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Los roteños celebran la llegada de los militares estadounidenses

El 56% de su economía depende de la base militar

Entrada de la base naval de Rota (Cádiz).
Entrada de la base naval de Rota (Cádiz). ROMÁN RÍOS

“Lo voy a tener más fácil para alquilar mi casa”, se escuchaba decir ayer a una vecina de Rota. La ubicación en la localidad gaditana del escudo antimisiles de la OTAN y la llegada de más de un millar de militares ha animado las charlas entre sus habitantes y les ha dado esperanza de mejorar sus bolsillos. No en vano la base de Rota mueve el 56% de la economía local. Y más gente significa más negocio.

El Ayuntamiento estima que el desplazamiento de 1.200 militares y un centenar de técnicos facilitará el asentamiento de más de 3.500 personas, al sumarse sus familias. Supone duplicar el número actual de residentes estadounidenses, que ahora se sitúa en torno a los 1.800, muy lejos de los 5.000 que llegó a tener a principios de los años ochenta. “La base ha mejorado mucho en los últimos años. Esto es algo que esperábamos”, dice la alcaldesa de Rota, Eva Corrales (PP).

“Lo voy a tener más fácil para alquilar mi casa”, afirma una vecina

Lo dice porque el recinto militar ha venido reforzando sus instalaciones en la última década. El Pentágono autorizó en 2001 fondos para mejorar las técnicas de abastecimiento del aeropuerto de la base gaditana, con una pista de cinco kilómetros de longitud y la reforma de los principales edificios de la instalación. Por su parte, la Armada española presentó el pasado junio las obras concluidas de ampliación del muelle número uno y la construcción del cuarto atracadero para grandes buques del muelle de la base.

El anuncio del escudo antimisiles ha alimentado las esperanzas de una ciudad que, fuera de la base, sobrevive por el turismo o la agricultura. Ahora mismo hay desplazados en el recinto militar 6.830 militares entre españoles y estadounidenses, además de 1.030 empleados civiles. “Esto va a suponer mayor inversión pero no deben repartírsela dos contratistas sino muchos empresarios roteños”, propone José Sabido, presidente del comité laboral. Cada uno de los trabajadores civiles españoles recibió ayer un correo personal del mando norteamericano de la instalación, en el que daba trasladado del anuncio hecho el miércoles por los Gobiernos de ambos países. En el mensaje, titulado Aumento de las capacidades de defensa, se asegura que el nuevo despliegue servirá “para aumentar la seguridad europea y del Mediterráneo”.

Algunos sectores en Rota se frotan las manos. Alfonso Álvarez, presidente de la asociación local de taxis, da por hecho que la ampliación de la población de la base incrementará los beneficios de su sector. “Suelen venir sin coche y ganan mucho dinero”, resume. Por eso, en una de las peluquerías de la zona varias mujeres hablan de subir el precio de los alquileres de sus casas, mientras el camarero del bar de la plaza del Castillo de Luna piensa en un paseo plagado, otra vez, de militares.

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Y las potenciales amenazas no parecen asustar, como tampoco lo hacían antes. “No vamos a sumar riesgos sino a eliminarlos”, zanjó ayer en Cádiz el vicepresidente del Gobierno Manuel Chaves. Los que no quieren más militares en Rota son minoritarios, pero también este anuncio les ha animado. Desde hace años, la marcha antimilitarista había entrado en decadencia. La próxima edición, el 6 de noviembre, renueva los motivos de los organizadores.

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