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LAS CONVERSACIONES DE ETA CON LOS GOBIERNOS DE AZNAR Y ZAPATERO

De reclamar la autodeterminación a dialogar sobre el futuro de los presos

La banda ha reducido sus exigencias a medida que perdía fuerza

Pedro Arriola (izquierda) y Javier Zarzalejos, negociadores de Aznar con ETA.
Pedro Arriola (izquierda) y Javier Zarzalejos, negociadores de Aznar con ETA.MANUEL ESCALERA

Si ETA acepta la propuesta de la autodenominada conferencia de paz de San Sebastián, dejará su actividad criminal definitivamente —algo que los partidos democráticos anhelan desde hace más de 30 años— y pedirá a los Gobiernos español y francés un diálogo sobre las “consecuencias del conflicto”, lo que los expertos entienden como el futuro de los más de 700 presos y la entrega del arsenal.

Tras 43 años de atentados, la situación de debilidad de ETA se nota en este último intento de echar el cierre buscando una supuesta cobertura internacional a través de exdirigentes gubernamentales de distintos países que admiten en sus comunicados parte de la terminología y los argumentos del mundo etarra. Después de miles de atentados con 829 muertos, ETA no ha logrado ni una concesión por parte del poder político: ni el derecho de autodeterminación, ni la anexión de Navarra a Euskadi, ni los tres territorios franceses que reivindican, ni la independencia...

La situación de ETA difiere hoy mucho de la que tenía la banda hace unos años, a juzgar por el contenido de las conversaciones mantenidas en 1998 y 2006 con enviados de los Gobiernos de José María Aznar (PP) y José Luis Rodríguez Zapatero, que la propia organización terrorista se encargó de transcribir.

CONVERSACIONES DE ZÚRICH

1999

Los etarras llegaron a las primeras y únicas conversaciones con tres enviados del Gobierno del PP (fueron el 19 de mayo de 1999) con seis muertos a sus espaldas el año anterior y 13 asesinatos en 1997 (uno de ellos, el del concejal del PP Miguel Ángel Blanco). La banda dejó claras sus condiciones y sus reivindicaciones políticas desde el primer momento de aquella reunión.

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Enviado de ETA. Derecho de autodeterminación. “ETA renueva su planteamiento de alto el fuego condicionado a la aceptación por parte del Estado español del derecho de autodeterminación que le corresponde a Euskal Herria en su totalidad, y la garantía de respeto escrupuloso del resultado del debate democrático que debe darse, que ya se está dando, en el seno de la sociedad vasca”.

Enviado del Gobierno: “El presidente no tiene esa capacidad”. “El presidente de España no puede asumir compromisos que atañen al Estado: territorialidad (menciona “Navarra”). El presidente tiene funciones específicas en las que él puede decidir: disolución de la Cámara con el adelanto de las elecciones, nombramiento del Gobierno y el cambio del Gobierno, iniciativas legislativas... Pero, por ejemplo, el tema de Navarra o la modificación de ciertos estatutos no está entre sus poderes. No obstante, el Gobierno no impedirá un debate dentro de las instituciones. El presidente no puede reconocer por sí mismo, ni arrastrar a nadie a reconocer el derecho de autodeterminación de determinados territorios. No tiene esa capacidad legislativa (...). No venimos a convencerles de que dejen de ser una organización armada. Es una decisión suya en función de sus análisis. Eso será un desarrollo unilateral de ETA, por razones estratégicas, de evolución, de eficacia... No venimos a ver si ustedes van a mantener la tregua. Es ETA la que decide (...) Queremos saber cómo se puede consolidar un escenario de cese de la violencia y de apertura a la normalización. Estamos muy interesados en crear un escenario de cese indefinido (definitivo) de la violencia (...). La posibilidad de negociar con una organización armada es ilegal. No tenemos posibilidad de negociar la salida de las fuerzas armadas, el derecho de autodeterminación... Lo que aquí representamos no puede abordar ese tipo de cuestiones. La Constitución española no es inamovible, tampoco, creo, los estatutos, existen vías de cambio, que no conozco en detalle (...). Hemos hecho un esfuerzo para asumir la lógica del otro, y dentro de esa lógica no pensamos que ETA se va a rendir. Sabemos que ETA tiene todavía capacidad mortífera. No pensamos que lo que nosotros les podamos decir sobre la lucha armada, sobre la violencia pueda modificar actuaciones de la Organización. Esa es la lógica de esta interlocución. Hemos hecho un esfuerzo. No venimos a la derrota de ETA”.

Jesús Eguiguren, negociador de Zapatero con la banda.
Jesús Eguiguren, negociador de Zapatero con la banda.JAVIER HERNÁNDEZ

Enviado del Gobierno. “Si no existiera ese conflicto, no estaríamos aquí”. “Si Aznar no admitiera la existencia de un conflicto —que es evidente, no hay más que ver la Historia y las hemerotecas—, si no existiera ese conflicto no estaríamos aquí. Desde su lógica, el último momento sería: tres provincias más una más tres unificadas e independientes. Es claro que es lo que ustedes quieren. Por otro lado tenemos la Constitución española. No somos capaces de averiguar el futuro. Hay que crear una nueva dinámica y lo que decidan los ciudadanos. Si la mayoría del Parlamento español lo decide, si la mayoría de los ciudadanos lo decide, entonces OK”.

Enviado de ETA. “Respetar lo que decida Euskal Herria”. “Nosotros hemos expresado claramente que lo que pedimos al Gobierno español es el compromiso de respetar lo que Euskal Herria decida. No queremos otras dinámicas”.

Enviado del Gobierno. “No podemos debatir con ETA cómo cambiar la Constitución”. “Hay un elemento de fondo. Un gobierno puede hacer una negociación con las instituciones. Un gobierno no puede hacer un debate político con una organización armada, por ejemplo para cambiar la Constitución”.

Tras esta reunión no hubo más conversaciones y la banda rompió la tregua.

CONVERSACIONES DE GINEBRA

2006

En junio de 2006, el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero abrió conversaciones con ETA tras más de tres años sin atentados mortales. Hubo numerosas reuniones, en las que no se abordaron aspectos relacionados con la política, sino los incidentes que unos y otros se reprochaban en relación con los compromisos adquiridos. Mientras los etarras denunciaban que los jueces seguían ordenando actuaciones policiales contra los terroristas, el Gobierno reprochaba a los enviados de la banda el robo de pistolas o los actos de violencia callejera.

Enviado de ETA. Si hay detenciones, actuaremos. “Ya avisamos en junio y septiembre de la situación crítica del proceso. El 90% de los incumplimientos son del Gobierno antes del robo [de pistolas]. No admitimos vuestras amenazas. Si hay detenciones, ETA actuará”.

Enviado del Gobierno. “Con este robo no podemos movernos”. “ETA debe moverse. Si reconocen el robo de armas, se acaba el proceso. No deben hacer más atentados y deben cesar en el envío de cartas de extorsión. Con este robo no podemos movernos”. En las conversaciones tratan sobre acercamiento de presos, con un compromiso del Gobierno a partir de octubre, según ETA: trato de favor al terrorista Iñaki de Juana o derogación de la doctrina Parot.

Mesa de partidos. Las cuestiones políticas se derivaron a una mesa de partidos donde estaba la ilegalizada Batasuna, con PNV y PSE. Esta negociación fracasó ante la exigencia de Batasuna de un nuevo marco único para Navarra y Euskadi.

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