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Uno de cada cuatro contratos de las ETT tienen solo un día de duración

La actividad de las empresas de trabajo temporal se disparó en 2014

Una ETT en el ensanche de Barcelona.
Una ETT en el ensanche de Barcelona.MASSIMILIANO MINOCRI

Las empresas de trabajo temporal (ETT) que operan en Cataluña vivieron en 2014 su mejor año desde que iniciara la crisis en 2007, con un aumento de actividad que no experimentaban desde hace una década. El sector firmó 71.276 contratos más que el año anterior y cerró el ejercicio con un saldo de 468.552, según los datos del Departamento de Empresa. La patronal, los expertos, los sindicatos y las propias ETT coinciden en que las cifras evidencian que la economía mejora, pero también que la temporalidad se comienza a consolidar y que el mercado laboral tal y como lo conocíamos ha desaparecido. No en vano uno de cada cuatro contratos tuvo como duración una jornada o menos y más de la mitad no superaron los 10 días.

Tras años de crecimiento, el negocio de las ETT cayó en picado un 45 % entre 2007 y 2009 provocando que una de cada 10 echara la persiana en Cataluña. La profesora del Departamento de Dirección y Organización de Personas de Esade, Àngels Valls, explica que en momentos de crisis se despide primero a este tipo de personal por el sobrecoste que supone: “Gana igual que un trabajador de plantilla porque la ley obliga a que se le aplique el mismo convenio, a lo que se suma el beneficio de la ETT”. En 2009, sin embargo, hubo un punto de inflexión y su actividad se reanimó gracias los contratos de 10 días o menos. Hace ocho años, estos suponían el 29 % del total. Hoy, el 51%.

“Las plantillas se han reducido tanto que si hay una baja, se ha de cubrir. Algo que no se hacía pocos años atrás”, explica Miriam Huertas, gerente Senior de Page Personnel. Afirma que el repunte se debe a dos motivos: “Las firmas necesitan gente, pero el pulso de la economía no les da la suficiente confianza como para aventurarse a contratar de forma directa. No saben si seguirán necesitando a esa persona dentro de ocho meses. O sus plantillas han sido congeladas en la planificación anual y no pueden contratar. Recurren a una ETT porque así el empleado cuenta como un gasto y no un activo”.

La portavoz en Cataluña de la patronal Fedett, Araceli Berrocal, es cauta a la hora de valorar si el sector ha vencido la crisis: “La actividad empieza a despertar. Pero la morosidad aumenta. Y si antes cobrábamos a 30 días, ahora puede alargarse hasta los seis meses. Prácticamente, financiamos a las empresas porque pagamos puntualmente los salarios , pero ellas nos ingresan el dinero mucho después”.

Los sindicatos denuncian que la crisis ha disparado la precariedad

La secretaria de Socioeconomía de CC OO, Cristina Faciaben, considera que la reactivación de las ETT es un indicador de que la economía crece: “Pero no el trabajo. Las tasas de desempleo son aún muy altas”. Añade que el gran volumen de contratos de menos de un día, que en los últimos cinco años pasó de 70.183 a 118.330, demuestra “una especulación” de las empresas sobre su actividad. “Y lo preocupante es que se están cubriendo puestos estructurales. Esta recuperación no nos va a llevar al mismo mercado de trabajo anterior a la crisis, sino a uno mucho más precario”.

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Las agencias temporales defienden, por el contrario, que ha aumentado mucho durante el último año el número de personas que colocan en centros de trabajo y luego consiguen quedarse en ellos. “Actuamos como un periodo de prueba”, asegura Víctor Tatay, director regional de Adecco en Cataluña. “Es cierto que el mercado laboral ha mejorado este año. Que haya contratos de duración tan corta no significa que se haya precarizado, simplemente responde a la necesidad de las empresas”, afirma.

“Ahora el cliente mide muy bien la fuerza laboral que va a necesitar”, confirma la directora de operaciones de Synergie, Silvia Balcells. Esta empresa incrementó la contratación el 33 % en 2014 y su división internacional se disparó. “Antes costaba mucho encontrar gente para trabajar en el extranjero. Ahora, cada vez hay más personas dispuestas”, asegura.

La movilidad es otra característica de un nuevo mercado laboral al que es mejor acostumbrarse, aconseja la coordinadora académica del Máster en Recursos Humanos de la Universitat Pompeu Fabra, Yolanda Portolés: “El concepto de empleo ha cambiado, no volverá a ser el de antes. Hay que sustituir estabilidad y seguridad en el puesto de trabajo por capacidad de adaptación. Ahora, la incertidumbre y el dinamismo acompañarán nuestra carrera profesional”, asegura.

El secretario de Salud Laboral del sindicato CGT, Alex Tisminetzky, no cree que la tendencia a realizar contratos muy cortos cambie. “Se impone un nuevo mercado con empleos más cortos, más precarios y peor pagados que darán como resultado pensiones más bajas”. Denuncia que “la temporalidad y la precariedad son un proyecto político de la clase dirigente” y niega que el repunte de las ETT muestre la salida de la crisis: “Quieren una clase trabajadora atomizada y sin derechos. Esto ha llegado aquí para quedarse”.

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