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El JFK comienza a controlar la temperatura de pasajeros africanos

Las autoridades sanitarias de Nueva Jersey ponen en cuarentena a un equipo de periodistas de la CBS que viajó a Liberia

Pasajeros a la salida del aeropuerto JFK.
Pasajeros a la salida del aeropuerto JFK.reuters

El aeropuerto internacional John F. Kennedy de Nueva York comenzó este sábado a realizar controles a pasajeros procedentes de Sierra Leona, Liberia y Guinea, los tres países más afectados por la epidemia de ébola, dentro de las medidas puestas en marcha por las autoridades federales y locales para evitar la epidemia en Estados Unidos. Personal médico y de aduanas, bajo supervisión del Centro para el Control del Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) de Atlanta, aplicaron el protocolo a los pasajeros, consistente en mediciones de la temperatura corporal con pistolas térmicas y cuestionarios sobre sus actividades y desplazamientos recientes para averiguar si han estado en contacto con la enfermedad.

Los responsables del aeropuerto informaron de que una docena de vuelos había llegado a lo largo del día con tres o cuatro pasajeros cada uno procedentes de África Occidental. Hasta el momento las autoridades no habían informado sobre si alguno de los viajeros había mostrado algún síntoma de la enfermedad. Edward Lama Wonkeryor, de 60 años, profesor de una universidad de Liberia, llegó a Nueva York desde su país previo paso por Bruselas. Explicó a la prensa que el trato de los funcionarios sanitarios y de aduanas había sido correcto y educado, pero denunció una cierta “sobreactuación” que, en su opinión, estigmatiza a los africanos occidentales.

Buntouradu Bamgoura, 54 años, procedente de Guinea, dijo a los reporteros que el proceso la retuvo apenas 15 minutos, en los que el personal se comportó de forma profesional y eficiente. Como el resto, abandonó el aeropuerto Kennedy con un manual de instrucciones para vigilar sus síntomas en los próximos días. En dicho documento se recuerda que sólo los individuos sintomáticos pueden transmitir el ébola, y que para que haya contagio debe haber contacto directo con fluidos o secreciones del enfermo.

Moussa Haliu, nigeriano de 31 años, llegó procedente de Arabia Saudía tras hacer escalas en Amán y París. “Todo ha ido bien. Me han preguntado si he visitado a mi familia en Níger, les he dicho que no, y si tenía frío. Después he ido a la terminal”, declaró a los periodistas. Distinto fue el relato de Mohamed Dabo, de 22 años. Residente en Indiana, llegó al aeropuerto Kennedy desde Guinea, previa escala en París. El viajero se mostró sorprendido, en declaraciones a Reuters, por las intensidad de los controles. “No sé muy bien qué es lo que pasaba. Era todo una especie de locura. He estado sentado dos horas”, declaró.

Se calcula que 150 pasajeros diarios de media llegan a Estados Unidos procedentes de los países de África Occidental

Ejemplos de la dificultad de controlar a personas que no presentan síntomas pero han podido estar en contacto con la enfermedad se producen casi a diario. El viernes por la noche el Departamento de Sanidad de Nueva Jersey ordenó poner en cuarentena a un equipo de reporteros de la cadena CBS que había regresado recientemente de Liberia. Los periodistas se sometieron voluntariamente a su llegada a un aislamiento de 21 días, pero después rompieron su palabra, razón por la que ahora han sido obligados a retomar la cuarentena.

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En el equipo está su experta médica, la doctora Nancy Snyderman, quien había estado cubriendo la enfermedad sobre el terreno junto al cámara free lance estadounidense Ashoka Mukpo, de 33 años, contagiado por ébola y que está aislado y en tratamiento en un hospital de Omaha. Mukpo, según los últimos partes médicos, evoluciona positivamente dentro de la gravedad. Phil Smith, director médico de la unidad de bioconfinamiento del Centro Médico Nebraska, explicó que el paciente ha sido tratado con la droga experimental Brincidofovir, además de haber recibido una transfusión de sangre de un superviviente de la enfermedad.

El aeródromo de Nueva York es el primero de los cinco estadounidenses que tienen previsto aplicar controles. Los otros cuatro (Newark Liberty de Nueva Jersey, Dulles de Washington, O'Hare de Chicago y Hartsfield-Jackson de Atlanta) lo harán la próxima semana, al igual que otros establecimientos de Canadá y Europa. Se calcula que 150 pasajeros diarios de media llegan a Estados Unidos procedentes de los citados países de África Occidental. El 94% lo hace a través de los cinco aeródromos afectados. De ellos, el 43% aterriza en Nueva York y el 22%, en Washington. El inicio de las medidas se produce 24 horas después de que la Organización Mundial de la Salud actualizara los datos de mortandad y número de infectados. Hasta el viernes, 4.033 personas habían muerto por ébola y 8.399 habían sido contagiadas.

Al no haber vuelos directos entre los países africanos afectados por la enfermedad y Estados Unidos, las autoridades de aduanas identifican a los pasajeros afectados a partir de la información de las compañías aéreas y en el control de pasaportes previo a la toma de temperatura.

Como han explicado muchos expertos, los controles en los aeropuertos tienen por objetivo calmar la ansiedad de la población y mitigar las críticas de la oposición republicana contra la gestión de la epidemia del presidente Obama, sobre todo tras el caso del fallecido liberiano Thomas Eric Duncan, cuyos síntomas se manifestaron en Dallas a su vuelta de Liberia. De hecho, las pruebas que se están practicando no habrían detectado a Duncan, ya que el periodo de incubación del ébola es de diez días, momento a partir del cual comienzan a manifestarse los primeros síntomas.

“No importa qué medidas adoptemos. El riesgo cero es imposible. Sin embargo, estos controles dan más tranquilidad a los ciudadanos”, declaró Martin Cetron, director de migraciones y cuarentenas del CDC en una conferencia de prensa ofrecida en el aeropuerto Kennedy. Williams Schaffner, profesor de medicina preventiva de la Universidad Vanderbilt, declaró esta semana a The New York Times: “De momento, estas medidas las aceptamos porque funcionan para reducir la ansiedad de los ciudadanos. Y funcionan, porque de momento tenemos más un epidemia de ansiedad que de ébola”.

Thomas R. Frieden, director del CDC, explicó que 36.000 personas han salido de Liberia, Guinea y Sierra Leona en los últimos dos meses. De ellos, unos 9.000 han viajado a Estados Unidos. En los controles practicados en los aeropuertos de salida, sólo 77 mostraron algúnsíntoma de la enfermedad, la mayoría fiebre, por lo que se les impidió viajar. En casi todos los casos sufrían malaria.

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