante es la imagen. Ayer se vio una que sintetiza la situación interna del PP y la forma en la que Rajoy ha decidido trasladar sus propuestas. Al final de una intervención en Santiago de Compostela en la que se limitó a leer las medidas que ya estaban en los periódicos, el líder se dirigió a los miembros de su Comité Ejecutivo, 80 personas desplazadas hasta allí desde toda España.

“¿Alguien quiere intervenir?”, les dijo. Allí estaban varios presidentes autonómicos —solo faltó de los relevantes Esperanza Aguirre— y las personas más importantes del partido. Nadie pidió la palabra. Todos se levantaron para aplaudir al líder, y de paso para marcharse. A la puerta les esperaba un autobús para llevarles rápidamente al aeropuerto. Rajoy ha montado una reunión multitudinaria en Santiago, con el coste que eso supone, que se convirtió rápidamente en un plató de televisión sin debate alguno ni trabajo político. Casi todos —con excepciones— viajaron hasta allí en clase business —686 euros ida y vuelta desde Madrid, precio oficial, aunque los políticos suelen tener descuentos— y muchos durmieron allí.

Rajoy decidió presentar el programa en pleno puente de Todos los Santos, lo que le da aún menos impacto mediático. Él pasó estos días en Galicia, motivo principal de la ubicación del encuentro de ayer, que habitualmente se realiza en Madrid, donde vive y trabaja buena parte de los dirigentes. Rajoy montó actos en su comunidad el viernes y el sábado, y solo se reservó en exclusiva el domingo.

Como es habitual, tampoco hubo preguntas de la prensa, algo que el líder va a evitar en toda la campaña. Los periodistas desplazados hasta Santiago fueron forzados a seguir el discurso —sin posibilidad de cuestionar detalles del programa al líder— desde un televisor en una sala contigua.

El programa se ha aprobado así por unanimidad sin ningún tipo de debate. De hecho, los dirigentes votaron un resumen con 100 medidas que no les dio tiempo ni a leer. El resto, hasta 407, las conocerán hoy a través de la web del PP, al mismo tiempo que los demás. Y entre ellas estarán algunas delicadas como el espinoso asunto del agua, que de nuevo quedará en algo ambiguo. Da igual, porque ya no podrán votarlo.

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