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Tras el rastro de los millones de la JMJ

Los empresarios cifran en 160 millones el gasto de los peregrinos en hoteles, comercio y transportes . Los cálculos de EL PAÍS rebajan la cifra a 52,8 millones

Una peregrina opta por dormir en la calzada de la avenida de la Aviación ante la dificultad para trasladarse en transporte público tras el acto de Cuatro Vientos.
Una peregrina opta por dormir en la calzada de la avenida de la Aviación ante la dificultad para trasladarse en transporte público tras el acto de Cuatro Vientos.CARLOS ROSILLO

Fue Benedicto XVI poner un pie en lo alto de la escalerilla del avión y los empresarios de Madrid sacaron la calculadora. El Arzobispado de Madrid, por si acaso, ha encargado a la consultora PWC un informe que evalúe el impacto económico que ha tenido la visita del Papa durante las jornadas de la JMJ. El presidente de los empresarios madrileños, Arturo Fernández, estima por adelantado en 160 millones los beneficios para hoteles, transporte y comerciantes. Sin embargo, consultados estos tres sectores la cifra se rebaja hasta los 52,8 millones, sin tener en cuenta el impacto publicitario que ha tenido la JMJ para la ciudad. La pregunta es esta: ¿dónde se han gastado el dinero los peregrinos? Los grandes beneficiados resultan ser los restauradores (30 millones de facturación) y los hoteleros (15).

Hostelería. Las cadenas de comida rápida, los bares y restaurantes han tenido mucho trabajo, principalmente los 2.500 establecimientos que aceptaban los cheques de comida de los peregrinos. Se canjearon tres millones de vales, lo que equivale a 19,5 millones de euros (6,5 euros el cheque). La Viña, asociación de hosteleros, calcula que han gastado otros 10 millones más en bebida y comida al margen de los cheques. Telepizza, McDonald’s, 100 montaditos han estado abarrotados toda la semana. También se han beneficiado las tabernas de barrio que tuvieron la audacia de ajustar su carta a las necesidades de los religiosos. La Gloria del Acebo (Santa Ana, 25) ofrecía un plato combinado con filetes de pollo o ternera, patatas y huevo, algo sencillo pero que a su gerente, Fernando Martínez, le ha llenado el salón. Guarda 350 tiques que a partir de hoy enviará a la organización para que se lo reembolsen. Martínez, al que los clientes han regalado estampitas y medallas, está encantado: “Ojalá se quedara”.

Los grandes beneficiados han sido los restauradores, con un beneficio de 30 millones, mientras que los comerciantes y los taxistas se quejan de lo ingresado

Los hosteleros no han visto por ahora ese dinero. Deben enviar los bonos a la organización y se estima que en el plazo de un mes cobrarán. No solo se ha recaudado a través de los bonos de los peregrinos. Rodilla, el primer fast food que abrió en Madrid en 1939, ganó un concurso para hacerse cargo del desayuno de los peregrinos. Esta semana ha despachado 1,7 millones de desayunos, que consistían en una bolsa con bollo, zumo y batido, a 1,65 euros: una facturación de 2,8 millones de euros. Los restaurantes de IFEMA y las carpas instaladas en Cuatro Vientos, un catering que gestionaba el grupo Arturo, del presidente de la patronal madrileña Arturo Fernández, han facturado tres millones.

Lo cierto es que los peregrinos se levantaban muy temprano y recorrían la ciudad sin descanso. Parece que eso les dejó con pocas ganas de adentrarse en la noche madrileña. Los propietarios de bares y discotecas de la región ya contaban con que los peregrinos no iban a llenar los locales. Su diagnóstico: la JMJ no les ha reportado ningún beneficio.

