Ofrendas, pactos y polémicas lingüísticas

La fiesta nacional de Cataluña se ha teñido hoy de un manto fuertemente reivindicativo, marcado por la inmersión lingüística, la reforma constitucional y las consecuencias de los pactos con el Partido Popular (tanto de PSOE para modificar la Carta Magna como de CiU par aprobar los presupuestos o dar la alcaldía de Badalona a los populares). Los actos de la Diada se han iniciado con la tradicional ofrenda floral en el momento de Rafael Casanova, el conseller en cap de Barcelona que ha simbolizado la defensa de la ciudad en 1714 frente a los ejércitos de Felipe V.

Este año se ha vuelto a instalar un perímetro de seguridad de unos 200 metros alrededor del monumento a Casanova, cosa que ha evitado que los políticos recibieran los pitidos y abucheos de años anteriores. Así, el presidente de la Generalitat, Artur Mas, y el resto de políticos se han librado en su mayoría de los abucheos. Sin embargo, el presidente catalán no ha podido evitarlos poco después cuando ha acudido a Sant Boi para presidir la ofrenda a la tumba de Rafael Casanova. Un centenar de personas de asociaciones vecinos del Baix Llobregat ha increpado a Mas por los recortes.

Pero para el PP la polémica estaba servida a primera hora de la mañana cuando la estatua del histórico político ha aparecido con una estelada (la bandera independentista catalana), hecho que ha indignado a Alberto Fernández Díaz, uno de los pocos representantes populares que ha asistido a la ofrenda (y lo ha hecho en calidad de concejal del Ayuntamiento de Barcelona), ya que el PP ha decidido no asistir.

Los representantes del Gobierno catalán y del Parlament han sido los primeros en depositar sendos ramos de flores, un gesto que posteriormente han repetido entidades culturales (Òmnium Cultural y diferentes colles de castelleres), deportivas (Barça y Espanyol), sindicatos (CCOO y UGT han portaban una senyera conjunta con un lema en defensa de la lengua) y todos los partidos políticos con representación parlamentaria, excepto el PP y Ciutadans. Por contra, sí ha asistido, por primera vez, la xenófoba Plataforma per Catalunya, encabezada por Josep Anglada.

La anécdota de la ofrenda la han protagonizado dos partidos independentistas, Esquerra y Reagrupament, que han cerrado la procesión a las doce del mediodía. El resto de partidos e instituciones habían hecho entrega de sus centros florales mucho antes, para no llegar tarde al acto institucional que acogía el Parc de la Ciutadella. La comitiva de Esquerra, encabezada el secretario general, Joan Ridao, ha tenido que cantar Els Segadors (el himno oficial catalán) sin el acompañamiento musical de la banda de música, que ya se había marchado.

Los diversos colectivos del independentismo radical han celebrado esta mañana la Diada, como es tradicional, en el Fossar de les Moreras, donde, según la tradición, están enterrados los barceloneses que se enfrentaron a las tropas de Felipe V en 1714. El acto de mayor colorido ha sido la recreación histórica protagonizada po un grupo de miquelets, los combatientes regulares de la Guerra de Sucesión, que lanzaron salvas de recuerdo a las víctimas de la época. A su marcha les sucedieron las intervenciones de los colectivos de jóvenes de Maulets y Endavant. A escasos metros, junto a la iglesia de Santa Maria del Mar, la Coordinadora Independentista del Fossar de les Moreres reunió a 400 personas un acto político en el que intervino, entre otros, Txelui Moreno, portavoz de la izquierda arbertzale.