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Rajoy trata de rebajar la euforia en el partido ante las próximas elecciones

El líder del PP teme una desmovilización de su electorado

Carlos E. Cué

Durante meses, las encuestas han sido la energía con la que Mariano Rajoy ha logrado cambiar por completo el estado de ánimo del Partido Popular. Pero ahora que se acercan las elecciones, y los sondeos no paran de mejorar, están empezando a convertirse en un problema. El líder del PP está empezando a temer una desmovilización de su electorado. Por eso ayer centró su discurso ante la Junta Directiva Nacional, en la que están todos los diputados y senadores, en una idea: no hay que confiarse.

"Lo peor que nos puede pasar es pensar que las elecciones están ganadas", le dijo el líder del PP a los suyos. En las elecciones municipales, recordó Rajoy, las diferencias no suelen ser muy significativas entre los dos grandes partidos. Además, en muchos lugares al PP no le basta con ganar. Tiene que arrasar para gobernar. Así que Rajoy insistió mucho a los suyos en que no hagan caso de las encuestas, todas ellas de carácter nacional, y se concentren en sus territorios para movilizar al partido y sobre todo a los votantes.

"El PP no puede tener ninguna confianza, hay que mantener toda la tensión posible hasta las elecciones", insistió el líder. Rajoy, buen conocedor de la realidad de los datos por provincias -lleva 30 años en política, muchos de ellos en el aparato del PP, y es un experto en analizar las tripas de cada encuesta que se publica- desgranó algunas cuestiones muy positivas que ha encontrado en el CIS.

Fidelidad de voto

El jefe de la oposición le explicó a los suyos que la mejor baza del partido en este momento es su fidelidad de voto, casi del 90%, sobre todo porque la del PSOE sigue cayendo y está ya muy por debajo del 60%. Pero la clave de esa encuesta, la mejor según el líder del PP -aunque siempre se queda con los datos en bruto, antes de la cocina que da lugar a las proyecciones de voto- es que está detectando un trasvase de voto del PSOE hacia el PP de hasta un 12%, mientras a la inversa no se detecta.

Rajoy animó a los suyos a trabajar para consolidar ese trasvase. El líder del PP siempre defiende que el partido debe hacer un discurso moderado, y por eso huye de cualquier propuesta polémica -lo que los críticos llaman ponerse de perfil- para evitar el rechazo que impediría ese trasvase de votos descontentos del PSOE y movilizaría el voto de izquierdas. Rajoy también hizo un repaso por los resultados históricos de municipales y generales para concluir que, por muy bien que vaya en mayo, nada está ganado.

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