_
_
_
_
_
MOVIMIENTOS SECESIONISTAS

Escocia, a un paso de su referéndum

Los escoceses decidirán en 2014 ser independientes o permanecer en Reino Unido El plan contempla seguir en la UE, reconocer a Isabel II como jefa de Estado y mantener la libra El principal escollo es demostrar que el Estado resultante sería económicamente viable

Independentistas escoceses en una marcha en septiembre de 2012.
Independentistas escoceses en una marcha en septiembre de 2012.Reuters

Escocia es el territorio dentro de la Unión Europea que más cerca se encuentra de ver cumplidas sus ansias independentistas. Gracias a un pacto entre Londres y Edimburgo, los escoceses podrán votar en 2014 si quieren seguir formando parte del Reino Unido o si prefieren separarse.

Más información
El rebrote de los separatismos
Bélgica: el superviviente europeo
Flandes y Valonia: un matrimonio que no se separa por los hijos
FOTOGALERÍA: Dos culturas de espaldas
Asamblea Nacional Catalana: “Sin independencia estamos condenados a desaparecer”

Este territorio fue independiente hasta 1707, año en que firma la llamada Ley de Unión con Inglaterra. En aquel momento los parlamentos inglés y escocés se disuelven, se crea uno único en Londres y muchas competencias pasan a ser compartidas.

Hoy, Escocia tiene cinco millones de habitantes y muchas características de un Estado independiente: bandera e himno, sistema legal y educativo propios y selecciones deportivas, pese a que cuando participan en los Juegos Olímpicos lo hacen como británicos.

Guía rápida con 10 claves del proyecto independentista escocés:

¿Desde cuándo están unidos?

Escocia e Inglaterra compartieron rey por primera vez en 1603, cuando Jaime VI Estuardo de Escocia ascendió al trono inglés como Jaime I. Los dos Estados permanecieron unidos durante la dictadura militar de Oliver Cromwell (1649-1660). La Restauración monárquica de 1660 volvió a crear dos parlamentos separados, que finalmente se fusionaron bajo la Ley de Unión de 1707. Gracias a ella, Inglaterra, que vivía entonces una crisis en la sucesión al trono, desterró la posibilidad de que Escocia eligiera a un rey hostil a sus intereses. Escocia, por su parte, se recuperó del desastroso plan de establecer una colonia escocesa en Panamá. Aún así, la Ley de Unión solo fue aprobada gracias a los cuantiosos sobornos pagados a los miembros del Parlamento escocés.

 ¿Qué se ha acordado?

Los términos exactos de la posible separación están aún por negociarse, pero lo que sí han aceptado tanto el Gobierno regional de Alex Salmond como el primer ministro del Ejecutivo británico, David Cameron, es que la consulta será vinculante, es decir, que ambas partes acatarán el resultado. Habrá una sola pregunta, que se referirá exclusivamente a si los escoceses quieren separarse de Reino Unido, y podrán votar los mayores de 16 años. "En los dos próximos años tendremos tiempo suficiente para vincular las realidades de nuestro sistema constitucional a las vidas de la gente de Escocia. Estoy seguro de que vamos a ganar apoyos", explica el eurodiputado del Partido Nacionalista Escocés (SNP) Alyn Smith.

¿Por qué quieren independizarse los escoceses?

"Los escoceses apoyan la independencia porque quieren ser gobernados por partidos que persigan políticas favorables a sus intereses", opina Angus Robertson, jefe del grupo parlamentario del SNP en la Cámara de los Comunes. "Se toman mejores decisiones cuanto más cerca se está de casa", añade. El SNP ha jugado bien sus cartas. Consiguió la mayoría absoluta en 2011 y ha sabido alejarse de las políticas impopulares aplicadas en Reino Unido. Por ejemplo, mientras la universidad sigue siendo gratis en Escocia, varias subidas consecutivas han hecho del Reino Unido el país de la Unión Europea (UE) donde las tasas universitarias son más elevadas: pueden alcanzar las 9.000 libras esterlinas (unos 11.200 euros).

