José Carlos, el 'Quijote' del PSOE

Su probabilidad de estrellarse roza el 100%, pero quiere intentarlo. José Carlos Carmona se define como un Quijote y, como el idealista caballero, se enfrenta a lo imposible: ganarle el pulso a Ferraz, que el sábado cerró filas con Alfredo Pérez Rubalcaba como candidato socialista en 2012. “Enfrente tengo el rodillo, al aparato, pero no me importa”, dice sin resignación este doctor en Filosofía, que combina sus tres décadas de militancia socialista con la interpretación y la dirección de orquesta.

Sostiene Carmona (Málaga, 1963) que su decisión de aspirar a presentarse a las primarias no es fruto de un apretón. “Esto no es una broma”, previene en su vídeo de presentación, con el que nunca ganará un Goya, ni siquiera un accésit a un festival de cortos local, pero que le ha servido para recabar las simpatías de “cientos de militantes. ¿Algún dirigente? “Sí, pero no puedo revelar sus nombres”, responde pacato. Izquierda Socialita (IS), el tarro de las esencias (menos del 3%), se ha interesado por su candidatura y le ha invitado a exponerla el próximo 4 de marzo en Madrid.

Sus iniciativas, teñidas de rojo intenso, arremeten contra los banqueros, propugnan abolir la tauromaquia, luchar contra el enchufismo o suprimir las clases de religión. “¡Que adoctrinen en las iglesias!”, proclama. Sugiere también eliminar el flúor del agua o acabar con la mención al Rey en la Constitución. Admite que su think tank es la calle y el descontento del 15-M el germen de su programa. “Estuve con los indignados y ellos me dieron ideas”.

Carmona exprime las nuevas tecnologías, que utiliza para recabar apoyos. Necesita 22.000 avales, el 10% del censo, y admite que –al contrario de Rubalcaba- ni contará con el respaldo de la Ejecutiva ni del Comité federal. “A mí me avala mi mujer, que me anima mucho”.

 “En La Moncloa ya lo saben”

Su móvil arde. Tiene comprometidas decenas de entrevistas, pero no quiere que le desborde la fama. Pretende aprovechar la expectación para figurar sin alimentar a la caverna mediática. “No soy reina por un día”.

 Disciplinado, avisó a los jefes de sus intenciones. “En La Moncloa ya lo saben, me respetan”. ¿Quién es su interlocutor: Zapatero, Rubalcaba, Chacón,…? “No lo puedo revelar”.

Fraguado en el asociacionismo universitario, recaló en las Juventudes Socialistas en 1982. “Hacíamos fiestecitas y esas cosas, pero también política”. Allí se inoculó del gusanillo de la política, que ha visto en segundo plano. Siempre como militante de base. “Como no tengo nada que perder, solo puedo ganar”.

Supo desde la veintena que su futuro estaba fuera del partido. En la Universidad, como profesor; en las letras como autor (ha publicado 32 libros); y en las pantallas, como actor (ha aparecido en la serie de Canal Sur Arrayán e, incluso, en un reality de Antena 3). Su batuta como director de la Orquesta Sinfónica Hispalense ha dirigido a Mahler, Brahms y Schubert, y ahora pretende marcar el ritmo en Ferraz.