La ley de libertad religiosa corregía el privilegio de la Iglesia para inmatricular
El borrador de la nueva norma quedó aparcado el año pasado por falta de consenso
La Ley de Libertad Religiosa que preparaba el Gobierno quedó aparcada el año pasado, pero en el borrador de aquella normativa se trataba de corregir el privilegio que le concede a la Iglesia la Ley Hipotecaria y su reglamento, en virtud de los cuales el clero puede actuar como un funcionario y poner a su nombre un edificio que nunca antes había figurado como propiedad de nadie, lo que se llama inmatricular.
El portavoz de la comisión de Justicia en el Congreso, el socialista Álvaro Cuesta, lo aseguró ayer y lamentó que aquello no saliera. “No hubo consenso”, justificó. Cuesta recibió ayer a dos juristas, miembros de la plataforma por la defensa del patrimonio navarro, que tratan de impedir las inmatriculaciones masivas de la Iglesia. Coincidió con ellos.
Cuesta se comprometió a trasladar el problema al Ministerio de Justicia, a su grupo parlamentario y al resto de los partidos políticos. Cree que la única posibilidad para derogar los polémicos artículos sería una modificación legal cuando se aprueben los Presupuestos Generales del Estado. Pero nada garantiza que habrá apoyos para eso, ni que las elecciones no se adelanten y no haya lugar para presupuestos.
Se desconoce cuántas inmatriculaciones ha efectuado la Iglesia en toda España: “Sería ilustrativo” saberlo, admitió Cuesta, y se comprometió a trasladarlo a Justicia, aunque ya adelantó posibles “problemas de gestión”.
Isabel Urzainqui y Alejandro Torres, los representantes de la plataforma, recordaron que esto es una cuestión “completamente apolítica. Son solo las reglas de juego. Esta ley es inconstitucional y el Parlamento debe ser coherente y modificarla”, pidieron.