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“Seremos necesarios para un proyecto de Estado”

Los buenos resultados tras el 24-M lo reafirman en su política de búsqueda de consenso

Luis R. Aizpeolea
Ortuzar, presidente del PNV.
Ortuzar, presidente del PNV.FERNADO DOMINGO-ALDAMA

Los buenos resultados que ha obtenido el PNV tras las elecciones del 24-M, los mejores desde hace 30 años, reafirman a Andoni Ortuzar, presidente del PNV, en su política de búsqueda de un consenso interno en Euskadi— entre nacionalistas y no nacionalistas— en la lucha contra la crisis, la consolidación del final del terrorismo y el nuevo estatuto político, y alejada de la imposición soberanista. “Llevamos más de dos años, desde que recuperamos el Gobierno, defendiendo un modelo acordado de país. Lo hemos hecho con énfasis, durante la campaña electoral y las urnas nos lo han reconocido frente a la izquierda abertzale, ante la debilidad del PSE y sobre todo, del PP”.

Ortuzar, que el pasado domingo participó, a título particular, en la movilización soberanista de la plataforma Gure esku dago (Está en nuestras manos), precisa: “Estoy a favor del derecho a decidir pactado, no impuesto”. Vincula el futuro del nacionalismo vasco a la construcción europea: “Con la referencia de la construcción europea, hemos tenido el valor de no dejarnos seducir por los cantos de sirena de la izquierda abertzale de una apuesta soberanista, ni contagiar por la apuesta del referéndum soberanista en Cataluña y Escocia”.

Construcción europea

El presidente del PNV estima que se está viviendo “un proceso lento de construcción europea, con la difuminación de las fronteras, muy vinculado en la política al desarrollo económico de áreas regionales que no coinciden con los Estados ni tampoco con las comunidades naturales, como la vasca y la catalana; son comunidades más amplias, las eurorregiones, como la que abarca Euskadi o Cataluña con Languedoc y la zona de Montpellier”.

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En este contexto, la apuesta del PNV pasa por renovar el Estatuto de Gernika, aprobado en 1979, —ya lo hicieron otras comunidades la pasada década— y alcanzar un acuerdo político-jurídico sobre un nuevo estatus político entre los partidos vascos, nacionalistas y no nacionalistas, en la ponencia sobre autogobierno del Parlamento vasco, creada hace más de un año, para que lo corrobore el Congreso español a posteriori. Esta tarea la compagina el Gobierno peneuvista con la lucha contra la crisis y la consolidación de la paz, tras el cese definitivo del terrorismo. “La situación en Euskadi, tras el final de ETA, nos hace ser muy prudentes en materia de autogobierno pues nos parece fundamental cerrar bien las heridas previamente”, aclara Ortuzar.

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El PNV ha reafirmado su propuesta transversal, tras el 24-M, al pactar con un partido no nacionalista, el PSE, los Gobiernos municipales y forales. Pero el presidente del PNV no oculta que le gustaría que ese pacto con los socialistas, que ya existe, en la lucha contra la crisis y las políticas sociales se extienda a la estabilidad parlamentaria del Gobierno vasco. “Si este pacto avanzara, podría extenderse, también, a la próxima legislatura española”, apunta Ortuzar.

Los Gobiernos de González, Zapatero, e incluso Aznar, cuando no dispusieron de mayoría suficiente para aprobar sus Presupuestos y sus investiduras, contaron con el apoyo nacionalista catalán y vasco. Lo que otorgó a ambos nacionalismos protagonismo en la política nacional. La irrupción de nuevos partidos, como Ciudadanos y Podemos, relativizará su papel privilegiado de bisagra. Pero, dada la fragmentación del futuro Congreso, también puede ser decisivo un partido como el PNV.

Ortuzar rechaza las críticas a su partido por sacar rédito de la “debilidad” de los Gobiernos de Aznar, Zapatero y del final de González. “Hemos coadyuvado a la gobernabilidad del Estado y en ese toma y daca hemos dado mucho más de lo que hemos recibido. En esas negociaciones exigíamos, sobre todo, el cumplimiento de una ley de 1979, el Estatuto de Gernika. No es aprovecharse de la ‘debilidad’ ajena. Es pagar dos veces”, señala Ortuzar.

Hemos coadyuvado a la gobernabilidad del Estado y en ese toma y daca hemos dado mucho más de lo que hemos recibido

Pero el PNV cree, sobre todo, que la clave del futuro está en que un partido con visión de Estado tendrá que mirar a todo el territorio y contar con los nacionalismos que, en el caso del PNV, ha salido muy fortalecido tras el 24-M. “Mientras se produce un declive de los partidos tradicionales, PP y PSOE, no sucede lo mismo con el PNV. Es posible que no seamos necesarios para aprobar los Presupuestos, pero sí para una reforma de calado en el Estado. Como dice Herrero de Miñón, el principal hecho diferencial vasco y catalán es la fortaleza de sus partidos nacionalistas”.

Ortuzar precisa que “en el PNV, a diferencia del nacionalismo catalán, con Cambó o Pujol, no hemos tenido la ambición de gobernar España, pero sí hemos contribuido a vertebrar el Estado. Pasarlo por alto para un partido gobernante en España sería un error y más cuando en Euskadi los partidos tradicionales decaen, sobre todo el PP, al borde de la marginalidad. Para un partido gobernante en España, un problema es ‘con quién sacamos las leyes’. Pero otro es ‘cuál es el proyecto de Estado’. Y en este terreno, somos insustituibles”.

El PNV es consciente de la existencia de una potente corriente centralizadora no sólo en el PP, más aún en UPyD y Ciudadanos, uno de cuyos emblemas es la eliminación del Concierto Económico en el País Vasco y Navarra, calificados como “privilegio inadmisible”. Ortuzar es tajante: “El Concierto es el punto de sutura de Euskadi y el Estado. Si se elimina, se rompe la relación con el Estado y que se atenga a las consecuencias porque nos dejará libres de compromisos. No es cuestión económica. Es clave en la singularidad vasca y su historia”.

El Concierto económico

Asimismo, desmiente el “carácter insolidario” del Concierto. “Es un instrumento de riesgo que los partidos catalanes no quisieron asumir en la Transición. Cuando en Euskadi atravesamos la crisis industrial de los ochenta y noventa, no fue un chollo. Tuvimos que ejercer mayor presión fiscal para mantener el sistema. Eso se olvida. No hay que mirar sus resultados sólo en la etapa de vacas gordas. El Concierto no es responsable de la crisis financiera del Estado pues sus ingresos no llegan al presupuesto de un ministerio. Hay mucha demagogia”.

El PNV percibe, también, cómo esa corriente “recentralizadora”, que aboga, asimismo, por recuperar competencias autonómicas en sanidad y educación para el Gobierno central, dispone de un notable apoyo intelectual y mediático. “Viven en un mundo nacionalista muy cerrado. Nunca hablan de Europa”, observa Ortuzar.

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