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La realeza se vuelve multimedia

Mette Marit de Noruega se apunta a Instagram para mejorar su popularidad Las monarquías usan el mundo 2.0 para mostrarse más transparentes

Mábel Galaz

Las casas reales de medio mundo viven inmersas en la tarea de practicar la máxima transparencia a su gestión. Mette Marit de Noruega se ha tomado al pie de la letra esta corriente y ha decidido irrumpir con fuerza en Instagram para contar a través de esta red social su vida en imágenes. Una decisión que no parece casual ya que la princesa, casada con el heredero al trono, vive difíciles momentos en su país hundida en las encuestas de popularidad que solo la otorgan un 5% de aceptación. Mette Marit debutó con un selfie que se hizo mientras se preparaba para asistir a la boda de su hermano Per Høiby. En solo un par de días la princesa 2.0 suma ya casi 35.000 seguidores. Aunque la aceptación de la que goza en la Red está todavía por demostrar que mejore su imagen pública.

Tras un año de incesantes noticias sobre el distanciamiento de Mette Marit y Haakon, basadas en la ausencia de ella de la vida pública, la pareja se vio obligada a publicar fotos vía Twitter que les mostraban juntos y felices. Pero hace unas semanas su imagen quedó de nuevo en entredicho cuando trascendió que la princesa Ingrid Alexandra de Noruega iba a dejar el colegio público de Jansløkka, en Asker, para acudir al Colegio Internacional de Oslo, un centro privado a las afueras de la capital noruega. Según los cálculos hechos por el periódico Aftenposten, los herederos noruegos pagarán unos 25.636 euros (206.000 coronas noruegas) al año por la educación de la princesa, de 10 años, y la del príncipe Sverre Magnus, de 8, al que también han cambiado de colegio para llevarlo a la escuela concertada Montessori. En Noruega hay muy poca tradición de estudiar en escuelas o centros privados. De hecho, entre el 96 y el 97% de los noruegos va a instituciones públicas.

Rania de Jordania fue otro de los miembros de la realeza que recurrió al mundo 2.0 en momentos difíciles. Lo hizo para lanzar mensajes de apoyo a su marido cuando estalló la primavera árabe. Pero su exposición pública también le reportó problemas cuando comenzaron sus visitas a las firmas de lujo más prestigiosas y a las fiestas más exclusivas del verano en la Costa Azul.

Por su parte, la monarquía británica, tan anclada en la tradición, fue de las primeras en acceder al mundo de Internet. @BritishMonarchy se puso en marcha en Twitter en 2009. Todos los miembros de la familia real tienen página web y sus agendas se difunden en tiempo real también por Twitter. Los más activos son los más jóvenes de la familia.

Guillermo y Máxima de Holanda también se han apoyado en las redes sociales para mostrar su trabajo en su primer año en el trono. Como Felipe y Maltide de Bélgica, que se convirtieron en reyes poco después.

Pero todas las casas reales se comunican de manera institucional, con más o menos cercanía, por Internet para dar un carácter oficial a sus mensajes. Ha sido Mette Marit quien con su particular estilo ha querido tener una presencia mucho más personal en el mundo 2.0 con su propia cuenta personal en Twitter y en Instagram.

En España, la Casa del Rey se estrenó con los mensajes de 140 caracteres un mes antes de que se produjera el relevo en la Corona. El perfil oficial de la institución monárquica, @CasaReal, muestra un emblema de la Corona y una imagen La Zarzuela. Tras un saludo, el segundo tuit lo dedicaron a dar la bienvenida a sus seguidores en todas las lenguas del Estado (castellano, catalán, gallego y euskera), además de en inglés. En dos meses y medio que lleva activa cuentan con algo más de 152.000 seguidores y en ella se han difundido imágenes de Felipe y Letizia en actos oficiales, y solo unas pocas más íntimas o referentes a personajes populares. Las más recientes, una foto del cantante Peret el día en que falleció y otra del sacerdote Miguel Pajares, víctima del Ébola.

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Sobre la firma

Mábel Galaz
Fue la primera mujer en pertenecer a la sección de Deportes de EL PAÍS. Luego hizo información de Madrid y Cultura. Impulsó la creación de las páginas de Gente y Estilo. Ha colaborado con varias cadenas de televisión y con la Cadena Ser. Ahora escribe en El País Semanal.

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