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El espejismo de los salmones zamoranos

Una empresa logra con datos falsos que dos pueblos le cedan 65 hectáreas para "la mayor piscifactoría del mundo"

Entrada al municipio zamorano de Fariza.
Oriol Güell

La comarca del Sayago lleva un año sumida en una peculiar fiebre del salmón que ha revolucionado esta remota área de la provincia de Zamora. El anuncio de que una empresa pretende instalar aquí “la mayor piscifactoría de salmones en tierra firme del mundo”, para lo que ha logrado que dos municipios le adjudiquen 65 hectáreas de suelo, ha disparado las esperanzas de que el trabajo y la juventud regresen a la veintena de pueblos de la zona, que han perdido la mitad de su población en tres décadas. Aunque ilusionados, muchos sayagueses también se muestran cautos: “Habrá que ver en qué queda todo esto”, comenta el dueño del pequeño bar pegado al Ayuntamiento de Muga de Sayago. “Los salmones corren por los ríos, no caen del cielo”, sentencia un parroquiano. Una prudencia razonable si se tiene en cuenta la trayectoria de la empresa impulsora del proyecto.

Era difícil no sucumbir ante las promesas de Rodsel, que se presenta como un potente grupo internacional con proyectos en tres continentes y con privilegiados contactos en las repúblicas de la antigua Unión Soviética. La empresa asegura que va a crear más de 150 puestos de trabajo con una inversión de 60 millones de euros, la mayor en años del sector privado en la provincia. El plan prevé levantar un gran complejo de tanques para la cría de los peces; una planta para procesar y ahumar los salmones; y una fábrica de pienso para alimentarlos. La producción, siempre según la empresa, ya está vendida a los mercados de Rusia y Japón.

Un negocio redondo que, sin embargo, se desvanece como un espejismo al analizar la situación real de Rodsel. Tras una investigación con fuentes de siete países sobre la supuesta actividad de la compañía, EL PAÍS ha descubierto que la mayor parte de la información que esta ha ofrecido es falsa y que la empresa ha cometido graves irregularidades en contratos públicos.

La web www.rodsel.com, lanzada en diciembre de 2014, ya ofrecía claros indicios de la fragilidad del proyecto. Pobre en diseño, escrita en un mal inglés y plagada de erratas, la página alardeaba de más de una decena de grandes obras, cargos empresariales y acuerdos comerciales inexistentes.

La investigación revela que Rodsel no cotiza en bolsa alguna. Tampoco ha construido un hospital en Senegal, ni miles de viviendas en ese país y Benín, ni una potente central hidroeléctrica en “Africa Central”. Santiago Rodríguez, dueño y director de la compañía, tampoco ha sido “director internacional” de dos bancos de Ucrania y Mauritania (ambos hoy en quiebra). Y Rodsel no está asociada a ninguna empresa financiera con sede en Singapur.

Todos los expertos dudan de la viabilidad del proyecto

Todos los expertos consultados por este diario califican de "inviable" y "sorprendente" el proyecto de Rodsel para levantar una gran piscifactoría de salmones en el municipio de Fariza. Uno de las principales objeciones es la financiación del proyecto. La empresa anunció en un primer momento que iba a asumir con "recursos propios" la inversión, aunque ahora asegura que espera salir a bolsa para conseguir 40 millones de euros.

"Resulta difícil de creer que una empresa como esta sea capaz de salir a bolsa y captar 40 millones de euros para una piscifactoría de salmones", afirma Eduardo Amo, director de Dato Capital, dedicada a la información internacional de empresas.

Expertos en acuicultura y del sector internacional del pescado tampoco consideran factible que una piscifactoría en tierra firme, que tiene unos costes más elevados que en el mar por la necesidad de captar y depurar el agua, pueda competir con los gigantes del sector. Rodsel vaticina que esto será posible gracias a una gran caída de la producción mundial en los próximos años, que cifra en el 20%. Algo que desmiente el estudio Fish to 2030, elaborado por la FAO y el Banco Mundial.