¿Qué indican las encuestas?

Los sondeos de TNS BMRB, la agencia líder en estudios de opinión en Reino Unido, revelan un descenso del afán secesionista. En octubre de 2012, cuando se anunció el referéndum, el apoyo a la permanencia en el Reino Unido subió del 44% de primeros de año al 53%, mientras que los partidarios de la independencia cayeron del 38% al 28%. Aún así, la sensación en el SNP es de que el triunfará. "Creo que vamos a ganar, que la gente está pensando muy seriamente en esto por primera vez en su vida", explica Smith.

¿Qué dicen los escoceses a pie de calle?

"La gente sigue con su vida cotidiana, es consciente de que se acerca un referéndum, y escucha a los comentaristas decir que esta es una decisión muy importante", opina James Mitchell, responsable de la Escuela de Política de la Universidad de Strathclyde, en Glasgow (Escocia). El eurodiputado Alyn Smith sostiene que los ciudadanos viven entre la excitación y la curiosidad. "Seremos buenos vecinos de los británicos", dice. Robertson, por su parte, asegura que los escoceses son de mente muy abierta. "Están preparados para escuchar el debate los dos próximos años".

¿A qué problemas se enfrentaría una Escocia independiente?

El principal quebradero de cabeza para el Gobierno de Salmond es la economía. Tiene una tasa de paro mayor que la del Reino Unido: un 8,6% frente al 7,7% del conjunto del país. De conseguir la independencia, debería asumir su parte correspondiente de deuda pública, que asciende a unos 140.000 millones de libras (172.000 millones de euros).

¿Qué asuntos deberán negociarse si gana el 'sí'?

Una de las primeras cuestiones que se pondrá sobre la mesa es la ubicación de las instalaciones de defensa británicas en territorio escocés. Reino Unido alberga submarinos nucleares en la base de Faslane on The Clyde, a unos 45 kilómetros al noreste de Glasgow. Alex Salmond ya ha avisado de que si gana el referéndum, ilegalizará el armamento nuclear en el nuevo Estado.

La propiedad del gas y del petróleo es otro contencioso. Escocia sostiene que, tras la independencia, le corresponderían el 81% de las reservas del mar del Norte. La moneda es la tercera cuestión. El programa de Salmond contempla seguir reconociendo a la reina Isabel II como jefa de Estado y mantener la libra. Según Smith, es lo más práctico: "Haríamos un nuevo acuerdo con el Banco de Inglaterra, algo parecido a lo que hicieron Bélgica y Luxemburgo antes del euro".

¿Y qué pasa si sale el 'no'?

Se intentará seguir ganando cada vez más competencias, como la autonomía fiscal, aunque el profesor Mitchell sostiene que no sería fácil: "Es difícil imaginar un Gobierno [británico] mayoritariamente conservador ofreciendo cualquier cosa". "Lo que es seguro es que Escocia siempre buscará tener la mayor autonomía posible", completa Robertson.

¿Una Escocia independiente saldría de la UE?

Hay puntos de vista diametralmente opuestos. La UE considera que Escocia, al independizarse, debería volver a pedir la readmisión. Según declaró meses atrás el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso, se le consideraría "un país tercero" y se le dejarían de aplicar los tratados comunitarios. El Gobierno escocés, sin embargo, argumenta que nunca dejaría de formar parte de la UE. "Escocia está ahora en una posición fuerte y, si se convirtiera en un miembro de la UE de forma automática, tendría que acatar sus normas y no podría renegociar las políticas de pesca, por ejemplo", indica el profesor Mitchell.

¿Se parece al caso catalán?

La principal diferencia entre los dos contenciosos es que Escocia hará su referéndum contando con el apoyo del Gobierno británico y en Cataluña no. Los dos partidos con más escaños en el Parlamento catalán, Convergencia i Unió y Esquerra Republicana de Catalunya, harán su consulta en 2014, pese a no tener el beneplácito del Gobierno de Rajoy. "No pretendemos sentar precedente en Cataluña", advierte Smith.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_