_
_
_
_
_

Misión imposible en Girona

Veray, concejal del PP, sabe que la alcaldía es una utopía pero sueña con llegar al Consistorio

Àngels Piñol

Dos, tres, dos, tres… La secuencia se repite de machaconamente desde hace 20 años. El Partido Popular (PP) en Girona no ha pasado nunca de los tres concejales en una Consistorio de 25. Feudo, al menos hasta ahora, absolutamente inexpugnable de los socialistas, que han gobernado la ciudad de forma interrumpida durante 32 años, esa terca realidad no ha impedido a Concepció Veray Cama (Girona, 1974) abanderar el proyecto popular –es regidora desde 2003- convencida como está de que es el mejor para Girona, Cataluña y España. Sabe que el sillón de la alcaldía forma parte de la utopía o de una misión imposible pero en estos comicios tiene una esperanza: poder formar parte de un gobierno municipal, quizá con CiU, y ocupar una concejalía.

Ese escenario sería un éxito histórico para un PP para el que Girona ha sido territorio hostil: en 20 años solo un candidato –fue en 2000- obtuvo el acta de diputado del Congreso. Hasta se estrellaron en su empeño ilustres candidatos como la presidenta del PP catalán Alicia Sánchez-Camacho que no salió elegida en las generales de 2008. Con dos concejales, el PP es ahora la quinta fuerza del Ayuntamiento de Girona por detrás del PSC (10); CiU (6); ERC (4) e ICV-EUiA (3).

Girona es territorio hostil para el PP. En 20 años solo un candidato obtuvo el acta de diputado

Esa dura realidad no le ha impedido a Concepció Veray dedicar su vida al partido. Hija de Jaume Veray, fundador de Alianza Popular (AP), que fue vicepresidente de AP en Girona y diputado autonómico (1984-1988), y hermana de Jaume, ex edil también del Consistorio, Concepció hizo cursos de Derecho y de comunicación y vio pronto que la política, un asunto capital en su familia, era lo suyo.

En 1994, en cuánto cumplió 18 años, empezó a militar en las Nuevas Generaciones, casi una excentricidad en Girona. Y en 1999, con 25 y con Aznar en el poder, fue nombrada secretaria provincial. No fueron precisamente tiempos fáciles: recuerda que había grupos de gente que la increpaba y la insultaba por la calle y recibía llamadas amenazadoras tanto en casa como en la sede del partido. Los mossos le pusieron durante un año vigilancia a ciertas horas, sobretodo cuando salía y entraba de casa, y contravigilancia. Pero eso, dice, ya es historia.

Otros partidos intoxican para que parezcamos anticatalanes pero somos catalanes como los que más
Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Fiel colaboradora de Sánchez Camacho, gerundense como ella, con la que trabajó codo con codo cuando la primera era presidenta provincial, Veray asegura que el PP ha conseguido ahora la normalidad en Girona. “En 2002, en un día de Sant Jordi, teníamos una caseta del partido y unas personas con unas caretas blancas nos tiraron unos cubos con heces. Y en el de este año, pusimos una y repartimos rosas y libros sin ningún problema”, explica. Pese a lo vivido y la dificultad de consolidar el partido, Veray asegura que nunca se planteó dejar la política y el PP y que, es más, eso aún le motivó y animó, con el firme apoyo de su familia –hay 12 militantes populares entre ellos- para seguir luchando por sus valores e ideales.

Más información
Pía Bosch, candidata del PSC por Girona: "Sin una mayoría suficiente, no descarto ningún pacto"
Carles Puigdemont, candidato de CiU por Girona: "A nadie se le escapa que Nadal sigue ahí"
Girona rechaza informar sobre los inmigrantes

No hay más secreto, cuenta, que la  “constancia” y perseverancia y asegura que no es más complicado explicar el proyecto del PP en Girona que en otros lugares. “Cuando la gente nos conoce, cambia de opinión. Otros partidos intoxican para que parezcamos anticatalanes pero somos catalanes como los que más”, insiste. Concejal desde 2003, Veray explica que su programa se centra en cuatro ejes: la lucha contra el paro; un nuevo plan de movilidad; otro mejorar la limpieza -“La gente de los barrios se queja de que Girona está sucia”- y más policía local para combatir la inseguridad.

Defensora a ultranza del bilingüismo, Veray asegura que no es una dificultad añadida defenderlo en Girona, la más catalana, según la creencia popular, de las  cuatro provincias: “Lo ejerzo como catalana hablante que soy: mi lengua materna es el catalán”. Admiradora de Rita Barberà, de la que alaba su “extraordinario” trabajo, esta mujer enérgica, soltera, lectora convulsiva y amante del fútbol –es socia del Espanyol y también acude al campo del Girona-, mantiene la prudencia cuando se le plantean ciertas políticas del PP que chirriaron en Cataluña como el caso del Estatuto o las políticas más agresivas de Zaplana y Acebes.

“Hemos tenido siempre un discurso respetuoso con Cataluña”, asegura sin adentrarse más en espinosos asuntos como el del Estatuto que le costaron muy caros al PP, que en 2008 tuvo en Cataluña un millón de votos menos que el PSOE. Bien lo sabe Sánchez Camacho que ha moderado el discurso agresivo como único camino y trampolín hacia el éxito. No le fue mal al PP en las autonómicas –mejor resultado de su historia- y Veray espera repetir esa tendencia al alza, también registrada en Girona, el domingo: “Podemos ser decisivos y entrar en el Gobierno. El proyecto llega a la gente cuando se nos conoce. Nosotros prometemos lo que decimos”.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_