_
_
_
_
_

Un conservador se perfila como jefe de los magistrados penales del Supremo

Tres candidatos aspiran a presidir la sala que resuelve los casos de corrupción El bloque progresista votará en bloque a Cándido Conde-Pumpido

María Fabra
El magistrado Manuel Marchena.
El magistrado Manuel Marchena.Claudio Alvarez (.)

La Sala de lo Penal del Tribunal Supremo es por la que pasan los casos más importantes de corrupción y criminalidad en general. Su presidencia está vacante, por la jubilación, desde ayer, de Juan Saavedra. Y, ayer mismo, los tres candidatos a ocuparla comparecieron ante los miembros del Consejo General del Poder Judicial para presentar sus programas de actuación. Dos conservadores, Manuel Marchena y Miguel Colmenero y el progresista Cándido Conde-Pumpido son los aspirantes a la jefatura de la sala que ha de dirimir el futuro, por ejemplo, del caso de los ERE.

Marchena, que formó parte del tribunal que condenó a Baltasar Garzón por las escuchas de Gürtel y archivó la causa contra el mismo magistrado por el cobro de los cursos de Nueva York, es el que cuenta con más posibilidades. La composición de un Poder Judicial de mayoría conservadora hará, previsiblemente, que su candidatura sea la que obtenga más apoyos en el pleno que se celebrará el próximo día 30. Pese a la presencia entre los aspirantes de otro conservador, Miguel Colmenero, que también formó parte del tribunal que condenó a Garzón y que ahora ha sido nombrado ponente del caso de los ERE, la previsión no indica que el voto de este sector se divida. Tampoco ha habido ningún movimiento de la mayoría conservadora en el Consejo General del Poder Judicial que revele un intento de que Colmenero, que se podría situar en el punto intermedio entre Marchena y Conde-Pumpido, sea el elegido para ocupar la presidencia de la sala clave del Supremo. La presentación de su candidatura y la negativa que, previsiblemente, obtendrá sí podrían abrirle a Colmenero la puerta a otros puestos.

En esta ocasión, el voto progresista estará unido y en favor del ex fiscal general del Estado, Cándido Conde-Pumpido, que, en cualquier caso, tiene pocas posibilidades de aglutinar más de siete de los 21 votos posibles. A estos habrá que restar uno, ya que la esposa de Conde-Pumpido forma parte del Consejo y no participará en la elección. Todo pese a que el ex fiscal general es el magistrado más antiguo de la sala.

Con unas exposiciones muy dispares en tiempo (la de Conde-Pumpido fue la más extensa y la de Colmenero la más efímera), los tres candidatos coincidieron ayer en la necesidad de abrir la Sala de lo Penal del Supremo a Europa, a su doctrina y su legislación. Todos ellos apostaron por facilitar el acceso inmediato a las sentencias del Tribunal Europeo de Derechos Humanos y al Tribunal Europeo de Justicia con el fin de no aislar el derecho español. Otra de las coincidencias se dio en el planteamiento sobre la necesidad de mejorar la unificación de doctrina e incluso de eliminar contradicciones en la jurisprudencia del tribunal. Marchena y Conde-Pumpido también compartieron la propuesta de potenciar la imparcialidad en los procedimientos con aforados (fundamentalmente políticos) y consolidar una sala para la admisión de los casos distinta de la que, posteriormente, instruya o enjuicie las causas.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_