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Los responsables de la empresa también han cometido algunas ilegalidades en la tramitación de la piscifactoría. El pasado 22 de mayo, el Ayuntamiento de Muga de Sayago adjudicó el derecho de uso durante un siglo sobre 65 hectáreas municipales a la sociedad Rodsel Financial Services Limited, con sede en Londres y propiedad de Rodríguez y su pareja. La sociedad, sin embargo, había sido disuelta dos meses antes por las autoridades de Reino Unido por no haber presentado sus cuentas anuales ni desembolsado el capital social con el que fue inscrita, cinco millones de libras. Pese a ello, Rodríguez presentó y firmó todos los documentos de la tramitación del contrato público a nombre de la sociedad ya liquidada. Solo seis días más tarde, Rodríguez creó otra sociedad con un nombre muy parecido –Rodsel Services Limited-- para seguir adelante con las gestiones. Esta vez la sede elegida fue Gibraltar y el capital social 2.000 libras.

Las pasadas elecciones municipales, sin embargo, frenaron la piscifactoría en Muga. María Dora Herrero (PP), que sustituyó a Martín Fontanillo (PSOE) en la alcaldía, se negó a firmar el contrato que le había dejado listo su predecesor. “El proyecto me generó muchas dudas”, explica Herrero. “Además, económicamente era inasumible para el pueblo”, añade. La cesión del suelo a cambio de 1.200 euros anuales ya estaba adjudicada, pero el nuevo contrato establecía que el municipio asumía el coste del agua de la piscifactoría durante los tres primeros años. “Esto nos costaba casi 100.000 euros. Una ruina para un pueblo de menos de 400 habitantes”, añade Herrero.

La respuesta de Rodsel fue llevarse el proyecto al vecino municipio de Fariza. Tras repetir el proceso administrativo, Rodsel Services Limited logró el pasado 18 de diciembre la cesión de otras 65 hectáreas. El alcalde de Fariza, Manuel Ramos (PSOE), acompaña a este diario a los terrenos municipales cedidos, cuyo único uso es hoy servir de pasto al ganado. Ramos señala al suelo y afirma que el coste del agua sí es asumible para Fariza. “Aquí abajo corre un río subterráneo. Con un pozo, podemos conseguir el agua sin endeudarnos”, afirma.

Ramos confiesa que siempre ha sido cauto con el proyecto. “Por mi carácter, hasta que no vea la factoría en marcha, no me lo creo. Pero mi obligación es intentarlo. Fariza tenía hace 30 años 1.200 habitantes. Hoy somos 500. Sin trabajo para los jóvenes, moriremos como pueblo. Todo esto me ha costado muchas horas y sé que es arriesgado. Pero mientras quede una esperanza, me agarraré a ella como a un clavo ardiendo”, confiesa.

Tras algunos retrasos en los últimos meses, la piscifactoría vive un impasse que debería resolverse en las próximas semanas. El alcalde de Fariza está a la “a la espera de que presenten el proyecto definitivo una de estas semanas”, un documento que debe salir de la sede de AquaMaof en Israel. Esta empresa confirma por correo electrónico que, tras más de un año de contactos, está “esperando firmar el contrato este mes de abril, según lo prometido por Rodsel”.

Mientras, en las cantinas del Sayago se siguen esperando noticias de la anhelada piscifactoría. Divididos entre la ilusión y la cautela, los parroquianos con los que hablado este diario se repiten una pregunta que por ahora no tiene respuesta: “¿Qué gana la empresa con montar todo este lío si no piensa hacer la factoría?”. Quienes defienden a Rodríguez recuerdan que “ya nadie te da subvenciones, los terrenos no valen casi nada y tendrá que devolverlos si no hace la piscifactoría, así que algún plan tendrá el hombre”. Para otros, en cambio, el dueño de Rodsel “es un iluminado que arrastrado a toda la comarca” o “un ingenuo al que se le ha ido la cosa de las manos”. Los más recelosos, por último, sospechan de que “alguien se acuerde del Sayago para meter tanto dinero; aquí alguna cosa de dinero negro hay”.

investigacion@elpais.es

"Saldremos a bolsa y captaremos 40 millones"

Sin titulo
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Santiago Rodríguez es el director de Rodsel, empresa de la que también es dueño al 50% con quien él dice que es su pareja, Oksana Selska.

