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Gracia, el único que supo parar al tricampeón

El curso pasado el Málaga ganó en el Camp Nou (0-1) y no encajó en casa (0-0)

Javi Gracia, en el banquillo de la Rosaleda.
Javi Gracia, en el banquillo de la Rosaleda. JON NAZCA (REUTERS)

Angel Garitano trabajaba con Mané en el Lleida el verano de 1990 cuando supo que Jupp Heynckes, entrenador del Athletic de, no contaba con Javi Gracia para el primer equipo de los bilbaínos. Garitano, apodado Ondarru, conocía bien al centrocampista de Pamplona, “era técnicamente muy bueno, con buena llegada, buen chaval y de cabeza iba muy bien”, recuerda; “hablé con Txutxi Aranguren, que entonces se encargaba de Lezama y le pedí que nos lo cediera”. Y el Athletic accedió. “Subimos a Primera y metió ocho o nueve goles”, rememora Ondarru, que añade: “Javi siempre tuvo la cabeza muy amueblada”. A Gracia le fichó el Valladolid, jugó cuatro años en la Real Sociedad, en el Villareal, equipo con el que ganó en el Camp Nou, y colgó las botas en 2004 en el Córdoba. Al veterano entrenador no le extraña nada que, a día de hoy, Javi Gracia sea un entrenador de tan buenas prestaciones. Quienes conocen al técnico del Málaga le suelen comparar con Rafa Benítez, por su obsesión por la estadística, el detalle y la importancia que da a los datos que obtiene de las pruebas físicas.

Gracia se estrenó en el banquillo del Cádiz, al que ascendió a Segunda A en la temporada 2008-2009 y fue destituido al año siguiente; migró al Villarreal B, el curso 2010-2011, y tampoco terminó el año. Durante la temporada 2011-2012 entrenó a dos equipos griegos, el Olympiakos Volou y el Kerkyra FC. En junio de 2012 fichó por el Almería y subió a Primera. De ahí, a Osasuna, pero bajó a Segunda; se fue a casa aunque le ofrecieron renovar. Le rescató el Málaga y al frente de los malacitanos logró un título curioso: contra el Barça del triplete, el curso pasado, no encajó un gol en dos partidos: 0-0 en La Rosaleda y victoria en el Camp Nou (0-1). Aún y así, aunque se le señala por su capacidad para dejar su impronta en los equipos que dirige, él se resiste a pensar que su influencia sea tan grande.

“No me creo tan protagonista. Al final lo difícil es desarrollar la idea, hacerlo bien. Fueron dos buenos partidos”, dice. Y al pensar en la visita al Camp Nou, añade: “El Barça exige un trabajo máximo durante 90 minutos y casi siempre, defender. Este año tenemos jugadores con características diferentes y la forma de encarar el partido será distinta. No será fácil sumar y no es bueno darle tantas vueltas al pasado”, argumentó ayer. “Hay que preparar el partido con una ilusión proporcional al rival. Todos sabemos cómo juegan; tenemos que tratar de que no nos generen peligro y crear alguna ocasión de ataque. Para ganar el partido tenemos que hacer una ocasión más que ellos”, añade el entrenador, que en Málaga lo describen como “un zumbado del fútbol”, en lo que cabe interpretar como un elogio.

Trabajo y tecnología

“Su mérito es trabajo, trabajo y trabajo”, argumentan los veteranos de La Rosaleda. Un ejemplo: el Málaga es el que menos amistosos ha disputado (siete) de toda la primera división, los mismos que el Getafe. Ha preferido entrenar a jugar pachangas. “Es metódico, no deja nada a la improvisación y convence al jugador a través de la demostración Lo que él dice, pasa y el jugador, que lo ve, cree en él, en lo que les propone”, argumentan los que conocen sus métodos.

“Insiste mucho a sus jugadores en la solidaridad. Apuesta por la calidad, pero siempre avisa: el que no ayuda al compañero no juega; el que no se deja todo durante el partido, va al banquillo seguro”, descubren sus colaboradores. “Es de trato fácil, pero muy exigente. No deja nada al azar. Lo tiene todo bajo control. Llega el primero y se va el último, usa mucho la tecnología para preparar los partidos”, insiste un futbolista, que asume: “Es justo. Y eso ese nota. No hace nada por nada. Todo tiene sentido”.

En el vestuario malacitano se explica una anécdota: “El año pasado, en el descanso contra el Barcelona, en el Camp Nou, no habló mucho, sólo avisó a los dos Samus —Samu y Samu Carreño, traspasados al Villarreal este verano— y les dijo: “Si seguís corriendo, ganamos el partido”. Y el Málaga ganó en el Camp Nou. De hecho, el tricampeón no pudo nunca con ellos. Ni en La Rosaleda, donde empataron a cero goles, ni en la visita a Barcelona, donde un gol de Samu les dio la victoria.

Seis veces jugó Gracia en el Camp Nou siendo futbolista, con el Valladolid, la Real y el Villarreal, y sólo ganó una (1-2, con los de Castellón, en 2000-2001). Lo hizo el año pasado como técnico del Málaga y como tal regresa esta noche (20.30, Movistar+). Nadie ha dicho que sea fácil repetir, pero en la Rosaleda saben que él sabe cómo hacerlo. “Se trata de trabajar mucho, mucho”, dicen que lleva una semana repitiendo.

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