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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Consorte

La defensa de la Infanta ha carecido del apoyo que le ha sobrado a Ana Mato o a Cospedal y su partido, que han logrado que la opinión pública se trague el cuento

David Trueba

En el rito de la lapidación son imprescindibles los libres de pecado. Después de décadas de meapilismo, que convirtieron a la familia real en la más irreal de las familias, las tornas cambiaron y abierta la veda ya sobran cazadores. Si la infanta Cristina se ha convertido en el ejemplo perfecto de la corrupta consorte, no han corrido la misma suerte otras personas en situación parecida. La defensa de la Infanta ha carecido del apoyo que le ha sobrado a Ana Mato o a Cospedal y su partido, que han logrado que la opinión pública se trague el cuento de sus simulaciones de finiquito y divorcio.

El consortismo ha encontrado en la infanta Cristina una cabeza de turco dorada y coronada. Ha resultado ser mucho más costoso estar casada con el urdangarinismo, que es la extracción de beneficio desde una condición de privilegio, que desde el gürtelismo, que es la extracción de beneficio desde la organización de actos costeados con dinero público. El barcenismo, que es la recogida de fondos preconcursales para costear las finanzas de un partido, ha provocado un sobreesfuerzo mediático para lograr que consideremos al protagonista un extraterrestre en la sede, un empleado con sueldo, despacho y chofer, pero que actuaba de manera espontánea, como un objeto volante no identificado que iba por la sede redactando libretas de contabilidad, como otro empleado marginado se dedica a hacer avioncitos de papel.

La infanta Cristina ha asumido una infrecuente declaración de fidelidad. Se ha mantenido de consorte, pese a contar con todas las papeletas para borrarse de la foto, para poner distancia con el marido y salvar la cabellera. Si es capaz de asumir la culpa judicial, sin exilios de lujo, cuando resulte inapelable, y si a los jueces se les deja trabajar sin zancadillas, estaríamos sentando un precedente que quizá abra los ojos para el relato penal de otros consortes que por ahora han logrado imponer su distancia higiénica con el compañero de cama y sofá. La euforia de tanto festejo alrededor de la guillotina para nuestra María Antonieta, puede estar abriendo una puerta de atrás mediática para que escapen sin culpa corruptos consortes, a los que también sería imprescindible obligar a que rindieran cuentas entre la misma felicidad colectiva.

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