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Azkuna manda “a la cola” a los concejales de Bildu “conversos” a la democracia

La polémica de Kukutza marca un convulso pleno en el Ayuntamiento bilbaíno

El primer pleno del Ayuntamiento de Bilbao este mandato respondió ayer a todas las expectativas que había generado. Tocó buena parte de las cuestiones de actualidad, fue, en consecuencia, largo —casi seis horas— y estuvo marcado a fuego por Kukutza, el gaztetxe cuyo desalojo el pasado día 22 y el inicio de su demolición fue el punto de partida de graves incidentes que afectaron a toda la ciudad durante varias jornadas.

Pese a que entre los puntos del orden del día figuraba la aprobación de la subida de las tasas e impuestos municipales en una media del 2,5%, fue Kukutza el punto que generó el más duro enfrentamiento entre el alcalde, Iñaki Azkuna, y la portavoz de Bildu, Aitziber Ibaibarriaga, quien pidió la dimisión del regidor por aplicar una política de “apisonadora” y asoció el derribo del edificio industrial a un “pelotazo urbanístico”. Este extremo fue vehementemente desmentido por el teniente de alcalde, Ibon Areso, quien reclamó a la coalición soberanista que abandone las “demagogias” en cuestiones urbanísticas.

Pese a que el PNV, el PP y el PSE volvieron a unirse para presentar la declaración de condena de los incidentes aprobada por la junta de portavoces del pasado sábado, Bildu la rechazó de nuevo. Ibaibarriaga sostuvo que su grupo “no dice a los demás lo que tienen que hacer”. En ese momento, un contundente Azkuna acusó a la izquierda abertzale de haber dado “cobijo” durante años a okupas y antisistema, por lo que ahora “se han confundido”. “Entiendo que les cueste asumir la legalidad porque se han convertido hace cuatro días. Como dijo Juan de Ajuriaguerra a Dionisio Ridruejo: ‘Los conversos, a la cola”, enfatizó.

El alcalde se mostró, en definitiva, muy contrariado por que Bildu no haya sido capaz en dos ocasiones de condenar “actos tan graves”. Ibaibarriaga le respondió que su grupo “no va a estar a la cola de ningún sitio”, sino presente en el Ayuntamiento, porque “su mensaje ha calado en la ciudadanía”.

El hartazgo final de Azkuna se había iniciado con la negativa de Bildu a secundar —ni siquiera la votó— la enmienda del PNV a una proposición del PP, que planteaba la condena de los 857 asesinatos perpetrados por ETA y la exigencia de su disolución “incondicional”. En su lugar, Bildu citó la necesidad de construir un escenario que “traerá paz y una solución democrática”, del derecho de autodeterminación y de hacer desaparecer “todo tipo” de amenazas y torturas. “Entiendo el papelón de la izquierda abertzale. Cuarenta años apoyando al brazo armado de ETA y reconocer esa historia debe ser tremendo, pero es lo que tiene que hacer. No podemos esconder la historia de cada uno”, señaló Azkuna. La propuesta peneuvista, que condena a ETA, apoya a las víctimas y emplaza a la banda a desaparecer, salió apoyada con los votos del PNV y el PSE”.

Tras una breve discusión por el “inadecuado”, en palabas de PP, Bildu y PSE, nombramiento de la exedil de EB Julia Madrazo como presidenta del Tribunal Económico-Administrativo del consistorio, la coalición planteó, sin éxito, que Bilbao abandone la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), una institución que “quiere representar que Euskal Herria no existe” y que “es un territorio de España”. También intentó infructuosamente que se rescindiese la concesión del servicio de Bilbobus a la multinacional francesa Veolia porque “colabora con la colonización de Israel”.

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El Ayuntamiento informará por Internet a los dueños de las 175.000 viviendas de Bilbao del número de personas que figuran empadronadas en su propiedad, para comprobar irregularidades. Fue una enmienda a una proposición del PP. El PNV también iniciará en breve una negociación para ampliar “de forma no traumática” algunas zonas de OTA.

