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Bono pide firmeza para que los asesinos no sean vitoreados en las calles

El Congreso y el Senado homenajean, en la Cámara baja, a los asesinados por terroristas

El 27 de junio de 1960, como el del este 2011, fue lunes. Ese día ETA asesinó a Begoña Urroz, una niña que no había cumplido los dos años, en San Sebastián. Fue su primera víctima. Desde entonces el terrorismo de ETA, del islamismo, ha matado a 1.382 personas, a las que el Congreso de los Diputados y el Senado han homenajeado esta tarde. El el segundo año consecutivo que se celebra este acto en la Cámara baja.

El presidente del Congreso, José Bono, ha exigido a quienes dirigen las fuerzas de seguridad que impidan "con firmeza, contundencia y legalidad" que los asesinos sean "vitoreados" en los Ayuntamientos y que las calles se ensucien con fotografías de los terroristas. Los carteles a favor de presos etarras han reaparecido en los últimos tiempos en algunos pueblos.

Algunas de las asociaciones de víctimas se han ausentado del un homenaje, esta vez, han explicado, por la presencia de la coalición independentista Bildu en instituciones del País Vasco y Navarra. Bono ha querido agradecer la presencia de las que sí han acudido "al margen de diferencias electorales y partidistas".

El presidente del Senado, Javier Rojo, ha abogado por "romper el silencio cobarde y cómplice" y ha recalcado que la sociedad está obligada a recordar a las víctimas "para que nadie olvide que la jauría está suelta".

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