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La batalla comercial en el Pacífico acerca a Estados Unidos y Vietnam

La Casa Blanca recibe por primera vez a un líder comunista vietnamita Este año se cumple el 40 aniversario de la caída de Saigón y 20 de relaciones dipomáticas

Pablo Ximénez de Sandoval
Trong, con Obama en la Casa Blanca.
Trong, con Obama en la Casa Blanca.REUTERS

La política hace extraños compañeros de cama, y el dinero más. El último capítulo de la negociación a 12 bandas de un tratado de comercio en el Pacífico fue la visita a la Casa Blanca este martes de Nguyen Phu Trong, líder del Partido Comunista de Vietnam. Barack Obama se convierte en el primer presidente en recibir al cargo político con más poder en el pequeño país, a pesar de no formar parte del Gobierno. La visita, aparte de su carga emocional, se enmarca en el esfuerzo de Obama por acelerar las negociaciones del tratado de libre comercio del Pacífico (TPP).

Según la Casa Blanca, la reunión tenía tres temas sobre la mesa, comercio, cooperación en defensa y derechos humanos. En el plano comercial, EE UU quiere que países como Vietnam reduzcan su importación de productos textiles chinos para abrir mercado al textil norteamericano (una industria de 250.000 empleos y 20.000 millones de dólares) y mexicano. El objetivo final del TPP es lograr un acuerdo en la región que más crece del mundo en el que quede limitada la influencia económica de China. En el terreno militar Vietnam, como todo el sureste asiático y Japón, está también preocupado por la expansión marítima china. En el terreno estrictamente diplomático, Obama aceptó una invitación para visitar Vietnam.

Al final de la negociación

Tras vencer las resistencias de su propio partido en el Congreso, el presidente Barack Obama tiene autoridad para seguir negociando en secreto, pero apenas un año y medio para cerrar el acuerdo de libre comercio del Pacífico (TPP), un movimiento comercial estratégico a largo plazo en el que hay implicados 12 países de Asia y América, que componen el 40% del comercio mundial, y cuyo objetivo final es frenar el poder económico de China.

Negociadores de EE UU citados por el diario The New York Times creen que el acuerdo está al alcance de la mano y confían en que la próxima reunión, a finales de julio en Hawaii, sea la definitiva. De producirse un acuerdo, el Congreso podría votar para ratificarlo en diciembre, según los plazos legislativos.

Las negociaciones empezaron en 2008 con solo cuatro países. La importancia estratégica del acuerdo pronto quedó patente para toda la región. El comunista Vietnam se unió a las conversaciones en 2009 y el espaldarazo definitivo lo dio Japón, al sumarse en 2013.

La reunión con el presidente, a la que siguió un almuerzo con el vicepresidente Joe Biden, no solo deja una curiosa foto para la historia, sino también para la polémica. A Trong lo recibieron en Washington grupos de manifestantes pidiendo respeto a los derechos humanos en el país. La oposición republicana, que domina el Congreso que en último término debe aprobar el TPP, exigió que Obama hablara con Trong de derechos humanos. El presidente aseguró haberlo hecho. De la docena de países asiáticos y americanos implicados en el TPP, Vietnam es el que tiene un peor currículum en el respeto a los derechos humanos, una de las cuestiones que pesan también entre los demócratas para oponerse al tratado.

Obama recibió en 2013 al presidente de Vietnam, Truong Tan Sang, y el pasado noviembre se reunió en Myanmar con el primer ministro, Nguyen Tan Dung, durante una cumbre regional. Pero según avanzan las negociaciones del TPP ha necesitado reunirse además con el líder del Partido Comunista, el partido único de Vietnam, en lo que supone un reconocimiento de que es una pieza clave de la toma de decisiones en el pequeño país asiático. El encuentro refuerza una idea que Obama ha repetido en las últimas semanas a cuenta de la apertura con Cuba, que las profundas diferencias políticas no impiden “ser amigos”. El encuentro de ayer invita a imaginar otro parecido con un líder cubano a medio plazo.

El pasado 30 de abril se cumplieron 40 años de la caída de Saigón y la victoria comunista que puso fin a la guerra de Vietnam. Las imágenes de la evacuación de la Embajada de EE UU en helicóptero son un icono del siglo XX. Lo que el presidente Richard Nixon calificó de “paz con honor” es una de las heridas más profundas en el orgullo militar norteamericano y la conciencia colectiva del país, hasta el punto de convertirse en un asunto esencial de su cultura popular en los setenta y ochenta. Tras varias oleadas de refugiados, en EE UU viven hoy más de 1,5 millones de vietnamitas, de los que la comunidad más grande está en California (más de medio millón).

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La visita de líder comunista se produce en una fecha de aniversarios redondos. Además de la caída de Saigón, Estados Unidos recuerda este año medio siglo del comienzo de la guerra abierta en Vietnam y 20 años desde el restablecimiento de relaciones diplomáticas entre los dos países. Este miércoles, los líderes del Legislativo participan en el Capitolio en una ceremonia de recuerdo del principio de la guerra, en la que murieron más de 58.000 soldados norteamericanos y un número indeterminado de civiles vietnamitas, que Vietnam estima en dos millones entre los dos bandos. Esa misma tarde, el comunista Nguyen Phu Trong da una conferencia en la Cámara de Comercio de EE UU en Washington sobre las relaciones comerciales entre ambos países.

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Sobre la firma

Pablo Ximénez de Sandoval
Es editorialista de la sección de Opinión. Trabaja en EL PAÍS desde el año 2000 y ha desarrollado su carrera en Nacional e Internacional. En 2014, inauguró la corresponsalía en Los Ángeles, California, que ocupó hasta diciembre de 2020. Es de Madrid y es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Complutense.

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