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Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Tener una vez la razón no es tenerla siempre

Pronunciamientos como el de Aznar complican la vida y el futuro del PP vasco y el de Rajoy

Luis R. Aizpeolea

Existen hoy en día pocas dudas de que la aprobación de la Ley de Partidos y su aplicación a Batasuna en 2002 fue un acierto de la política antiterrorista que puso al entonces brazo político de ETA contra las cuerdas y que contribuyó a debilitar a la banda terrorista. Aquella fue una iniciativa política, no exenta de alguna polémica en el País Vasco, del entonces presidente del Gobierno, José María Aznar, a quien el tiempo le ha dado la razón.

Pero tener una vez la razón, por muy decisiva que sea, no significa tenerla siempre. Aznar ha dicho, entre otras cosas, que “derrotar a ETA significa que esta banda no pueda desplegar su proyecto totalitario en las instituciones vascas y navarras con una coalición que no condena el terrorismo”. Dicho, con otras palabras, reclamó la ilegalización de Bildu.

Aznar no ha entendido que, por muy decisivo que sea, el final de ETA no pasa sólo por la detención de sus comandos. Pasa, también, por la desactivación del que ha sido su brazo político, que es el que hacía de ETA una banda terrorista, con apoyo social, muy distinta del GRAPO. Y ese brazo político está, desde hace dos años, en un nítido proceso de desactivación y alejamiento del terrorismo etarra.

Ha sido la reconversión de ese brazo político en un partido —y una coalición, Bildu— que apuesta por vías pacíficas, debido, es verdad, a la presión policial, judicial y social, el que ha permitido que ETA lleve más de dos años sin atentar en España y estemos ante el horizonte del final definitivo de la violencia.

Así piensan una inmensa mayoría de vascos y cada vez más españoles. Pronunciamientos de Aznar como estos complican la vida y el futuro del PP vasco y, también, al candidato de su partido a la Moncloa, Mariano Rajoy.

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