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La encrucijada de Torres-Dulce

Eduardo Torres-Dulce se enfrenta al momento más delicado al frente de la fiscalía

El fiscal general del Estado, Eduardo Torres-Dulce.
El fiscal general del Estado, Eduardo Torres-Dulce. albert garcía

El fiscal general del Estado, Eduardo Torres-Dulce, se enfrenta hoy al momento más delicado al frente de la fiscalía, desde que fue nombrado en diciembre de 2011. Sus discrepancias con el Ministerio de Justicia se remontan a hace meses, estando aún Alberto Ruiz Gallardón al frente del departamento. Y la llegada de Rafael Catalá al ministerio no hizo sino incrementarlas.

Pero el fiscal general del Estado contaba con la consideración de una destacada mayoría de sus colegas, lo que le afianzaba en el puesto, al que llegó nombrado por el Gobierno y del que solo una decisión propia puede sacar. Ese apoyo de los fiscales le sirvió para que, la semana pasada, descartara presentar su dimisión, pese a las presiones del PP para que se presente ya la querella.

Hoy preside la junta de fiscales, un órgano compuesto por 27 representantes del ministerio público. La decisión que adopte esta cúpula no es vinculante pero, en cualquier caso, Torres-Dulce ya ha anunciado su decisión de presentar la querella y, por tanto, de resolver antes de escuchar de ellos si consideran que la base jurídica es suficiente para acusar a Artur Mas de desobediencia, al no cumplir la suspensión de la votación dictada por el Tribunal Constitucional.

Un miembro de esta junta de fiscales planteó ayer la posibilidad de que Torres-Dulce rectifique su posición, en el caso de que el órgano decida que los argumentos no son suficientemente evidentes para sostener la acusación. Es decir, que podría echarse atrás en su decisión de presentar la querella si la junta de fiscales fuera de la misma opinión que los fiscales catalanes, que se opusieron a ir contra Mas. De esta manera, mantendría el apoyo de sus colegas pero incrementaría su enfrentamiento con el Gobierno, lo que le podría llevar a presentar su dimisión, según fuentes fiscales. En caso de que la élite de los fiscales entendiera de forma mayoritaria que sí existe base legal para investigar al presidente catalán, Torres-Dulce tendría mucho más fácil ordenar la presentación de la querella eximiéndoles de cualquier responsabilidad.

Fuentes fiscales consideran que la reunión de este miércoles va a tener un carácter exclusivamente técnico-jurídico y no va entrar en consideraciones políticas.

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