_
_
_
_
_

“Por fin alguien con ‘seny"

Los cuadros del partido reciben el discurso del líder con ilusión y alivio

Soledad Alcaide
Rubalcaba saluda al auditorio, junto a Zapatero.
Rubalcaba saluda al auditorio, junto a Zapatero.ULY MARTÍN

Entre la ilusión y el alivio. Los militantes —en realidad cuadros del aparato político de todas las federaciones del PSOE, que tienen representación en el Comité Federal— recibieron con estas dos sensaciones el primer discurso del candidato Alfredo Pérez Rubalcaba. Ilusión, pero sin euforia, y también alivio, porque, sin haber elegido un mesías, el PSOE tiene un aspirante más que sólido para jugar un difícil partido.

Algunos de los asistentes al acto explicaban que Rubalcaba no es un político de mítines, pero agradecían que se hubiera esforzado más en explicar su programa que en hacer anuncios de grandes titulares o tratar de levantar al auditorio con frases impactantes de aplauso fácil. De hecho, el candidato se abrumó con las interrupciones y en un par de ocasiones pidió que le dejaran seguir.

Un buen resumen de cómo se recibió el discurso lo aportó Roberto González, de 37 años, militante de Torrejón (Madrid): “En otros mítines hemos salido con muchas más ganas, pero hoy nos vamos con más argumentos”. Y esa es la clave, porque de estos cuadros depende cómo se va a difundir el discurso de Rubalcaba de puertas afuera.

“Ha ilusionado porque no ha habido estridencias, ni salidas de tono. Personalmente prefiero este tipo de discurso”, concluía Carmen de Paz, de 33 años, que trabaja en la Fundación Ideas.

"En otros mítines salimos con más ganas; hoy, con más argumentos"

También gustó el regreso a la socialdemocracia: las referencias a los servicios públicos y a uno de los pilares del discurso socialista de siempre, la igualdad de oportunidades. O la predisposición a escuchar y la intención de mejorar la transparencia. “Eso es lo que en las plazas de toda España hemos estado viendo”, analizaba María Carbó, de la agrupación de Figueres (Gerona). “Por fin, hay alguien con seny”, concluyó, usando una expresión catalana que significa “con sentido común”.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

En un auditorio donde caben más de 1.800 personas, pronto se vio que el lugar era pequeño. Quedaba más de una hora para el inicio del acto, cuando ya la fila de militantes para entrar al Palacio Municipal de Congresos de Madrid rodeaba el edificio. Y, dentro, la gente se sentó hasta en los escalones. Pero el efecto era el buscado por la organización: ambiente familiar y de gran expectación.

En las primeras filas, la vieja y la nueva guardia: casi todos los ministros, los barones regionales, y algunos dirigentes del pasado, como Carlos Solchaga o Juan Alberto Belloch. También las esposas de los líderes, que entraron juntos: Sonsoles Espinosa, la de Zapatero, y Pilar Goya, la de Rubalcaba, con la que se fundió en un abrazo nada más terminar. Y un detalle para el morbo: la aspirante que no fue, Carme Chacón, se sentó con el lehendakari, Patxi López, que promovió que no hubiera lucha intestina.

En resumen, Rubalcaba convenció a los suyos. “Alfredo va a poner toda la carne en el asador y le creemos”, concluía Lourdes Arce, militante de Ciudad Lineal (Madrid). Ahora solo falta que ellos convenzan a los votantes.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Soledad Alcaide
Defensora del Lector. Antes fue jefa de sección de Reportajes y Madrid (2021-2022), de Redes Sociales y Newsletters (2018-2021) y subdirectora de la Escuela de Periodismo UAM-EL PAÍS (2014-2018). Es licenciada en Derecho por la UAM y tiene un máster de Periodismo UAM-EL PAÍS y otro de Transformación Digital de ISDI Digital Talent. 

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_