Hoteles. El grueso de los peregrinos se ha repartido en parroquias, colegios, polideportivos... aún así el presidente de la Asociación Hotelera de Madrid, Carlos Díaz, asegura que el sector ha obtenido unos ingresos directos esta semana de entre 12 y 15 millones de euros. La ocupación hotelera está en torno al 70 por ciento, cuando la misma semana del año anterior fue del 40%. Agosto, para una ciudad financiera como Madrid, es el peor mes del año. La JMJ les ha dado vida. El perfil del peregrino no era el de un cliente de hotel de cinco estrellas que comiese en restaurantes de la guía Michelín. Su fuerte eran los establecimientos con menos luces. El presidente de la Confederación de Comercio de Madrid (COCEM), Hilario Alfaro, piensa por contra en ganancias futuras: “Espero que se hayan llevado una imagen positiva de Madrid. Estos peregrinos jóvenes con bajo poder adquisitivo en su día serán altos ejecutivos, familias y clientes potenciales de Madrid”.

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Transporte. El metro ha sido el medio favorito de los peregrinos para moverse. En algunos momentos, como en el acto de bienvenida del Papa, el suburbano registró uno de los mayores aumentos de usuarios del año: hasta un 216% más de demanda. Las aglomeraciones obligaron incluso a regular la afluencia de viajeros para evitar incidentes. Pero los visitantes de la JMJ tenían un suculento descuento en el precio del billete: la Comunidad se lo rebajó hasta un 84%, de forma que pudieron hacerse con el abono de metro y autobús de una semana por 10 euros (frente a los 50 habituales) o con uno para tres días por cuatro euros (25 es el precio normal). La JMJ adquirió 400.000 abonos semanales y casi 200.000 de tres días. En total, los ingresos para las arcas públicas por este concepto han ascendido a 4,8 millones de euros. Pero si los peregrinos hubieran pagado el mismo precio que los madrileños las cuentas serían otras. La merma para las arcas públicas es de 20 millones. Los taxistas tampoco han hecho el agosto, más bien al contrario: según su gremial, AGETAXI, los “excesivos” cortes de tráfico y la rebaja en el abono les ha “perjudicado”. Resultado: "No ha habido trabajo".

Comerciantes. Viendo la marea humana que llenó la plaza de Cibeles era fácil imaginar la buena fortuna de los dos únicos quioscos—uno de prensa y otro de helados—que hay en la glorieta. Pero nada más lejos de la realidad. “Ha sido la peor semana de ventas de mi vida”, se lamenta José, del quiosco de prensa. Los cortes de tráfico les hicieron una especie de cerco que les separaba del gentío con unas vallas. “Hemos estado aislados. No he vendido nada, voy a devolver 140 de las 150 guías del peregrino que encargué”, añade. José está doblemente enfadado porque la policía impidió el paso a su furgoneta de reparto, y le hicieron bajar casi hasta Neptuno para recoger la prensa. El quiosco de helados tuvo un poco más de suerte, porque le dejaron un pasillito libre para que pasara la gente. “Las ventas no han sido nada del otro mundo”, resume Antonio, su propietario. En la Puerta del Sol sí que se notaba la actividad en los pequeños comercios, que revivían después de haber estado casi tres meses castigados, según ellos, por el 15-M. “Estamos vendiendo más que en Navidad”, dicen en la tienda de souvenirs que hace esquina con la calle Mayor. Pero según la Confederación de Comercio de Madrid, apenas se ha notado en sus cuentas: el impacto económico de la JMJ ha sido “mínimo”.

Museos y monumentos. Los peregrinos han tenido acceso gratuito a la práctica totalidad de museos y monumentos de la Comunidad. El Museo del Prado, por ejemplo, que acaba de decidir que aumenta el precio de la entrada a 10 euros a partir de septiembre, no ha cobrado a ninguno de los 15.000 peregrinos que lo han visitado el martes, el miércoles y el jueves de esta semana, los tres días que ha abierto sus puertas hasta la media noche. La afluencia ha sido masiva respecto a la media de visitantes de la pinacoteca en un día laborable, (que está en torno a los 7.000), pero en este caso el beneficio económico por entrada ha sido igual a cero (otra cosa son los ingresos en la tienda del museo o en la cafetería, que todavía no han sido cuantificados). A la exposición Encuentros del Thyssen Bornemisza, organizada con motivo de la JMJ, han asistido en total 10.000 personas. Tampoco han pagado por hacerlo. Gratis también era para los peregrinos la visita a monumentos como el Palacio Real o el Monasterio de El Escorial, como a todos los museos dependientes de la Comunidad y los estatales.

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