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Junts pel Sí desafía al Constitucional y votará la secesión aunque sea vetada

El presidente del grupo parlamentario, Jordi Turull, no cree el Alto Tribunal lo suspenda

Jordi Turull junto a Eva Granados tras finalizar la junta.
Jordi Turull junto a Eva Granados tras finalizar la junta.A. Garcia

Junts pel Sí anunció este miércoles en el Parlament la intención de su grupo de votar la resolución independentista aunque el Tribunal Constitucional suspenda la sesión prevista para el próximo lunes. La coalición integrada por Convergència, Esquerra y las asociaciones soberanistas argumenta que se siente legitimada por las urnas para continuar con el proceso. “Tirar adelante es el mandato democrático que tenemos”, aseguró Jordi Turull, presidente del grupo parlamentario, quien vaticinó que no se va a anular el pleno porque eso sería la “estocada final” de un tribunal “instrumentalizado” por el PP.

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La desobediencia a las disposiciones del Tribunal Constitucional estaba recogida en el programa electoral de la Candidatura d'Unitat Popular (CUP) y fue asumida por Junts pel Sí en el texto de la resolución que se pretende votar. En el punto quinto se anuncia que “el proceso de desconexión democrática no se supeditará a las decisiones de las instituciones del Estado español, en especial del Tribunal Constitucional”, del que se dice que está “deslegitimado y sin competencia” desde que dictó la sentencia del Estatuto, en 2010.

El programa electoral de Junts pel Sí no contemplaba la desobediencia inmediata a la legalidad española y abogaba por un proceso de transitoriedad, aunque Turull se mostró ayer dispuesto a “tirar adelante” con el argumento del resultado electoral, en el que esa lista logró 62 diputados y la CUP, otros 10.

Las fechas clave en el Parlament

Día 5

. El Pleno del Tribunal Constitucional se reunirá para estudiar los recursos de amparo presentados por Ciudadanos, PSC y PP.

Día 6

. A las 9.30, se agota el plazo para que el PP se constituya como grupo. La Mesa del Parlament se reunirá después para convocar el pleno extraordinario para debatir la resolución y el de la investidura del president. También acaba el periodo de enmiendas al texto.

Día 9

. Por la mañana, el pleno debatirá la propuesta de Junts pel Sí y la CUP y la de Catalunya Sí que es Pot a favor del referéndum. Por la tarde, Mas pronunciará su discurso de investidura.

“Nos comprometimos a hacer la declaración de inicio del proceso”, dijo Turull para despejar cualquier duda sobre las intenciones de aprobar el próximo día 9 la propuesta de resolución, diga lo que diga el Tribunal Constitucional en su reunión prevista para hoy. El dirigente de Convergència negó la estrategia de querer tapar con la votación de la resolución independentista el fracaso de la investidura de Artur Mas como presidente de la Generalitat que se celebrará con posterioridad.

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Los dos plenos del Parlament no se convocarán formalmente hasta el mediodía del viernes. A las doce de la mañana finaliza el plazo para presentar enmiendas a la propuesta de resolución independentista y a la presentada por Catalunya Sí que es Pot en la que defenderá el referéndum. Por tanto, sea cual sea la decisión del Tribunal Constitucional esas resoluciones sí se debatirían. Finalizado ese pleno, se iniciaría el debate de investidura de Mas, en el que no obtendrá la mayoría absoluta de la Cámara y habrá que esperar a una nueva reunión.

En el supuesto de que el alto tribunal suspendiera la votación de la resolución independentista, quedaría por ver cómo se materializa el anuncio de Junts pel Sí de continuar adelante a pesar de las consecuencias que se pudieran derivar. Una solución para esquivar el posible delito de desobediencia en el que pudieran incurrir los diputados sería una votación electrónica y secreta: los diputados aprietan el botón del escaño pero en la pantalla no aparece qué ha votado cada uno. El reglamento del Parlament permite esa vía si lo reclama una quinta parte de los diputados (27) o bien dos grupos parlamentarios. Cualquiera de las dos opciones está asegurada, pues Junts pel Sí y la CUP suman 72 escaños. Si se produce la petición, corresponde a la Mesa de la Cámara someterla a votación y debería ser el pleno quién la aprobase. La desobediencia, en ese caso podría imputarse a la Mesa, en la que Junts pel Sí tiene cuatro de los siete miembros que la integran.

Jordi Turull no desaprovechó la ocasión de ayer para cargar contra Ciudadanos, PSC y PP por recurrir ante el Tribunal Constitucional el acuerdo de la Mesa del Parlament del pasado 27 de octubre, que admitió a trámite la propuesta de resolución “sobre el inicio del proceso político en Cataluña como consecuencia de los resultados electorales”. Para Turull estas formaciones intentan ganar en los tribunales “lo que no han ganado en las urnas” y calificó la actuación de “antipolítica”. El presidente del grupo parlamentario más numeroso en la Cámara catalana considera que no se llegará a producir la imagen de los jueces “impidiendo debatir a los catalanes”. Para Turull, una actuación previa del Tribunal Constitucional sería la “estocada final” de una institución que tildó de “poco prestigiosa en Cataluña”. “No se nos pasa por la cabeza que el tribunal invalide el pleno”, zanjó sin cejar en su tesis de que seguirán adelante.

“Presidente florero”

Otra cosa distinta es la presidencia de la Generalitat, una cuestión que preocupa a Junts pel Sí. Turull aseguró que dentro de la coalición hay un consenso “total” en torno a la figura de Mas. La CUP insiste en que no facilitará con sus votos la elección del actual presidente en funciones, pero Turull reiteró que confía en que lograrán un pacto: “Mas, será presidente” y no habrá elecciones anticipadas, vaticinó. En esta línea, añadió que será “un buen acuerdo para todos”, y no solo para su formación.

Esta es la voluntad que trasladarán a Carme Forcadell, presidenta de la Cámara, en la reunión que celebrarán mañana. Una opción que se ha barajado en las últimas semanas para desencallar la negociación ha sido la de plantear una presidencia con un papel meramente representativo, pero Turull la descartó ayer. “No tendremos un presidente florero”, espetó. “La gente que ama las instituciones no lo permitiría”, dijo para rechazar esa fórmula de manera taxativa.

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