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La abstención del PP da vía libre al contrato que bendice la temporalidad

Gómez defiende los objetivos del cambio: estimular la contratación y paliar los efectos del paro "No será un contrato basura", asegura el ministro de Trabajo Los populares critican el cambio, pero socorren al Gobierno para que pueda aprobar las medidas La portavoz del PP en el Congreso confirmó que el Ejecutivo les pidió ayuda

Valeriano Gómez, hoy en el Pleno del Congreso.
Valeriano Gómez, hoy en el Pleno del Congreso. ULY MARTÍN

Sin entusiasmo, por la "unidad del mercado", por el temor permanente a las zozobras financieras, el Congreso de los Diputados ha aprobado la reforma laboral en otra jornada atípica, en la que el PP no ha intentado torpedear una iniciativa del Gobierno y los nacionalistas, que han salvado el Ejecutivo en más de una ocasión a lo largo de la legislatura, han escenificado ahora su distanciamiento.

Los populares han ayudado así al Gobierno a sacar adelante (por 166 votos a favor, 15 en contra y 157 abstenciones) una medida económica clave, pero también muy impopular: la nueva reforma laboral que bendice la temporalidad y suspende por dos años el límite al encadenamiento de contratos temporales que el propio Ejecutivo instauró en 2006. Hasta ahora, tras cuatro contratos sucesivos era obligatorio hacer fijo al empleado.

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El ministro de Trabajo, Valeriano Gómez, ha defendido este cambio por la necesidad de dar más flexibilidad al mercado laboral para propiciar su reactivación. Para ello, ha comentado Gómez, es necesaria una respuesta "contundente". En pleno agosto, cuando se aprobó el decreto que hoy se convalida, el titular de Trabajo ya había asegurado que el Gobierno prefiere "tener a un trabajador temporal antes que a un parado”. Con estas premisas, Gómez defiende esta mañana una reforma que se centra en "tres ejes: estimular la contratación, paliar los efectos del desempleo e intensificar esfuerzos para estimular la contratación de jóvenes".

El presidente del Congreso, José Bono, hoy en el Pleno.
El presidente del Congreso, José Bono, hoy en el Pleno. ULY MARTÍN

Gómez ha apuntado que los durísimos datos del desempleo juvenil (casi el 46% en menores de 25 años) merecen "la regulación de un nuevo contrato que tiene por objeto mejorar la cualificación y el empleo". La temporalidad, sin embargo, no lo convertiría en un "contrato basura", ya que se contaría "con plenos derechos laborales y de protección social" y supondría una "mejora ostensible de anteriores contratos formativos". El ministro ha pedido también un esfuerzo a las empresas , ya que "el éxito de este contrato es la mejor manifestación del compromiso empresarial y del compromiso de todos con una generación que no ha contribuido a generar la crisis y que padece más que nadie sus consecuencias".

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"No apoyamos el conjunto de estas medidas", ha afirmado la diputada del PP Celia Villalobos. No obstante, ha asegurado que los populares se abstendrán en la votación de la reforma laboral, "por la unidad de mercado que no estamos dispuestos a romper". En cualquier caso, la diputada popular ha querido dejar claro el mensaje de su formación: "Cuando ganemos las elecciones volveremos a un modelo de estabilidad de empleo". Gómez ha señalado, en la rueda de prensa celebrada después del Pleno del Congreso, que si a lo largo de la legislatura el grado de aproximación entre socialistas y populares hubiese sido mayor, "al país le hubiera ido mucho mejor".

La diputada del PP Celia Villalobos, hoy en el Congreso.
La diputada del PP Celia Villalobos, hoy en el Congreso.U. M.

En las últimas semanas, el Partido Popular no ha mostrado entusiasmo ni ahora está acuerdo con esta impopular reforma.De hecho, no ha apoyado ninguna de las grandes leyes desde que el Gobierno empezó su secuencia de reformas impopulares, en mayo de 2010, informa Carlos E. Cué. Mariano Rajoy lo explicó el sábado, y a principios de semana Soraya Sáenz de Santamaría remató: “Es un mal decreto porque nos lleva a una absoluta precarización del empleo”. Pese a ello, remató: “Sin embargo, el Gobierno nos ha pedido que nos abstengamos porque si no tendría que ceder a las pretensiones de CiU sobre la reforma de la negociación colectiva para que prevalezcan los convenios autonómicos, y por responsabilidad y sentido de Estado, nos abstenemos”. Efectivamente, Gómez llamó a Fátima Báñez, miembro del equipo económico del PP y persona de confianza de la portavoz, para pedirle esa abstención.

La decisión supone un giro importante en la estrategia del PP, que coincide con un momento político muy particular, después del pacto para la reforma constitucional entre los dos grandes partidos, a pocas semanas de las elecciones y con una situación económica especialmente delicada. El Gobierno ya confió en varias ocasiones en la abstención del PP y, sin embargo, los populares votaron no, sometiendo al PSOE a una enorme presión que les hizo sacar reformas clave, como los recortes sociales de mayo de 2010, por un solo voto.

Las medidas del 26 de agosto

El Gobierno aprobó el pasado 26 de agosto un real decreto de “medidas urgentes para la promoción del empleo de los jóvenes” que modifica la legislación laboral impulsando la temporalidad. La tasa de paro juvenil es del 46%, frente al 20,8% general.

Contrato de formación. El Ejecutivo ya había elevado —con la reforma laboral de 2010— de los 21 a los 25 años la edad máxima hasta la que un trabajador sin cualificación profesional puede tener un contrato de formación (el más barato para el empresario). Esa ampliación se iba a aplicar transitoriamente hasta 2011. Cumplida esa fecha, el pasado 26 de agosto volvió a elevar el tope de edad, hasta los 30 años, "transitoriamente" hasta fin de 2013. Ese contrato tiene una duración mínima de un año y máxima de tres. El sueldo es, al menos, el salario mínimo interprofesional (641 euros), pero en proporción al tiempo de trabajo: como máximo, el 75% de la jornada normal, porque el resto se dedica a formación.

Contrato temporal. Durante dos años queda suspendida la regla aprobada en 2006 por la cual aquellos trabajadores que llevaran dos años con contratos temporales pasaban a ser fijos automáticamente. "En la actual coyuntura, la regla, lejos de fomentar la contratación indefinida, puede estar produciendo efectos indeseados de no renovación de contratos temporales y afectando negativamente al mantenimiento del empleo", explicaba el real decreto ley.

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