_
_
_
_
_

Mayor Zaragoza propone el fin del derecho de veto en la ONU

El ex director de la Unesco defiende “la refundación democrática de la Organización de Naciones Unidas". El seminario “Verdad, Justicia y Reparación” aborda en El Escorial los logros de las Comisiones de la Verdad y de memoria histórica

Mayor Zaragoza, en una imagen de 2010.
Mayor Zaragoza, en una imagen de 2010.P. Santos

Federico Mayor Zaragoza, ex director de la Unesco y ex ministro de Educación del Gobierno de España, propone como fórmula de salida de la que define como “crisis sistémica” mundial “la refundación democrática de la Organización de Naciones Unidas, el cese del ejercicio del derecho de veto de las superpotencias, la sustitución de éste por un voto ponderado, así como la extensión a las áreas socioeconómica y medioambiental de nuevos Consejos de Seguridad en los que los Estados y la sociedad civil estén representados al 50%”.

Las propuestas sobre la refundación de Naciones Unidas en clave de multilateralidad democrática las formula Mayor Zaragoza en el contexto del seminario sobre “Verdad, Justicia y Reparación” que, bajo la dirección de Jaime Ruiz, presidente de la Asociación para la Memoria Social y Democrática , organiza la Universidad Complutense de Madrid dentro de sus Cursos de Verano. Jaime Ruiz introdujo el curso mediante “la vinculación de la memoria histórica con la regeneración democrática” que estima necesaria a escala española y universal.

Asisten asimismo como ponentes de este curso el juez Carlos Jiménez Villarejo, que tributó un homenaje “a todos cuantos lucharon contra el franquismo”; el politólogo Alberto Reig; el médico y psicólogo social Carlos Beristáin; el penalista Josep Tamarit y el juez Baltasar Garzón, entre otras personalidades. El seminario, cuyo secretariado corresponde a la investigadora de la catedra de Comunicación de la UCM, Mirta Núñez Díaz Balart, aborda desde asuntos vinculados a las Comisiones de la Verdad en países como Argentina, El Salvador, Guatemala, Paraguay, Perú y Chile, hasta los propiamente españoles relacionados con la memoria histórica, que fueron tratados por el juez Jiménez Villarejo en la jornada del lunes. El juez remarcó que “de los 114.266 desaparecidos durante y después de la Guerra Civil en España tan solo han sido localizados los restos de 5.000 de ellos y ellas” en fosas comunes. Jiménez Villarejo subrayo que “si bien en Alemania sigue funcionando una oficina de seguimiento de los crímenes del nazismo, en España”, por el contrario, “un juez ha imputado a un periodista por atribuir a Falange Española crímenes contra la humanidad por su participación en la represión franquista”.

Necesidad de liderazgo mundial

En su intervención matutina, Federico Mayor Zaragoza, resaltó que “los disparates se pagan”, en referencia a las políticas aplicadas en Europa, que definió de “cortoplacistas y neoliberales”, que, a su juicio, “han situado en el centro de las decisiones a los mercados” desplazando con ello los intereses mayoritarios de los pueblos y generando “una crisis sistémica” de alcance mundial. “Sin embargo”, añadió, “por primera vez en la Historia, los pueblos somos capaces de expresarnos gracias las tecnologías de la comunicación; asimismo, hemos adquirido conciencia global planetaria, que nos permite comparar otras soluciones a los problemas que nos afectan y, además, hay muchas mujeres en la toma de decisiones colectivas”. Con estos tres elementos, “así como con un liderazgo de nuevo cuño y en un contexto de multilateralidad democrática”, señaló Federico Mayor Zaragoza, “el conocimiento de la verdad” en cuanto a situaciones como las que plantea la memoria histórica “será posible, así como el logro de la justicia y la reparación de aquellos daños infligidos a los pueblos”.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

El ex director de la Unesco glosó el liderazgo de Barak Obama, al que atribuyó la “habilidad en sortear los escollos que incesantemente le plantea el Partido Republicano”, partido del que recordó “su oposición tanto a la firma de la Carta Mundial de los derechos del Niño, en 1989, como a que los Estados Unidos de América estuvieran presentes en la Sociedad de Naciones”, en el preludio de la Segunda Guerra Mundial. El político español situó su intervención en un contexto medioambiental en el cual, aseguró, “está en peligro la propia habitabilidad de la Tierra”.

Reparación y reconciliación

Por su parte, Josep Tamarit, catedrático de Derecho Penal de la Universidad de Lleida y director del Departamento de Criminologia de la Universidad Oberta de Catalunya, disertó sobre las Comisiones de la Verdad y su papel en el tratamiento de asuntos relativos a la memoria histórica. “Estas organizaciones se definen como organismos parajurídicos independientes, con carácter oficial, de vigencia temporal, dedicados a la investigación del pasado y orientados a la reparación y, habitualmente, a la reconciliación política”, dijo. Tamarit resalta que el prestigio de estas comisiones, que, tras numerosas vicisitudes, alcanzaron grandes logros en países como Guatemala, Argentina y Chile, “depende sobremanera de su independencia y tienen atribuciones para convocar testigos y obtener pruebas”, se guían por su “sensibilidad hacia las víctimas” de hechos con trascendencia política y social que las Comisiones de la Verdad investigan, en ámbitos donde resulta insuficiente la justicia propiamente penal, “de la cual constituyen su segunda mejor opción”.

Entre las aportaciones de estos organismos, Josep Tamarit señala prioritariamente “la obtención de la verdad, entendida en su dimensión colectiva como conquista democrática frente al olvido, como un querer saber sobre un mínimo común de hechos establecidos por órganos democráticamente fiables, cuyo conocimiento determinados poderes impedían”.

De igual modo, el ponente se refirió a los “procesos de responsabilización, primero, y reparación, reconciliación y de clausura después, que las Comisiones de la Verdad inducen con su práctica”, de la cual el psicosociólogo y médico Carlos Beristáin resaltó “la legitimidad moral que ha de presidir su despliegue”. El científico social vasco, que ha trabajado vinculado a Comisiones de la Verdad en El Salvador, Paraguay, Guatemala y Perú, destacó que “las Comisiones de la verdad son un punto de partida, no de llegada” y que para cumplir sus cometidos “necesitan dotarse de investigación de calidad”, así como, en transiciones políticas desde ámbitos dictatoriales a otros democráticos, “guiarse por análisis de relaciones de fuerzas”. Para Beristáin el hecho diferencial de las Comisiones de la Verdad es “la construcción del sujeto político en torno a las víctimas”, que ejemplificó con la gesta emprendida en Argentina por las Madres y Abuelas de la Plaza de Mayo, o los procesos pioneros acometidos bajo la dictadura de Pinochet por Roberto Garretón, desde la Vicaria de la Solidaridad, mediante la presentación de demandas de habeas corpus a propósito de los desaparecidos, demandas inicialmente desestimadas pero que, años después, sirvieron eficazmente para iniciar procesos judiciales contra los responsables de las desapariciones.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_