El primer pleno del Ayuntamiento de Bilbao este mandato respondió ayer a todas las expectativas que había generado. Tocó buena parte de las cuestiones de actualidad, fue, en consecuencia, largo —casi seis horas— y estuvo marcado a fuego por Kukutza, el gaztetxe cuyo desalojo el pasado día 22 y el inicio de su demolición fue el punto de partida de graves incidentes que afectaron a toda la ciudad durante varias jornadas.

Pese a que entre los puntos del orden del día figuraba la aprobación de la subida de las tasas e impuestos municipales en una media del 2,5%, fue Kukutza el punto que generó el más duro enfrentamiento entre el alcalde, Iñaki Azkuna, y la portavoz de Bildu, Aitziber Ibaibarriaga, quien pidió la dimisión del regidor por aplicar una política de “apisonadora” y asoció el derribo del edificio industrial a un “pelotazo urbanístico”. Este extremo fue vehementemente desmentido por el teniente de alcalde, Ibon Areso, quien reclamó a la colaición soberanista que abandone las “demagogias”en cuestiones urbanísticas.

Pese a que el PNV, el PP y el PSE volvieron a unirse para presentar la declaración de condena de los incidentes aprobada por la junta de portavoces del pasado sábado, Bildu la rechazó de nuevo. Ibaibarriaga sostuvo que su grupo “no dice a los demás lo que tienen que hacer”. En ese momento, un contundente Azkuna acusó a la izquierda abertzale de haber dado “cobijo” durante años a okupas y antisistema, por lo que ahora “se han confundido”. “Entiendo que les cueste asumir la legalidad porque se han convertido hace cuatro días. Como dijo Juan de Ajuriaguerra a Dionisio Ridruejo: ‘Los conversos, a la cola”, enfatizó.

El alcalde se mostró, en definitiva, muy contrariado por que Bildu no haya sido capaz en dos ocasiones de condenar “actos tan graves”. Ibaibarriaga le respondió que su grupo “no va a estar a la cola de ningún sitio”, sino presente en el Ayuntamiento, porque “su mensaje ha calado en la ciudadanía”.

El hartazgo final de Azkuna se había iniciado con la negativa de Bildu a secundar —ni siquiera la votó— la enmienda del PNV a una proposición del PP, que planteaba la condena de los 857 asesinatos perpetrados por ETA y la exigencia de su disolución “incondicional”. En su lugar, Bildu citó la necesidad de construir un escenario que “traerá paz y una solución democrática”, del derecho de autodeterminación y de hacer desaparecer “todo tipo” de amenazas y torturas. “Entiendo el papelón de la izquierda abertzale. Cuarenta años apoyando al brazo armado de ETA y reconocer esa historia debe ser tremendo, pero es lo que tiene que hacer. No podemos esconder la historia de cada uno”, señaló Azkuna. La propuesta peneuvista, que condena a ETA, apoya a las victimas y emplaza a la banda a desaparecer, salió apoyada con los votos del PNV y el PSE”.

Tras una breve discusión por el “inadecuado”, en palabas de PP, Bildu y PSE, nombramiento de la exedil de EB Julia Madrazo como presidenta del Tribunal Económico-Administrativo del consistorio, la coalición planteó, sin éxito, que Bilbao abandone la Federación Española de Municipaios y Provincias (FEMP), una institución que “quiere representar que Euskal Herria no existe” y que “es un territorio de España”. También intentó infructuosamente que se rescindiese la concesión del servicio de Bilbobus a la multinacional francesa Veolia porque “colabora con la colonización de Israel”.

El Ayuntamiento informará por Internet a los dueños de las 175.000 viviendas de Bilbao del número de personas que figuran empadronadas en su propiedad, para comprobar irregularidades. Fue una enmienda a una proposición del PP. El PNV también iniciará en breve una negociación para ampliar “de forma no traumática” algunas zonas de OTA.

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