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Correa se compara con los presos de ETA para insistir en su petición de libertad

El cabecilla de la trama Gürtel alega que el control telemático ya está en funcionamiento

María Fabra
Francisco Correa, en una imagen de archivo.
Francisco Correa, en una imagen de archivo.

La inmediata puesta en libertad del cabecilla de la trama Gürtel, Francisco Correa, se ha convertido en un firme objetivo para su letrado que, insistentemente, reclama al Tribunal Superior de Justicia de Madrid que adopte alguna medida encaminada a este fin. En el último escrito presentado ante el tribunal, el letrado compara a Correa con los presos de ETA, después de que siete de ellos hayan logrado el tercer grado, lo que les permite dormir fuera de prisión, sometidos a unos controles telemáticos, a través de unas pulseras.

La situación personal de Correa, en la cárcel desde hace más de dos años y medio, cambió en junio, cuando el magistrado Antonio Pedreira, que instruye el caso, decidió decretar su puesta en libertad previo pago de una fianza de 15 millones de euros. El cabecilla de Gürtel ya anunció la imposibilidad de hacer efectivo el pago y, desde entonces, reclamó, en varias ocasiones, una rebaja. Hace apenas una semana, la sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Madrid decidió eliminar la condición del pago de una fianza para decretar su salid de prisión pero, ante el riesgo de fuga, recomendó a Pedreira que se sometiera a Francisco Correa reo “a un control electrónico”, siempre y cuando la policía garantizara que este contara “con seguridad prácticamente absoluta y garantías de fiabilidad”, para evitar su huida.

Así, los abogados del recluso tardaron apenas 24 horas en solicitar dichas medidas. Y en solo una semana lo han hecho hasta en tres ocasiones, la última de ellas, para reclamar las mismas medidas que las impuestas a los etarras, que ya han sido condenados por colaboración con banda armada.

En este documento, la defensa de Correa expone que, en cualquier caso, considera que la pulsera telemática “sigue siendo una medida desproporcionada” pero sostiene que aún así “es una medida menos gravosa que la prisión”.

El magistrado Pedreira ya ha pedido a las fuerzas de seguridad del Estado un informe que determine si realmente existe algún control que permita, con toda seguridad, evitar la fuga. Pero Correa tiene prisa y mantiene que está garantizada porque ya está siendo utilizada por autoridades judiciales y penitenciarias. Por ello pide que “es urgente que el instructor no demore por más tiempo la privación de libertad que ya se percibe como injusta”.

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