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Puigdemont explica a tres congresistas estadounidenses el proceso soberanista

El republicano Dana Rohrabacher “apoya conceptualmente y filosóficamente” la demanda de un referéndum de independencia en Cataluña

Puigdemont con el congresista demócrata Engel, el martes en Washington
Puigdemont con el congresista demócrata Engel, el martes en WashingtonJordi Bedmar (GENERALITAT)

En su intento de internacionalizar la causa independentista, el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, se reunió este martes en Washington con tres congresistas estadounidenses para explicarles el proceso soberanista. Puigdemont evitó revelar si recibió el apoyo de esos legisladores, dos republicanos y uno demócrata, a un referéndum de secesión y dijo que su objetivo no era pedir que se posicionaran sino hacer pedagogía de la hoja de ruta independentista. Ninguno de los congresistas hizo declaraciones a la prensa tras los encuentros.

Uno de los congresistas, el republicano Dana Rohrabacher, respalda el derecho a la autodeterminación catalana, según explicó a EL PAÍS un portavoz del veterano legislador de California, que preside el subcomité sobre Europa en la Cámara de Representantes. Rohrabacher, que en el pasado ya respaldó el derecho a decidir catalán, “apoya conceptualmente y filosóficamente” la demanda de un referéndum de independencia en Cataluña, pero “no es un instigador”, según el portavoz.

Los otros dos congresistas con los que se vio Puigdemont fueron el demócrata Elliott Engel, legislador por Nueva York y portavoz de su partido en el Comité de Exteriores de la Cámara de Representantes. Y el republicano Francis Rooney, representante de Florida y miembro del subcomité europeo en la Cámara.

En las semanas previas a las elecciones plebiscitarias de septiembre de 2015, Roger Albinyana, el entonces secretario de Asuntos exteriores de la Generalitat, recibió en Washington el apoyo al llamado derecho a decidir por parte de Rohrabacher y otros dos congresistas estadounidenses, distintos a los que vio este martes Puigdemont, lo que molestó al Gobierno español.

Sin embargo, unos días después, el entonces presidente Barack Obama abogó, ante el rey Felipe VI en la Casa Blanca, por una España “fuerte y unificada”. Hasta entonces, la posición oficial de la Casa Blanca era que el debate catalán era un asunto interno español. La nueva Administración de Donald Trump -que apoya la salida británica de la Unión Europea e insta a otros países a hacer lo mismo- no ha revelado su opinión sobre el secesionismo catalán.

Puigdemont se declaró en el Congreso “muy contento”, dijo que los encuentros son un “hito” en su intento de explicar el proceso soberanista y sostuvo haber comprobado que “hay un interés en conocer”. “Estamos en un país que está acostumbrado a resolver las cosas votando”, dijo a la prensa en el segundo de sus cinco días de visita en EE UU, en la que ha pronunciado una conferencia en la Universidad de Harvard y ha firmado acuerdos institucionales.

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Era una referencia implícita a su apuesta por el referéndum y la defensa en EE UU del derecho a la autodeterminación asociada al expresidente Woodrow Wilson. El proceso catalán ha sido recibido en los últimos años en EE UU con algunas complicidades por el origen secesionista de este país. Pero en general el soberanismo ha chocado con el rechazo de las autoridades y el escepticismo de los círculos económicos.

Puigdemont dijo que ese interés contrasta con el “poco interés que hay en la política española” por conocer el debate catalán y puso como ejemplo el rechazo de la Mesa del Senado a su propuesta de impartir una conferencia en la Cámara Alta. El Senado ha ofrecido a Puigdemont convocar una comisión sobre asuntos autonómicos, pero el presidente se ha opuesto a ese tipo de formato.

En la antesala de las elecciones catalanas de 2015, el congresista Rohrabacher dijo a la prensa, tras reunirse con un alto cargo de la Generalitat, que el pueblo catalán “se merece un voto” sobre la independencia y que el referéndum escocés es un “buen modelo a seguir”. Y alertó de que la negativa del Gobierno español a permitir una votación sobre la autodeterminación podía crear “resentimiento” en Cataluña.

El pasado septiembre, Rohrabacher ya se reunió en el Capitolio con el responsable de Exteriores de la Generalitat, Raül Romeva, que acompaña a Puigdemont en su viaje por Estados Unidos. El republicano es un outsider en el universo washingtoniano de las relaciones internacionales. Elogia al presidente ruso, Vladimír Putin, lo que le aleja de la doctrina clásica del Partido Republicano pero lo acerca al presidente Donald Trump, que no esconde su afinidad con Moscú y que sopesó a Rohrabacher como posible secretario de Estado.

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