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El Gobierno no girará a la izquierda tras el 22-M

Los socialistas constatan la fuga de votos hacia UPyD, IU y el PP En Andalucía y Cataluña el PP sube a costa del PSOE El Ejecutivo está decidido a seguir con su política de reformas

Luis R. Aizpeolea
Zapatero, Blanco y Chaves, en la noche electoral
Zapatero, Blanco y Chaves, en la noche electoralAlberto Martín (EFE)

Pese a haber obtenido el PSOE los peores resultados de su historia, la reflexión que ha abierto el presidente del Gobierno no afectará a los elementos clave de la hoja de ruta que tenía establecida. No solo pretende agotar la legislatura hasta marzo de 2012, como anunció el propio José Luis Rodríguez Zapatero en la noche del domingo en la sede socialista, sino que tratará de continuar con su política de reformas frente a la crisis.

El primer análisis de la cúpula del Gobierno no coincide con quienes demandan al Ejecutivo y al PSOE un inmediato giro a la izquierda, para que los socialistas traten de recuperar una parte de la credibilidad perdida en las urnas. Aunque admite que el PSOE ha perdido votos por la izquierda, en unas elecciones como estas, que se han celebrado en clave nacional, la mayor parte de las pérdidas proceden de la abstención e incluso algunos votos han ido al PP, que gana influencia, votación a votación, y en esta última de manera aún más rotunda.

De hecho, en los feudos donde más votos ha perdido el PSOE, hay algunos (véase el gráfico) en los que el PP es el que más sube (Andalucía, Castilla-La Mancha y Cataluña), y hay otros donde los beneficiarios son UPyD e IU (Castilla y León, Comunidad Valenciana y Comunidad de Madrid).

El PSOE ha perdido 1,5 millones de votos en las elecciones del 22-M, mientras que el PP ha ganado 600.000, IU ha subido 220.000 y UPyD se ha estrenado con algo más de 400.000. Sumándolos todos, aún no se alcanza la cantidad que ha perdido el PSOE. Algún dirigente socialista también apuntó ayer al voto en blanco o nulo, que ha aumentado en estos comicios, como parte del castigo que han recibido.

La Moncloa considera que lo primero que se debe hacer es mantener la serenidad, la unidad en el partido, evitar los ajustes de cuentas y los bandazos

Una mayoría de votantes que se han abstenido o incluso, en algunos casos, han votado al PP lo han hecho como consecuencia de la crisis económica, causante de un desempleo desbocado; de la propia gestión que de ella ha hecho el Gobierno —por la falta de explicación a las medidas más duras y la sensación de desamparo que tiene mucha gente respecto del Ejecutivo— y de la falta de horizonte de futuro, según la visión de expertos del Gabinete.

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En esas condiciones, el Ejecutivo rechaza la tesis de hacer tabla rasa, de abandonar la política de reformas y proceder a un giro a la izquierda. La Moncloa considera que lo primero que se debe hacer es mantener la serenidad, la unidad en el partido, evitar los ajustes de cuentas y los bandazos, cuya tentación existe tras unos resultados tan catastróficos como los del domingo.

Blanco, ayer, rodeado de periodistas en la sede del PSOE.
Blanco, ayer, rodeado de periodistas en la sede del PSOE.ÁLVARO GARCÍA

La primera decisión de La Moncloa es, por tanto, persistir en la política de reformas contra la crisis económica que inició hace un año y, para ello, proseguir la legislatura hasta marzo. El Gabinete considera que hay razones de peso para agotar la legislatura. La tormenta financiera continúa, siguen las restricciones a Grecia, y España debe seguir tomando medidas para salir adelante. En las próximas semanas y meses, tiene previsto aprobar reformas como la de la negociación colectiva; la de pensiones; la de jubilación anticipada; la del mercado laboral y contra el absentismo, entre otras. Son medidas que considera inaplazables.

También tiene otros motivos para agotar la legislatura. El PSOE necesita separar lo más posible estas elecciones municipales de las generales para no contaminarlas. Confía en una reacción de su electorado en las elecciones generales, tras la catástrofe del domingo, como sucedió en 1996, en que perdió por muy poco margen después de una derrota estrepitosa en los comicios municipales de 1995.

También necesita tiempo para realizar algunas tareas clave, como elegir un nuevo candidato a presidente del Gobierno y elaborar un programa político ambicioso para las generales de marzo.

La cúpula de La Moncloa confía en que los resultados en Euskadi no le originen problemas con el PNV, con lo que puede seguir contando con su apoyo en las Cortes. Además, a los nacionalistas vascos no les conviene que haya adelanto electoral ante el temor a una mayoría absoluta del PP.

El Ejecutivo cree que no debe haber contradicción entre la continuación de la política de reformas del presidente y la elaboración de un programa ambicioso para las generales.

Zapatero, al hilo del Movimiento 15-M, anticipó que defendería la introducción de una tasa a las transacciones financieras. En la misma línea, podrían plantearse medidas de regulación de los mercados, control de los salarios de los altos directivos, etcétera. Pero esa tarea corresponderá al nuevo candidato. Junto a la idea de mantener la estabilidad del Ejecutivo también está muy extendida la de mantener la unidad interna. Son muchos los miembros del Gabinete que, tras los resultados del domingo, creen que es un riesgo la celebración de unas elecciones primarias, ahora, con varios candidatos. Podría ofrecer la imagen de que el PSOE está más preocupado de sus asuntos internos que de los problemas de la sociedad. Y se teme también un proceso muy convulso, al calor de estos resultados.

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