Las urnas no calman al mercado

El PP lleva meses reclamando elecciones anticipadas con el argumento de que su política transmitirá confianza, al revés que la de los socialistas. Puede que sea así, pero ayer no se notó. Los mercados no dieron tregua a España ni siquiera el día en el que se despejó la incertidumbre política al fijar para el próximo 20 de noviembre las elecciones generales. Mientras el presidente del Gobierno hablaba, la prima de riesgo española se disparaba.

El día ya fue mal desde primera hora de la mañana. La agencia de calificación Moody’s anunció que situaba la deuda española “en perspectiva negativa”. Estas tres palabras suponen un aviso de que es probable una próxima bajada de rating, después de la que ya le propinó el pasado mes de marzo. Moody’s puntuó entonces a España con un Aa2, la tercera nota más alta, que equivale a un notable alto. Dentro de lo malo, lo bueno es que, de producirse, la rebaja sería de solo un escalón. Moody’s aprovechó la ocasión para degradar la calificación de seis comunidades autónomas (Castilla-La Mancha y León, Murcia, Valencia, Cataluña y Andalucía) y anunciar una posible rebaja de cinco bancos españoles (Santander, BBVA, CaixaBank, La Caixa y la Confederación Española de Cajas de Ahorros).

Este castigo a todo lo que huela a España obedece a las dudas sobre la capacidad de crecimiento económico a corto y medio plazo y a las dificultades a las que se enfrentará ya el nuevo Gobierno que salga de las elecciones de noviembre para cuadrar las cuentas y, sobre todo, meter a las comunidades autónomas en vereda para contener el gasto.

La prima de riesgo —el sobreprecio que paga España para financiarse respecto a Alemania, que se considera como el pagador más seguro— alcanzó los 360 puntos a media tarde, cerca del máximo que tocó hace dos semanas. El día terminó algo mejor, en torno a los 355 puntos. La Bolsa fue algo mejor. En un día en el que los principales índices europeos sufrieron pérdidas considerables, el Ibex fue de los que menos cedió, un 0,27%.