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LA CONVENCIÓN DEL PP

El PP debate a qué compromiso llega sobre el aborto en su programa

El sector más moderado prefiere esperar al dictamen del Tribunal Constitucional

Carlos E. Cué

Si por Mariano Rajoy fuera, el PP solo hablaría de economía. Es lo que le va a llevar a La Moncloa, dicen los suyos. Sin embargo, el programa electoral tiene que contener todos los temas sensibles, “los líos”, en terminología de Rajoy. Y eso está provocando algún quebradero de cabeza. Sobre todo el más sensible de todos ellos: el aborto. Rajoy se encontró ayer a la salida de la convención en Málaga un grupo de militantes antiabortistas que le gritaban: “Queremos votar por la vida”.

El asunto es extremadamente sensible para una parte muy relevante del electorado del PP. Y en la elaboración del programa, dirigida por Baudilio Tomé, se está viendo. Por una parte están los moderados, en el entorno del Grupo Parlamentario, que prefieren una redacción del programa más ambigua, que deje toda la responsabilidad en el Tribunal Constitucional, ante el que el PP ha presentado un recurso contra la ley actual del PSOE.

Por otra parte están los grupos más cercanos a las posiciones de la Iglesia. Estos no solo quieren que el programa contemple un compromiso claro de derogar la ley del PSOE sin esperar a lo que diga el Constitucional. Ni siquiera aceptan que se hable de volver a la ley de 1985. Esta norma, considerada un coladero, permitió que durante los ocho años de Gobierno del PP hubiera 500.000 abortos, en el tercer supuesto al permitir abortar sin límite de semanas de gestación si se consideraba que había riesgo de salud para la madre. Esa cifra fue creciendo y llegó a 100.000 al año antes de que el PSOE la cambiara en julio de 2010 por una ley de plazos más acotada. Uno de los puntos más polémicos de esa ley fue el apartado referido a las menores al establecer que las chicas de 16 y 17 años puedan abortar sin contar con el consentimiento paterno.

Desde entonces, y también gracias a la píldora del día después, el número de abortos se está reduciendo. Pero el grupo más duro en este asunto del PP, y también minoritario pero con capacidad de presión, quiere un compromiso claro de que la nueva ley del PP, mediante un desarrollo reglamentario, impedirá ese coladero y aplicará estrictamente la sentencia del Constitucional de 1985.

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El debate es tan complejo que el programa se va a retrasar todo lo posible. De hecho, no estará listo para ser presentado en la convención, como se había anunciado cuando se convocó. Se retrasará hasta finales de mes, a 20 días de las elecciones.

El estilo del líder tan sui generis —nunca desautoriza a nadie, pero tampoco se responsabiliza de lo que diga nadie— que lo único que vale es la última palabra de Rajoy

Varios dirigentes de alto nivel del PP señalan que este no es ahora un asunto prioritario y que al final, al margen de lo que ponga en el programa, lo que hará el pragmático Rajoy —católico practicante— será dejar la cuestión en un segundo plano, concentrarse en las reformas económicas que sí son urgentes, y esperar a que la sentencia del Constitucional resuelva la papeleta.

Ese es el escenario más probable que contempla la cúpula del partido. Pero ahora llega el programa y la cuestión no se puede aparcar. Además, presionado por ese grupo de antiabortistas que ha recogido firmas por internet para exigir al PP un compromiso y que montó una multitudinaria manifestación en Madrid a la que Rajoy no asistió, el líder ha llegado relativamente lejos en sus declaraciones para lo que es su estilo. En una entrevista en EL PAÍS hace un año señaló: “Y en el tema del aborto yo, desde luego, estoy absolutamente en desacuerdo con dos cosas: primero, que una niña de 16 años pueda abortar sin el conocimiento de sus padres; y segundo, estoy en contra de cómo se trata el derecho a la vida en esa ley. Por tanto, en ese punto, propondré reformar lo de los 16 años. Esta ley no protege suficientemente el derecho a la vida, porque permite libertad total en las primeras 14 semanas”.

Otros dirigentes, como Ana Pastor o Dolores de Cospedal, han asegurado recientemente que el PP derogará la actual ley. Aún así, el funcionamiento del PP es tan particular, y el estilo del líder tan sui generis —nunca desautoriza a nadie, pero tampoco se responsabiliza de lo que diga nadie— que lo único que vale es la última palabra de Rajoy. Y cuando se le preguntó si iba a derogar esa ley la semana pasada contestó: “Programa electoral”. Esto es, esperar. La salida más probable será intermedia. Y Aznar, que sí asistió a esa manifestación contra el aborto, en la que estuvo Cospedal, recordó ayer su posición: “Lo normal es que se reconozca y se proteja el valor de la vida humana”.

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