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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Enésimo reto de Bárcenas

No es creíble que el PP sea ajeno a lo actuado por el extesorero en tres decenios en el partido

La fuerza política que gobierna España no debería ponerse de perfil ante el desafío lanzado por el antiguo tesorero y senador Luis Bárcenas en vísperas del fin de su prisión preventiva. Bárcenas retó a su antiguo partido a querellarse contra él si cree que le robó dinero —en respuesta a una afirmación en ese sentido del ministro de Justicia, Rafael Catalá—, además de confirmar otra vez la contabilidad b del PP. Es sorprendente que tales actitudes no hayan hecho reaccionar al Gobierno ni a la cúpula del partido.

Editoriales anteriores

La excarcelación de Bárcenas y las graves acusaciones de la Fiscalía Anticorrupción planean sobre la convención que el PP celebra en Madrid este fin de semana. Y más allá, sobre el conjunto de un año en el que esa fuerza política se juega su potente posición de poder institucional. No le queda más salida que contestar a los desafíos, porque no es posible que lo deje todo en una nebulosa como si quisiera apuntarse a un sálvese quien pueda, en vez de atajar la crisis de confianza de los ciudadanos en las fuerzas políticas tradicionales (alimentada, entre otras razones, por las opacidades y circunloquios usados desde las tribunas oficiales para referirse a Bárcenas). Es imposible borrar el pasado por medio de un simple acto de voluntad.

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La dirección del partido gobernante sostiene que, si hubo caja b, fue cosa del extesorero y que solo a él deben pedirse cuentas. Pero la tesorería y la costosa financiación de las actividades políticas no son un conjunto de operaciones marginales, sino que, precisamente, forman parte del corazón de un partido.

Declararse completamente ajeno a lo actuado por Bárcenas, primero en la gerencia y después como tesorero, carece de credibilidad. Y en el hipotético caso de que fuera cierto que este personaje hizo lo que le dio la gana durante tres decenios en el PP, los principales dirigentes habrían demostrado poca responsabilidad.

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