Pregunta. ¿Usted ha sido director internacional del banco ucranio Unicombank?

Respuesta. Sí, he trabajado en el banco porque tengo una muy buena relación con su presidente. Tuve poderes de la entidad hasta el pasado mes de octubre. Ahora el banco está intervenido.

P. Pero usted asegura en la web de su empresa que ha sido director internacional de la entidad y su nombre no figura en ningún registro del Banco Nacional [Central] de Ucrania y varias fuentes bancarias y consulares de ese país dicen que a usted no le conocen.

R. Repito que tuve poderes del banco, aunque desconozco por qué la entidad no informó de ello al Banco Central del país.

P. ¿Y del banco Maurisbank de Mauritania? Tampoco hemos encontrado rastro de ello...

R. Con ellos la relación fue menor. Me encargaron un proyecto para mejorar la imagen internacional de la entidad, pero cuando estábamos empezando a aplicarlo el gobierno mauritano lo intervino.

P. Pero usted dice en su web que fue director internacional del banco.

R. Eso me dijeron ellos. No sé cómo lo registraron.

[Tras la entrevista con EL PAÍS, la web de Rodsel retiró toda mención a ambos cargos supuestamente ocupados por Rodríguez]

P. ¿Rodsel ha construido un hospital y 2.000 viviendas en Senegal, 800 en Benín y una planta hidroeléctrica en "África Central", como aseguran en su web?

R. No. Incluimos esa información porque eran proyectos previstos, pero finalmente no han salido adelante.

[Rodsel también ha retirado esa información de su portal]

P. ¿Por qué participaron en la licitación del contrato de Muga de Sayago con documentos a nombre de una empresa que había sido disuelta por las autoridades de Reino Unido?

R. Yo no sabía que había sido liquidada. Fue un problema del gestor, que nos engañó.

P. ¿Les engañó?

R. Sí, se quedó con nuestro dinero y no nos avisó de lo que había ocurrido. Pero luego creamos otra sociedad en Gibraltar. Los gibraltareños lo revisaron todo y no encontraron nada raro.

P. ¿Cómo van a financiar los 60 millones de inversión? Usted ha explicado a los municipios que el capital es ruso.

R. No, al final saldremos a bolsa. Tenemos cuatro millones preparados para empezar. Luego captaremos 40 millones en bolsa y el resto saldrá de los beneficios de los primeros años.

P. Hemos hablado con expertos del sector y cuestionan la viabilidad del proyecto. Dicen que está dominado por multinacionales con producciones gigantescas, un uso intensivo de tecnología y estrategias de mercado muy costosas. Las piscifactorías en tierra firme, además, tienen unos costes de producción más elevados que los del mar.

R. Pero las piscifactorías en el mar tienen graves problemas de contaminación que ha llevado a países como Noruega a retirar licencias. En los próximos años habrá una caída de la producción mundial del 20% y una subida de precios importante. Nuestra piscifactoría será muy rentable.

P. Usted ha dicho que ya tiene la producción vendida a Rusia y Japón. Expertos del sector dicen que eso es imposible, que nadie compra salmones a tres o cuatro años vista y sin conocer la calidad que tienen.

R. Pues una de esas multinacionales que usted dice ya me ha ofrecido comprarnos toda la producción, sin procesar ni ahumar ni nada. Quieren el salmón recién sacado del agua. Les he dicho que no, que no nos interesa. Y las ventas serán sobre todo a Rusia.

P. Pero si Rusia ha prohibido la importación de salmones de la UE como represalia por las sanciones por la guerra de Ucrania...

R. Conozco bien el mercado del este de Europa y créame si le digo que en dos o tres años todos esos vetos van a quedar en nada.

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Sobre la firma

Oriol Güell
Redactor de temas sanitarios, área a la que ha dedicado la mitad de los más de 20 años que lleva en EL PAÍS. También ha formado parte del equipo de investigación del diario y escribió con Luís Montes el libro ‘El caso Leganés’. Es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Autónoma de Barcelona y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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