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Tribuna
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Necesidad de transparencia y claridad en las cuentas públicas

"La exigencia de transparencia a las empresas debería ser trasladable al sector público", dice el autor

No es poca la regulación que obliga a las distintas Administraciones Públicas a formular y presentar en tiempo y forma su información financiera, así como aquellos datos necesarios para la liquidación de sus presupuestos, a los órganos y registros correspondientes. No obstante, observamos regularmente en los medios de comunicación que tanto los órganos encargados de dicho control como los responsables de estos organismos ponen de manifiesto la existencia de dificultades y problemas de distinta naturaleza para cumplir con estas obligaciones o hacerlo en tiempo.

Parece lógico que a la hora de afrontar momentos difíciles todos pongamos de nuestra parte. Una mayor transparencia y claridad por parte de las Administraciones Públicas llevaría consigo una “complicidad” de las mismas con el ciudadano, y, por tanto, una mayor conciencia de compromiso y sacrificio de la sociedad civil en momentos de estrecheces. Hay que recordar que cualquier entidad mercantil en nuestro país, además de estar obligada a llevar una contabilidad atendiendo a unos estándares determinados, está obligada a depositar toda la información financiera y económica en el Registro Mercantil y a presentar la declaración de los impuestos, en especial del impuesto sobre sociedades, todo lo cual no está exento de complicaciones y de matices, independientemente de su tamaño. Es decir, tanto un pequeño negocio familiar como una gran compañía deben cumplimentar unos registros complejos al tiempo que deben ser transparentes.

Sin duda deberíamos replantearnos si todas las cargas administrativas y formales que soporta el sector privado y el sector público tienen un equilibro entre costes de confección y utilidad. Lo que no cabe duda es que, a pesar de estos bretes, el disponer de una información financiera precisa y que sea pública constituye un instrumento de gestión fundamental al tiempo que la transparencia es un patrón o estándar de los países desarrollados para el sector privado y una necesidad imprescindible para el sector publico.

No puede haber excusa de que la información se tenga en tiempo y forma

Igual que en el sector privado no puede haber excusa de que la información se tenga en tiempo y forma, independientemente que pueda haber situaciones concretas y particulares que puedan dificultar de manera extraordinaria el cumplimiento de esta obligación, hay que hacer hincapié en expresar la información relevante del sector público de manera clara y sintetizada, a efectos de facilitar su comprensión por parte de los ciudadanos, de modo que se sientan más involucrados.

Así, la idea a resaltar es que, hoy, en un escenario de incertidumbre y dificultades, la información financiera en el sector público constituye una herramienta de gestión de primerísimo nivel al tiempo que hay que hacer esfuerzos colectivos para que la información llegue a los ciudadanos, con objeto de conseguir una complicidad y apoyo por parte de los mismos.

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Valentí Pich Rosell es presidente del Consejo General de Colegios de Economistas

 

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