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Cinco claves para lo que queda de Giro

Landa y Aru le advierten a Contador de un fin de semana caliente en los Alpes

Carlos Arribas
Contador y Landa, durante la ascensión al Mortirolo pasan ante el monumento a Pantani.
Contador y Landa, durante la ascensión al Mortirolo pasan ante el monumento a Pantani.AULETTA/PENTAPHOTO/POOL (EFE)

Escaladores españoles

Si echaran un pulso de escaladores Contador y Landa en estos momentos sería complicado apostar por uno u otro, tal es el nivel mostrado por el ciclista alavés. Si se tomara como referencia los tiempos de ascensión al Mortirolo, como si se tratara de una cronoescalada, se comprobaría que Contador, que tardó 45m 7s en ascender los 11,850 kilómetros con un desnivel de 1.289 metros y una pendiente media del 10,9% con un 18% de pendiente máxima, aventajó 49s a Kruijswijk, en 53s a Landa y en 2m 43s a Aru. Sin embargo, esos tiempos no tienen en cuenta que Contador inició su cronoescalada prácticamente 10 kilómetros antes ni que Landa estuvo bastante tiempo frenado por Aru, a cuyo ritmo ascendió los primeros kilómetros. Si se midiera el duelo por la arrancada final de Landa para ganar en Aprica a la que intentó responder Contador, habría que matizar también que el líder del Giro, en un reflejo de madurez, prefirió guardar fuerzas para el final del Giro antes que picarse con el corredor del Astana por la victoria de etapa.

Equipos (1)

Terminada la etapa del Mortirolo, Alberto Contador respondía a las críticas a la aparente debilidad de su equipo, el Tinkoff, poniéndole una nota de 10 a cada uno de sus compañeros y recordando el trabajo oculto, el que no se ve por televisión, que llevan haciendo desde el primer día, cuando asumieron la responsabilidad de la carrera. El trabajo no oculto, permitió constatar que al pie del Mortirolo llegó Contador con un solo compañero (Roman Kreuziger, quien mantuvo el tipo contra el viento todo el falso llano) mientras el Katusha, el equipo que aceleró cuando el pinchazo del líder, y el Astana contaban con media docena de vistosos corredores. También, mirándolo de otra manera, hizo resaltar la inteligencia madura de Contador, quien supo aprovechar diferentes apoyos en lo más duro de la subida al Mortirolo y la gran ayuda del holandés Kruijswijk en la parte más complicada, con Landa a rueda.

Equipos (2)

“Tengo un equipo tan bueno que no son los corredores a los que asusta la responsabilidad, sino a mí. Tengo miedo de no estar a su altura”, reconoce Giuseppe Martinelli, el director del Astana, el equipo del segundo y del tercero, Mikel Landa y Fabio Aru, que ha mantenido la tensión constante en todas las etapas con corredores de magnífico nivel, como Tiralongo, Cataldo, Rosa, Luis León o Kangert. “Con Nibali, en el Tour, solo quiero a gregarios verdaderos, aunque Fuglsang quizás disfrute de mayor libertad. Pero con Aru, en el Giro, he querido traer un equipo de jóvenes, salvo el capitán Tiralongo, que puedan demostrar su valor”. “Normalmente son los corredores los que hacen dura o fácil una carrera pero en este Giro se han conjugado el recorrido, muy complicado todos los días, y la voluntad de mi equipo. Se me ha criticado por ello, pero no han entendido nada. Yo sé, por que le conozco, que si Contador dice que va a ganar una carrera y está preparado para ello, es imposible derrotarle”, reconoce Martinelli. “Por eso, mi táctica, que ha podido favorecerle, no iba contra él, sino para hacerles más difícil la existencia a los rivales que nos podían disputar los puestos de honor. Así hemos eliminado a Urán, a Porte, a cualquiera que nos podía hacer sombra”. A ello podría haber añadido Martinelli que ha sido la fortuna, en forma de caídas, pinchazos o averías, el elemento que más ha influido en el desarrollo de varias etapas, incluida la reina.

Compañeros

Aunque solo les separan 50s en la general, tanto Aru como Landa han afirmado que se ha producido un cambio de jerarquía en el equipo. Landa es ahora el líder y no tanto porque se haya proclamado, sino porque está más fuerte que Aru. Ello no obsta para que, inteligentemente, el ciclista de Murgia se mostrara diplomático cuando le preguntaron si ahora Aru trabajaría para él. “Trabajaremos los dos juntos para darle guerra a Contador”, respondió Landa. “Sobre todo en las etapas del viernes y el sábado”. Al Giro, en efecto, le quedan dos etapones de montaña y una etapa emboscada. Después de la etapa llana del jueves con final en Lugano (Suiza), el jueves, antes de llegar a Verbania, al borde del Lago Mayor en un descenso sin respiro, hay que superar el Monte Ologno (10 kilómetros al 9%); el viernes se llega a Cervinia, en el Valle de Aosta, una etapa con tres primeras interminables, el san Bartolomé, el San Pantaleón y el que da nombre a la meta, con una media de 17 kilómetros de longitud cada uno; y el sábado es el día de Le Finestre y Sestriere,

El efecto Amador

Cuarto, a 56s de Aru, acecha Andrey Amador, de 28 años, el sorprendente costarricense al que ni el Mortirolo ha sido capaz de desanimar. El ciclista del Movistar, uno de los fieles de Nairo Quintana, es grande y pesado, aunque ha bajado peso el último año, y posee un motor de gran cilindrada, pero nunca, aparentemente, había disputado una clasificación general. En realidad sí que disputó una general, la del Tour de 2011, y la ganó. El primer día de aquel Tour sufrió un esguince de tobillo y nadie daba un duro de que pudiera aguantar más de dos etapas. Contra todo pronóstico, todos los días tomaba la salida. Lució el farolillo rojo hasta el penúltimo día, en el que tuvo el valor de escaparse y lograr terminar penúltimo su primer Tour. Es su mayor victoria hasta el momento, junto a una etapa en el Giro de 2012, en el Monte Cervinia justamente.

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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