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El Gobierno ‘civiliza’ la Fiesta Nacional para que no se limite a un desfile

Las principales instituciones y museos abrirán gratis el próximo 12 de octubre

Miguel González
La Legión desfila por el paseo de la Castellana el día de la Fiesta Nacional.
La Legión desfila por el paseo de la Castellana el día de la Fiesta Nacional.LUIS SEVILLANO

La ley de 1987 que instituyó la celebración de la Fiesta Nacional cada 12 de octubre asegura que su finalidad es conmemorar el “patrimonio histórico, cultural y social común”. Desde entonces, sin embargo, el único acto popular programado para esta fecha ha sido un desfile por el centro de Madrid, como si el patrimonio común de los españoles se limitase a sus Fuerzas Armadas. Además, en los últimos años, el tradicional desfile ha servido de pretexto para abuchear al presidente del Gobierno; lo que en la última edición provocó situaciones bochornosas al coincidir las protestas más sonoras con el momento de mayor emoción y solemnidad: el homenaje a los caídos. “Es una fiesta que debemos cuidar y aupar”, dijo entonces el Rey, visiblemente contrariado.

Para que la Fiesta Nacional sea asumida por el conjunto de la sociedad, el Gobierno ha decidido dar un giro a la forma en que se celebra. No habrá un “protocolo”, como sugirió la ministra de Defensa, Carme Chacón, pero sí un nuevo enfoque y un programa mucho más amplio de actividades. Se mantendrá el desfile, por supuesto, pero ya no será un acto aislado.

Está previsto que el Congreso y el Senado celebren jornadas de puertas abiertas en esa fecha, como ya lo hacen el Día de la Constitución, y que se sumen a la celebración, con visitas gratuitas, los principales museos del Estado, El Prado y el Reina Sofía, y probablemente alguno privado, como el Thyssen. También se podrán visitar sin pagar el Palacio Real, la Casa de América, el Instituto Cervantes, la Biblioteca Nacional o el Palacio de Cibeles, la nueva sede del Ayuntamiento de Madrid. Se trata de ofrecer una amplia oferta de actividades en torno al eje que va desde la estación de Atocha hasta la plaza de Cibeles, por donde transcurrirá la parada militar, en pleno centro de la capital.

Tras la remodelación de la plaza de Colón, en 2009, el desfile se desplazó Paseo de la Castellana arriba, junto al estadio Santiago Bernabéu, en una zona con escasez de espacio para colocar tribunas. Tras estudiar varios emplazamientos alternativos, el Ministerio de Defensa y el Ayuntamiento de Madrid han acordado que la tribuna real —reservada a la Familia Real y a las principales autoridades del Estado— se ubicará en la plaza de Neptuno, entre el paseo del Prado y Recoletos.

Se pedirá silencio para evitar abucheos en los momentos solemnes 

Según el Ministerio de Defensa, los efectivos participantes serán los mismos que el año pasado —3.100 militares, 150 vehículos y 50 aeronaves— y también el trayecto: 1.450 metros desde la Glorieta de Carlos V hasta la plaza de Cibeles. En cambio, habrá más espacio para colocar tribunas de invitados y para el propio público.

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Defensa sostiene que el cambio de ubicación no persigue evitar los abucheos, sino dar un escenario más noble y adecuado a la parada militar y englobarla dentro de un conjunto de actividades culturales y recreativas que se desarrollarán ese día en el centro de la capital.

En todo caso, se colocarán pantallas de vídeo a lo largo del recorrido del desfile para que quienes protesten no puedan alegar que ignoran lo que sucede en la zona central; y se pedirá al público, por megafonía, que guarde silencio en los momentos más solemenes del acto: el homenaje a la bandera; el homenaje a los caídos; y la interpretación del himno nacional.

La conmemoración no se limitará a la capital, ya que incluirá visitas guiadas a algunas de las joyas de Patrimonio Nacional: los palacios de Aranjuez y la Granja, el monasterio de El Escorial o el citado Palacio Real, que se abrirá al público por la tarde.

La Fiesta Nacional dejará de ser así un asunto exclusivo del Ministerio de Defensa y de la Casa del Rey —que tradicionalmente ofrece una recepción tras el desfile— para implicar a media docena de departamentos. Bajo la coordinación del Ministerio de Presidencia, se ha creado una comisión en la que participan Cultura; Sanidad; Medio Ambiente, Rural y Marino; y Asuntos Exteriores, además de Defensa. Cada departamento ha propuesto su propia aportación: Sanidad montará una carpa ante su sede y Medio Ambiente dará a conocer el Centro de Educación Ambiental de Valsain (Segovia).

El ministro de Presidencia, Ramón Jáuregui, se ha reunido ya con los portavoces de los grupos parlamentarios para exponerles el nuevo enfoque que el Gobierno quiere dar a la Fiesta Nacional y el cambio de ubicación del desfile. Y todos se han mostrado conformes.

Fuentes de Defensa subrayan que las Fuerzas Armadas cuentan con su propio día —que se celebra el último fin de semana de mayo con una exhibición militar en una localidad diferente de España cada año— por lo que es un error reducir la Fiesta Nacional a un acto puramente castrense. Los organizadores están convencidos de que cada año serán más las entidades que se sumen a una celebración que sirva realmente para dar a conocer el “patrimonio histórico, cultural y social común” de los españoles.

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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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