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Explota, explota, me explo...

¿Te atreves a explotar en la cama?

Toda la vida pensando que lo que nos explotaba era la entrepierna, hasta que empezaron a hablarnos de energía sexual:  Liberémonos de la atadura de los genitales.

Cualquier parte del cuerpo es susceptible de proporcionar un orgasmo.
Cualquier parte del cuerpo es susceptible de proporcionar un orgasmo.Neil Beckerman (Getty Images)

Mi amiga tenía fama de ser fría como un témpano de hielo, pero se ligó al más guapo. Puede que fuera precisamente por eso; que a aquel camarero lo que le pusiera fuera su rictus hierático. El resto la envidiamos sin asomo de complicidad, hasta que una noche ella nos descubrió el gran defecto de su amante: Paco no se corría. Y no es que no eyaculara porque tuviera algún problema o porque tomara algún tipo de droga que lo llevara a aguantar más de lo estrictamente necesario. Paco gustaba del sexo tántrico, algo que hace 20 años sonaba a gilipollez supina.

En los últimos años la corriente tántrica se ha extendido. En cuanto un montón de famosos reconocieron abiertamente practicar esta técnica sexual oriental, dejamos de ver el sexo tántrico como algo de otra galaxia. Y cuando los sexólogos nos explicaron en qué consistía la desgenitalización y la energía sexual, comenzamos a practicarlo.

Aprender a gozar y disfrutar más allá de la entrepierna es la clave de este sexo donde se tratan los espasmos producidos en los orgasmos como una corriente energética que es posible dominar. Por medio de los masajes se busca la estimulación, concentración y goce, de forma que toda nuestra anatomía pueda disfrutar del orgasmo que normalmente acostumbramos a ubicar única y exclusivamente entre las piernas. Según Sergio Fosela "La energía sexual es una energía creativa y creadora. La podemos desarrollar por nosotros mismos y potenciarla. Lo bueno de trabajarla en pareja es que te aprovechas de los beneficios con otra persona, pero siempre se desarrolla individualmente". Y avisa: "Nuestro frenético ritmo de vida nos hace bloquear la energía sexual. El gran enemigo es la genitalización de las relaciones sexuales".

 ¡Explotemos, pues!

¿Explotamos, cariño?

Para entenderlo, basta con mirar a las personas con diversidad funcional. Por supuesto, ellos también follan. Y por las propias obligaciones que les impone su cuerpo, son capaces de sentir placer cuando les estimulan otras partes del cuerpo que no sean los genitales hasta llegar a tener orgasmos con algo tan aparentemente inocente como que les laman la oreja. Si se emocionaron con Intocable (2011), saben de lo que les hablo. La sensibilidad no se reduce solo a los genitales, pero nuestra cultura sexual sitúa solo en ellos el disfrute. Aprender a responder a las reacciones de todo el cuerpo ayuda a liberar y extender esos orgasmos.

ORGASMOS EXPANDIDOS

¿Se imaginan un orgasmo que les dure horas? Eso es lo que se pretende con un orgasmo expandido. El orgasmo emana de la parte genital y se manifiesta en cualquier parte del cuerpo. Hablamos de nuevo de sexualidad desgenitalizada, imprescindible para reaccionar a los estímulos placenteros, se produzcan donde se produzcan. Aquí no sirve lo de "aquí te pilo, aquí te mato" por muchas alegrías que nos haya dado en calentones inoportunos, para lograr un orgasmo expandido estaremos con nuestra pareja el tiempo que haga falta. Y estimularemos todas sus partes erógenas para que la excitación sea máxima. Se trata de ponernos más calientes que el asfalto de Georgia por el aguante, la concentración de sensaciones y las ganas de corrernos.

Paco, aquel camarero guapo que se follaba mi amiga, no eyaculaba para evitar el momento refractario que embarga a los varones después de descargar. Es la base del sexo tántrico y de los orgasmos expandidos. Lo hacía para seguir follando y que no le venciera el sueño, algo que sucede porque la eyaculación masculina libera prolactina, la misma hormona que estimula las glándulas mamarias femeninas y produzcan leche. En los hombres los deja agotados. Con esta base, controlando la eyaculación y manejando la respiración, el espasmo se expande a otras partes del cuerpo. Luis Duro, sexólogo y terapeuta sexual lleva años dando cursos para enseñar a los profanos.

Los hombres que quieran orgasmos expandidos, tendrán que retener la eyaculación, pero las mujeres, al no liberar la prolactina, liberamos los orgasmos conforme nos vengan, trasladando los espasmos que nos provoque la estimulación que los haya originado. La unión de dos personas con las mismas intenciones por alargar sus orgasmos puede dar pie a veladas interminables de sexo. Según Duro un orgasmo expandido puede durar minutos y hasta horas.

Y para que esto ocurra, no queda otra que dejarse los prejuicios en casa. Y ponerle místicismo al asunto...

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