La reforma constitucional divide a los senadores catalanes
Sabaté reconoce que la modificación “se podría haber hecho mejor” Socialistas y populares acusan al resto de partidos de intentar influenciar en el voto
El debate sobre la reforma de la Constitución que se celebrará mañana en el Senado se ha avanzado hoy al Parlamento catalán. Ocho senadores catalanes han comparecido ante la Comisión de Asuntos Institucionales para explicar el sentido de su voto en la Cámara alta. La citación con carácter de urgencia se ha aprobado hoy a raíz de la petición conjunta que formularon Esquerra Republicana (ERC) e Iniciativa per Catalunya (ICV-EUiA). La convocatoria ha afectado a los ocho senadores catalanes nombrados por el Parlament: cuatro de CiU (Joan Maria Roig, Jordi Vilajoana, Coralí Cunyat y Eva Parera) dos del PSC (Joan Sabaté y Assumpta Baig, que se ha ausentado), una del PP (Alicia Sánchez Camacho) y uno de ICV (Joan Saura).
La comparecencia ha servido para que todos los partidos vuelvan a reiterar sus posiciones, que ya han hecho explícitas en el debate sobre la reforma constitucional celebrado la semana pasada en el Congreso de los Diputados. Socialistas y populares han defendido la necesidad de la reforma de la Carta Magna, mientras que CiU, Esquerra e ICV se han opuesto a la celeridad con la que se ha hecho el proceso y en la limitación de la autonomía financiera que para las Comunidades Autónomas tendrá, según estos grupos, la reforma.
Socialistas y populares han hecho frente común para defender la reforma constitucional. El senador Joan Sabaté (PSC) ha justificado la celeridad del proceso en la necesidad de enviar un mensaje de confianza a los mercados y “dar garantías al Banco Central Europeo de que no habrá excesos [en el gasto público] en el futuro”. Aunque Sabaté ha reconocido que la reforma “se podía haber hecho mejor”, ha asegurado que era “inevitable”, especialmente por la incertidumbre provocada en el exterior a raíz del adelanto de las elecciones generales.
La senadora y presidenta del PP, Alicia Sánchez Camacho ha defendido a capa y espada la reforma. “Es el mejor para Cataluña y para España”, ha aseverado. Pero Camacho no ha ahorrado críticas para los socialistas y los nacionalistas. La líder de los populares catalanes ha culpado a los primeros del hecho que la modificación de la Carta Magna llegue “tarde y con prisas”. A CiU, les ha reprochado su oposición y les ha pedido “sentido común” y “responsabilidad” para que modifiquen el sentido de su voto.
Los nacionalistas se han defendido y el senador Jordi Vilajoana ha recordado que su partido es defensor de la estabilidad presupuestaria y ha puesto como ejemplo la reducción del gasto público en Cataluña, que está llevando a hacer importantes recortes en educación y sanidad, entre otras áreas. Vilajoana se ha mostrado crítico con el hecho de que se haya excluido del proceso de negociación de la reforma a los partidos minoritarios en el Congreso (en alusión a CiU), “pero que son mayoritarios en Cataluña”. “Esta reforma no se habría aprobado en Cataluña”, ha añadido el senador, quién también ha criticado de que la reforma limitará la autonomía financiera de las comunidades.
El senador ecosocialista, Joan Saura, ha calificado la modificación de la Constitución de “socialmente regresiva, territorialmente recentralizadora y antidemocrática”. Según Saura, “se ha roto el espíritu de la Constitución de 1978”, ya que la nueva normativa la han aprobado solo dos partidos y ha alertado del distanciamiento entre Cataluña y España que ello puede provocar.
Por su parte, Esquerra ha mantenido un discurso más marcadamente soberanista. Según el senador de ERC, Miquel Bofill, la reforma es “centralista” y no ha respetado las Comunidades Autónomas, ya que “no han participado, ni han sido informadas previamente”.
La comparecencia de los senadores catalanes se ha hecho a instancias de Esquerra Republicana (ERC) e Iniciativa per Catalunya (ICV-EUiA). Por la mañana, la mesa del Parlament (donde predomina CiU) ha aprobado la convocatoria para esta misma tarde. Socialistas y populares se han mostrado recelosos a que los senadores expliquen su postura antes de la votación de mañana en el Senado y han visto un intento por parte del resto de grupos de intentar influenciarlos para que cambien el sentido de su voto mañana en la Cámara Alta.
