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Otros cambios se debatieron y pactaron

Populares y socialistas acordaron las modificaciones de la ley electoral de 2011

María Fabra

La Ley Orgánica de Régimen Electoral General (Loreg) fue aprobada en 1985 y, excepto pequeñas modificaciones, sólo ha sufrido una gran reforma, que salió adelante en 2011. Pese a que fueron cambios de envergadura, el sistema electoral no se tocó. No fue una reforma unilateral ni sobrevenida. Tal como señala el preámbulo de la propia ley, se aprobó después de que en 2008, se acordara, a propuesta de todos los Grupos Parlamentarios, la creación de una subcomisión para examinar las posibles modificaciones. Los resultados de esa subcomisión se ratificaron en la Comisión Constitucional el 30 de junio de 2010 y la reforma se aprobó finalmente en enero de 2011. La ley salió adelante con lel apoyo del PP, PSOE, CiU y PNV y obtuvo 321 votos a favor, 14 en contra y nueve abstenciones.

Uno de los miembros de aquella subcomisión, Txiki Benegas, recuerda cómo “se debatieron todas las propuestas que llegaron, tanto de los partidos como de organizaciones no políticas como la junta electoral”. Fue esta reforma de 2011 la que prohibió la realización de inauguraciones de obras o servicios públicos o proyectos durante el período preelectoral. La ley provocó cambios en el censo electoral, rebajó el límite del gasto de las candidaturas en la publicidad e intentó poner freno a las mociones de censura en los Ayuntamientos promovidas por tránsfugas, elevando el listón de la mayoría absoluta para que la moción saliera adelante.

Se aprobó también entonces la reforma de la papeleta del Senado y el derecho de los electores a introducir su voto en la urna, mientras que los españoles residentes en el extranjero pudieron, a partir de entonces, depositar su voto en urnas en el consulado durante los tres últimos días de campaña, además de mantener el voto por correo para quienes no se pudieran desplazar.

“Pero también hubo muchas propuestas que no se aprobaron”, recuerda Benegas que además destaca que la subcomisión se conformó con una limitación clara, la de no tocar nada que exigiera un cambio constitucional, como hubiera sido la creación de una nueva circunscripción electoral con los votos del exterior para la elección de dos o tres senadores. Txiki Benegas afirma que el PP ya planteó que las alcaldías estuvieran ocupadas por el cabeza de lista de la candidatura más votada, al margen de pactos posteriores. Y sostiene que en esos años no se formalizó porque no había consenso y porque “el pacto del 78 no fue sólo un pacto escrito, sino que había otras cuestiones que no estaban en papel, como el sistema electoral, que formaban parte de ese bloque constitucional y se trataban como si fuera de la Constitución misma”.

Al margen de estos cambios generales, ta,bién en enero de 2011 se aprobó otra reforma, pactada por los partidos mayoritarios, para impedir que partidos que justifican la violencia pudieran participar en procesos electorales.

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