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Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Zapatero, en perspectiva

El presidente tiene la seguridad de que con el tiempo se reconocerá que sus medidas económicas eran necesarias y que el proceso de paz de 2006 fue esencial para el fin de ETA

Luis R. Aizpeolea

La primera intervención pública de José Luis Rodríguez Zapatero, tras el comité federal del PSOE que decidió apoyar a Alfredo Pérez Rubalcaba como candidato a la Moncloa, tuvo dos momentos clave que reflejaron la nueva situación del presidente del Gobierno. Fue cuando aseguró que, pese al costo electoral que han tenido las medidas de ajuste de mayo de 2010, no se arrepentía de ellas porque eran totalmente necesarias en el camino de la salida de la crisis. Y cuando defendió el proceso de paz de 2006 como elemento clave en el final de ETA, del que estamos viviendo “años decisivos”.

Ambas decisiones de Zapatero, que afectan a los dos principales problemas de España —crisis económica y terrorismo—, fueron polémicas y explican una parte de la derrota socialista del 22-M. Zapatero apeló, en su intervención a la “perspectiva” en la seguridad de que el tiempo pondrá las cosas en su sitio y cómo acabará reconociéndose que medidas económicas impopulares de ahora son una base necesaria para la recuperación del futuro. Y, también, cómo con el tiempo se reconocerá en el conjunto de España lo que ya se reconoce en el País Vasco: que el proceso de paz de 2006, propiciado por Zapatero, fue esencial, junto con el acoso policial, para que la izquierda abertzale se rebelara contra el terrorismo y propiciara el final de ETA.

También fue revelador de la primera intervención de Zapatero su afirmación de que Alfredo Pérez Rubalcaba era desde hace meses el “candidato natural” del PSOE para las próximas elecciones. Con ello tiraba por tierra la tesis, tan extendida, de que había propiciado la candidatura de Carme Chacón. Y aclaraba que el mantenimiento de la secretaría general del PSOE no conllevaba ningún problema con el candidato Rubalcaba porque va a ser el “referente” del partido socialista y contará con su total apoyo.

Por lo demás, Zapatero mantuvo sus tesis ya conocidas. Va a tratar de agotar la legislatura con el argumento de que estos meses son “decisivos” para impulsar el crecimiento económico y culminar las reformas pendientes. Y no tiene previsto proceder a un cambio de Gobierno. Habrá que añadir que hasta el verano, porque no es fácil que, a partir de septiembre, Pérez Rubalcaba compagine el Ministerio del Interior con la figura del candidato.

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