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Bruselas alaba el esfuerzo de España, pero pide datos de las regiones

La Comisión solicita las cuentas públicas de las comunidades y una lista con sus reformas

Claudi Pérez
El comisario de Asuntos Económicos, Olli Rehn.
El comisario de Asuntos Económicos, Olli Rehn.EFE

España necesita más apoyo del exterior —de Berlín, del Banco Central Europeo y de Bruselas—, pero todo lo que tiene últimamente son alabanzas con la boca pequeña seguidas de peticiones, apremios y exigencias: más recortes, más deprisa, más datos. La Comisión Europea ha aplaudido este mediodía las medidas adicionales presentadas ayer por el Gobierno español —recortes de 10.000 millones de euros en sanidad y educación— con el habitual lenguaje de madera de Bruselas: el anuncio “confirma la determinación del Gobierno español” para activar las reformas necesarias que pongan en orden las cuentas públicas como prerrequisito para crecer y crear empleo.

Frente al castigo de la prima de riesgo, que amenaza con convertirse en algo más que mera disciplina de mercado y ha reaccionado al alza pese a la nueva ronda de recortes, Bruselas se relame con el “compromiso del Gobierno para cumplir los objetivos del déficit”, tanto el 5,3% del PIB este año como el 3% en 2013. Y asegura que tanto el proyecto de presupuestos como las nuevas medidas, de las que apenas se tienen detalles, “van en la buena dirección”, según un portavoz de la Comisión.

Aunque inmediatamente después de ese aplauso hay siempre un pero. Sucedió hace unos días en Copenhague: la Comisión y el BCE aplaudieron allí los presupuestos, pero reclamaron “legislación de emergencia” para aplicarlos. Ahora Bruselas exige más datos: la Comisión Europea, que mandará a un equipo de técnicos a finales de esta semana a Madrid, ha advertido de que Bruselas no puede hacer aún un análisis detallado de las cuentas públicas españolas sin los presupuestos regionales —adaptados, se supone, a las nuevas cuentas públicas— y un listado de las medidas más importantes que han puesto en marcha las comunidades para evitar una repetición de la desviación de los déficits regionales de 2011.

Antes de finales de abril

Así, la Comisión espera recibir en breve “los presupuestos de las regiones españolas”, además del programa español de reformas y el plan de estabilidad. Todo eso debería llegar a Bruselas “antes de finales de abril”. Más fechas límite: la Comisión anunció que haría un análisis del presupuesto español a principios de la semana pasada, pero ahora se escuda en la necesidad de “tener más datos para poder hacer un análisis no del día a día, sino a medio y largo plazo”, a pesar de que en ese ínterin la presión en los mercados se ha redoblado y ha obligado al Ejecutivo de Rajoy a anticipar nuevas medidas para calmar las aguas y desmentir rumores de una intervención que el ministro Luis de Guindos no ve “necesaria”, al menos “en este momento”.

“El equipo del vicepresidente y comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, Olli Rehn, todavía está llevando a cabo su evaluación, pero puedo confirmar que tenemos una opinión positiva de ese primer borrador presupuestario”, dijo un portavoz. Ese mismo portavoz no ha querido dar pistas de si los recortes adicionales en sanidad y educación anunciados por La Moncloa responden a la presión de las instituciones europeas —o a la de los mercados—, y tampoco ha entrado en la posibilidad de que un exceso de tijera pueda hacer saltar las chispas de las protestas sociales, como ha sucedido en otros países con problemas. Contra esa posibilidad, de nuevo el habitual lenguaje de cartón piedra: “Para volver al crecimiento es más importante la calidad del gasto que la cantidad del gasto”.

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Sobre la firma

Claudi Pérez
Director adjunto de EL PAÍS. Excorresponsal político y económico, exredactor jefe de política nacional, excorresponsal en Bruselas durante toda la crisis del euro y anteriormente especialista en asuntos económicos internacionales. Premio Salvador de Madariaga. Madrid, y antes Bruselas, y aún antes Barcelona.

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